JUEGOS OLÍMPICOS-CHINA: No hay mejoras, según activistas

Todo está listo para la fiesta. Las fuentes de fuegos artificiales con peonías rojas y dragones amarillos están preparadas para encender los cielos en el mayor espectáculo deportivo que haya organizado China.

Pero, 10 días antes de que comiencen los Juegos Olímpicos de Beijing, el país anfitrión todavía afronta acusaciones internacionales de no haber cumplido las promesas sobre derechos humanos y ambiente que hizo en 2001.

Activistas señalan que las amplias medidas de seguridad adoptadas para proteger las instalaciones y la realización de los Juegos tienen en realidad el objetivo de sofocar a los grupos que critican al gobierno por su desempeño en derechos humanos y en la lucha contra la corrupción.

Además, los esfuerzos para limpiar el ambiente en la capital no han alcanzado los estándares esperados para una ciudad cede olímpica, y la contaminación en Beijing todavía supone un peligro para los atletas, alertan.

La organización Amnistía Internacional (AI) acusó a las autoridades chinas de romper sus promesas de mejorar la situación de derechos humanos y así traicionar los valores fundamentales de los Juegos Olímpicos. En un informe publicado este martes, cuando faltan 10 días para el inicio de la competencia, el grupo señaló que la situación en China incluso se deterioró en los últimos años.
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"Al continuar persiguiendo y castigando a los que hablan a favor de los derechos humanos, las autoridades chinas perdieron de vista las promesas que hicieron cuando se les encomendaron los Juegos hace siete años", afirmó en conferencia de prensa en Hong Kong la vicedirectora para Asia Pacífico de AI, Roseann Rife.

Casi en forma simultánea, la organización ambiental Greenpeace lanzó su propia evaluación sobre el desempeño de Beijing de cara a los Juegos, en la que incluyó una larga lista de oportunidades perdidas para que la ciudad atendiera los temores sobre el impacto en los atletas de la creciente contaminación.

"A pesar de todos los esfuerzos del gobierno, la calidad del aire de Beijing hoy probablemente aún no es lo que el mundo esperaba para una ciudad sede de los Juegos Olímpicos", señaló en conferencia de prensa en esta ciudad el director de la campaña para China de Greenpeace, Lo Sze-ping.

El lanzamiento del informe de Greenpeace, titulado "China en procura de los Juegos Olímpicos: lecciones de Beijing", se produjo mientras la capital permanecía envuelta en un fuerte esmog que hace que los objetos se vean borrosos a apenas 10 metros de distancia.

Beijing ha estado luchando contra su reputación de ser la "ciudad gris" de los Juegos. Las autoridades adoptaron medidas severas hace una semana para que los 3,3 millones de automóviles se alternen en sus salidas a las calles de acuerdo con los números de sus matrículas. Todas las tareas de construcción en las zonas centrales fueron suspendidas, y más de 150 obras con uso de tierra y cemento en toda la ciudad fueron clausuradas por dos meses.

La campaña de limpieza incluso se extendió a la ciudad costera de Tianjin, donde se disputarán partidos de fútbol, y a Tangshan, importante localidad industrial al noroeste de Beijing. Cerca de 350 fábricas fueron cerradas en ambas ciudades. Pero, luego de las drásticas medidas para limpiar el aire, la contaminación regresó favorecida por la humedad y el calor bochornoso. El fin de semana, el aire en la capital era "insalubre para los grupos más sensibles", según la Oficina de Protección Ambiental de Beijing.

El índice de contaminación del aire se ubicaba entre 103 y 124, esto es, por encima de 100, el estándar nacional de buena calidad de aire. Y los patrones ambientales chinos son menos exigentes que los considerados "seguros" por la Organización Mundial de la Salud.

"A pesar de los varios planes de largo y corto plazo de Beijing, la contaminación del aire sigue siendo uno de los más duros desafíos de la ciudad", dijo Lo Sze-ping, y señaló que esto constituía un ejemplo del "fracasado modelo de crecimiento" chino.

"Esto muestra que el modelo de crecimiento de China de ‘desarrollarse primero, limpiar después’ está equivocado, y debe ser descartado lo antes posible. Es fácil contaminar, pero mucho más difícil limpiar el daño", indicó.

Sin embargo, las autoridades de Beijing defendieron su desempeño, asegurando que todas las promesas se han cumplido. El director de la Oficina de Protección Ambiental de la capital, Du Shaozhong, dijo a periodistas el domingo que la calidad del aire era actualmente 20 por ciento mejor que el año pasado.

"Si el paisaje de la ciudad parece turbio, eso no significa que la calidad del aire sea mala", sostuvo.

Los organizadores prometieron medidas aun más severas para asegurar que Beijing cumpla su promesa de tener unos "Juegos Olímpicos verdes", y evalúan un plan que permitiría la circulación en la ciudad de solamente 10 por ciento de los vehículos privados y el cierre de mas fábricas en el norte del país.

"Implementaremos un plan de emergencia 48 horas antes si la calidad del aire se deteriora durante los Juegos del 8 al 24 de agosto", dijo Li Xin, de la Oficina de Protección Ambiental de Beijing, según el periódico China Daily.

En el campo de los derechos humanos, los organizadores están lejos de adaptarse a las demandas internacionales. Cuando Beijing ganó en 2001 el privilegio de organizar los Juegos, prometió mejorar todas las condiciones sociales.

Argumentando amenazas de seguridad, el gobierno ha adoptado severas medidas contra una amplia gama de personas as las que considera potenciales fuentes de inestabilidad durante la competencia deportiva, como los separatistas tibetanos, los partidarios del movimiento espiritual Falun Gong y grupos que luchan contra el control chino de la provincia musulmana de Xinjiang, así como campesinos y trabajadores con demandas sociales.

El informe de AI señala que las autoridades chinas extendieron el uso de detenciones punitivas, incluyendo la política de "reeducación a través del trabajo" y de "rehabilitación forzada de las drogas", para "limpiar" Beijing antes del comienzo de los Juegos y mantener bajo control a los activistas.

Funcionarios a cargo de la seguridad en los Juegos negaron que se procure ahogar las críticas, y aseguraron que el país sufre graves amenazas debido al amplio alcance y a la audacia del terrorismo global actual.

"Nos preocupa que Beijing no deje un legado positivo con sus Juegos si no se toman medias urgentes", afirmó Rife, de AI.

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