Cientos de familias abandonan el elegante y populoso municipio de Hayatabad, en las afueras de la ciudad pakistaní de Peshawar, por temor a que caiga en manos del movimiento islamista Talibán.
"Dejamos nuestra casa en Hayatabad por las operaciones militares contra Mangal Bagh" registradas a fines de junio y principios de julio, relató Asim Gul, un farmacéutico que envío su familia a su aldea natal del distrito de Mardan, en esta Provincia de la Frontera Noroccidental.
Mangal Bagh lidera las proscriptas milicias de Laskhar-e-Islam, asentada en la Agencia Khyber, en las vecinas Áreas Tribales Bajo Administración Federal (FATA).
El conflictivo cinturón bajo poder tribal está entre la Provincia de la Frontera Noroccidental y la porosa frontera con Afganistán.
El ejército lanzó misiles contra el bastión de esas milicias en el pueblo de Bara, a cinco kilómetros de esta ciudad, capital de la Provincia de la Frontera Noroccidental.
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La causa inmediata de las operaciones militares fue el avance gradual de Talibán sobre Peshawar.
Hay denuncias de violencia, destrucción y secuestros. Comercios de venta de discos compactos y de vídeo digital (DVD) del centro de la ciudad fueron atacados con bombas incendiarias.
En junio, hombres con el rostro cubierto y armados, que dijeron pertenecer a Lashkar-e-Islam, secuestraron a 16 cristianos que participaban en una reunión. Pero Mangal Bagh repudió el incidente y declaró que los responsables no tenían su permiso.
El jefe de policía de la Provincia de la Frontera Noroccidental advirtió que a menos que el gobierno tome una acción decisiva, Peshawar quedará en manos del Talibán.
El gobierno provincial, en manos del Partido Nacional Awami desde las elecciones de febrero, lleva adelante una política de diálogo con el movimiento islamista.
El farmacéutico relató que un misil lanzado desde la Agencia Khyber cayó cerca de su casa el 26 de junio e instaló el pánico en toda la localidad.
"Pasamos noches sin dormir en Hayatabad. Ahora mi familia se siente bien en Mardan. Mis hijos y mi esposa insisten en quedarse allí", dijo a IPS Gul.
Hayatabad es una localidad vecina de Peshawar, ciudad de tres millones de residentes.
"Unas 200 familias abandonaron sus hogares de forma provisoria" desde el lanzamiento de la operación por temor a su "talibanización", confirmó Mazhar Durrani, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Hayatabad.
El Talibán se infiltró en todas las ciudades de los 24 distritos de esta provincia, excepto Peshawar, indicó el profesor de ciencias políticas Sajjad Ahmed.
"Al menos 13 seminarios de mujeres fueron bombardeados en el septentrional valle de Swat", señaló. "La ocupación de Peshawar significa la ocupación de toda la provincia."
Diferentes facciones del movimiento islamista están presentes desde junio en todas las regiones adyacentes, es decir Agencia Khyber, Darra Adam Khel, Agencia Mohmand, Shabqadar, Michni, Mardan y la región fronteriza de Peshawar, según un artículo publicado en la edición de este mes del periódico del Instituto de Investigación de Prensa de Medio Oriente,
En junio, Baitullah Mahsud, del protalibán movimiento Tehreek Talibán Pakistán, le dio cinco días para renunciar al gobierno provincial.
La amenaza siguió a la detención de insurgentes en esta provincia por la policía de Hangu. Luego, el Talibán sitió la comisaría local y mató a 17 oficiales de la fuerza de seguridad fronteriza.
La policía local y los paramilitares no están preparados para luchar contra los combatientes islámicos.
Unos 500 oficiales murieron en incidentes con insurgentes el año pasado. Ninguna de las 30 comisarías de Peshawar permanece abierta después de las ocho de la noche.
La policía de la zona rural de esta ciudad dejó de patrullar de noche tras un atentado contra una de ellas con granada el 29 de mayo.
La situación se empeoró por la falta de coordinación entre los gobiernos federal y provincial.
"La operación contra Mangal Bagh fue manejada de forma exclusiva por el gobierno federal. El de la Provincia de la Frontera Noroccidental no participó", señaló el ministro de Información provincial Mian Iftikhar Hussain.
"El gobierno federal debe incluir al provincial en lo relativo a las negociaciones con el Talibán. La situación aquí se relaciona con la de las FATA", añadió.
También confirmó que se investiga a 20 presuntos talibanes detenidos.
"Abandonamos nuestra casa por los continuos tiroteos que asustaban a nuestros hijos", señaló el profesor universitario Rasool Jan, quien trasladó a su familia a su aldea natal del distrito de Bannu.
Jan cree que Talibán está a las puertas de Peshawar.
Antes de que Estados Unidos lanzara su "guerra contra el terrorismo" en Afganistán y expulsará al Talibán de Kabul a fines de 2001, no había combatientes islámicos en FATA ni en la Provincia de la Frontera Noroccidental.
"El gobierno federal, que controla FATA directamente, no ha realizado un esfuerzo serio para contener la insurgencia allí. Los talibanes y otros insurgentes crearon santuarios permanentes en esta provincia", señaló Ashraf Ali, experto en el movimiento islamista de la Universidad de Peshawar.
Rahim Gul, quien reside en Hayatabad desde hace 20 años, coincidió en que la situación en esa localidad es tensa.
"Dejamos nuestra casa porque los misiles disparados desde la Agencia Khyber a veces pasaban justo sobre nuestra casa. Mis hijos se pasaban llorando. Los llevé a Charsadda, donde nací".
La cantidad de desplazados de las FATA y de la Provincia de la Frontera Noroccidental aumenta.
Cientos de familias de Waziristán del sur y del norte alquilaron casas en los distritos de esta provincia de Tank y Dera Ismail Khan.
En 2007, la gente huyó del pintoresco distrito de Swat por los ataques de la insurgencia y las represalias de las fuerzas de seguridad pakistaníes.
"Tememos que la provincia caiga rápido en manos de los insurgentes", señaló Shakoor Khan de la zona de Tajabad, cercana a Hayatabad.
