Los cielos sirios parecen despejarse tras una prolongada tormenta y la virtual desaparición del presidente Bashar al-Assad de la escena política internacional durante casi tres años. Esto podría augurar un giro político en Líbano.
Muchos perciben el reciente acercamiento entre Siria y Francia como un mero coqueteo, pero otros creen que esto puede anunciar un nuevo amanecer, más pacífico, en Líbano.
El destino de Líbano ha estado tradicionalmente vinculado al de Siria, que ha usado la "tierra de los cedros" muchas veces en la historia reciente para ganar influencia regional e internacional.
Siria ejerció una hegemonía sobre Líbano hasta febrero de 2005, cuando fue asesinado el ex primer ministro libanés Rafik Hariri, por el cual Damasco fue responsabilizado.
Aunque las tropas sirias ya no están presentes en suelo libanés, buena parte de la turbulencia del país en las últimas tres décadas se atribuyó a la intervención indirecta de Damasco, lo que condujo a un desaire occidental colectivo al gobierno de Assad.
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Ahora la marea se revierte. Siria parece estar emergiendo lentamente de sus tres años de aislamiento mundial transcurridos desde la muerte de Hariri, gracias a una postura más moderada en relación a Líbano. Y esto empezó cuando aprobó el acuerdo para poner fin a la guerra civil libanesa de mayo, que duró una semana y condujo a la elección del presidente Michel Suleiman.
El presidente francés Nicolas Sarkozy invitó a Assad el 14 de este mes a asistir a la cumbre del Mediterráneo en París y a las festividades del Día de la Independencia de Francia. Fue la visita diplomática más alto de perfil que haya realizado un funcionario sirio a Francia desde el asesinato de Hariri.
La aparente reconciliación entre Francia y Siria se ve reforzada por el anuncio de que Sarkozy visitará Damasco en septiembre. Luego de reunirse con Assad, el mandatario francés anunció que Siria y Líbano habían decidido establecer relaciones diplomáticas abriendo embajadas.
"Hemos presenciado un progreso histórico, con Siria y Líbano intentando tener una representación diplomática recíproca en sus respectivas capitales. Esto no ocurrió nunca antes", dijo Sarkozy, quien presidió la primera ronda de conversaciones entre el nuevo presidente libanés y Assad.
A la reunión de París también asistió el jeque Hamad bin Khalifa al-Thani, emir de Qatar, quien operó como mediador del acuerdo de Doha.
El politólogo Walid Moubarak, de la American University de Líbano, dijo que el acercamiento de Siria y Francia es positivo.
"Se ha vuelto claro que las potencias internacionales ya no pueden ignorar a Siria, especialmente a la luz de su influencia sobre las facciones políticas, como el (movimiento prosirio chiita) libanés Hezbolá (Partido de Dios), el palestino (Movimiento de Resistencia Islámica) Hamas y su rol en la escena política iraquí. Siria ciertamente ha podido capitalizar los problemas de Estados Unidos en Medio Oriente", señaló.
Señalando un posible cambio en su apoyo a Hezbolá, Siria también se comprometió en conversaciones de paz indirectas con Israel. Los dos países vecinos, en guerra desde 1948, han celebrado tres rondas de negociaciones indirectas desde marzo, bajo los auspicios de Turquía, aumentando las probabilidades de un tratado.
La reunión que el día 21 mantuvieron el ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Muallem, y el presidente Suleiman en Beirut también promete mejores relaciones, con el establecimiento de vínculos diplomáticos, la demarcación de las fronteras (lo que nunca se hizo) y el tratamiento del problema de los detenidos libaneses que todavía están en prisiones sirias.
Según el profesor Hilal Khashan, director del Departamento de Ciencia Política de la American University de Beirut, Siria se aproxima indirectamente a Estados Unidos a través de sus conversaciones con Francia e Israel.
"El régimen de Damasco sólo concluirá un acuerdo de paz con Israel que sea vigilado por Estados Unidos", sostuvo.
Sin embargo, cualquier acuerdo de paz depende de la posición de Damasco sobre Hezbolá. Luego de que Siria concluyera su ocupación de Líbano, bajo una intensa presión extranjera, el régimen se dio cuenta de que el movimiento se estaba volviendo demasiado poderoso.
"El régimen sirio siempre dependió de una 'estrategia de dividir y conquistar' que ya no es efectiva en el caso de Hezbolá, dado que se volvió demasiado poderoso desde que Siria se fue de Líbano", dijo Khashan.
"Sin embargo, a la luz de las actuales negociaciones sirio-israelíes, la situación de Hezbolá en Líbano se volvió precaria. Es más probable que el conflicto del 7 de mayo reflejara la posición de Irán para mostrar que el 'Partido de Dios' todavía es una fuerza a tener en cuenta", agregó.
El analista cree que la alianza de Siria con Irán es únicamente táctica, un matrimonio por conveniencia que se disuelve lentamente como resultado de las ambiciones nucleares de Irán, lo que Damasco siente la relegaría al rol insignificante de un estado satélite.
En los últimos días, las tensiones parecen estar decayendo progresivamente en Líbano. De esto dio fe la posición más conciliatoria entre la minoría parlamentaria pro siria de Hezbolá y el líder de la mayoría antisiria Walid Joumblat.
El hecho de que Hezbolá flexibilizara su postura hacia la mayoría es una manera de reconocer los cambios en la política regional y refleja que el partido está pronto para usar la diplomacia en vez de la guerra.
"Hezbolá es consciente de que Siria ha decidido hacer la paz con Israel y quiere sobrevivir a un posterior y potencial ataque sirio en caso de que se haga un acuerdo", dijo Khashan.
Al ser una creación regional, Hezbolá sólo puede ser frenado o derrocado por una potencia regional, opinó.
Tanto Khashan como Moubarak creen que, pese a las acciones conciliatorias, el entorno político de Medio Oriente sigue siendo volátil, y el cambio más leve puede afectar el curso de la historia. Sin embargo, por ahora parece que todo está tranquilo en el frente libanés.
