Bienvenidas tras la invasión de Estados Unidos a Iraq en 2003, la mayoría de las organizaciones no gubernamentales que operan en este país son objeto de escepticismo y desconfianza. Pocas siguen siendo de ayuda.
Cientos de organizaciones no gubernamentales llegaron a Iraq ese año, tras décadas de restricciones bajo el régimen de Saddam Hussein, quien gobernó este país de 1979 hasta 2003 y fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006.
"El régimen no confiaba en ellas y las consideraba espías", dijo a IPS Muath A'raji, de la Organización Social Nacional, con sede en Bagdad.
"Los iraquíes creían que el régimen estaba equivocado en eso, pero ahora cambiaron de opinión. Muchas de estas organizaciones son un fraude. Se parecen más a compañías privadas que a organizaciones humanitarias y de derechos humanos", se lamentó A'raji.
Estados Unidos suele contratar empresas privadas con diferentes finalidades en Iraq, incluso por servicios de seguridad, para los que esas compañías emplean, a su vez, a mercenarios
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La población esperaba que las organizaciones no gubernamentales aliviaran su sufrimiento, causado por la ocupación estadounidense y la corrupción del gobierno iraquí.
Pero ahora la mayoría parece creer que trabajan por el dinero y por intereses personales, si es que no sospechan que persiguen objetivos de inteligencia o de proselitismo religioso.
Su sola mención inspira más temor que esperanza.
"Me horroricé al escuchar que una organización francesa trasladaba de forma ilegal niños de Chad para venderlos en Europa", señaló Um Yassen, cuyo hijo de seis años resultó herido en un bombardeo estadounidense a la ciudad de Faluya, 69 kilómetros al oeste de Bagdad.
"Me presenté ante muchas organizaciones en el intento de que curen a mi hijo en el extranjero. Pero ya no sabemos más en quién confiar", añadió.
De todos modos, aún existen algunas instituciones humanitarias que ayudan a la población necesitada de ayuda.
"Decenas de organizaciones se llevaron los registros médicos y las radiografías de Nora, mi sobrina de cinco años, pero sólo una volvió para hacerse cargo de su traslado y tratamiento en el extranjero", dijo a IPS Anwer Abdul Hameed.
"Nora recibió un disparo en la cabeza de un francotirador estadounidense en 2005", relató. "Su papá la llevó a muchos hospitales, que están casi paralizados por falta de equipos y medicamentos. Los médicos hicieron lo que pudieron", añadió.
"Ella seguía con el cráneo fracturado hasta que No More Victims la llevó a Estados Unidos", indicó Hameed.
No More Victims ("no más víctimas", en inglés) tiene su sede en la occidental ciudad estadounidense de Los Angeles y está dedicada a facilitarle la atención médica en ese país a niños y niñas iraquíes heridos por las fuerzas de ocupación.
Al igual que la mayoría de las instituciones extranjeras, cientos de organizaciones no gubernamentales iraquíes también parecen haber perdido credibilidad.
Numerosos residentes de Faluya contaron a IPS que muchas de las que les brindaron asistencia durante los ataques de 2004 desaparecieron, pues buena parte de sus activistas fueron detenidos por el ejército de Estados Unidos.
"Los arrestaron o huyeron del país amenazados por escuadrones de la policía secreta", dijo a IPS un médico de Faluya que pidió reserva de su identidad.
"La mayoría de las organizaciones que existen ahora pertenecen a los partidos gobernantes o a personas que no saben nada del trabajo organizado. La Media Luna Roja iraquí, por ejemplo, está totalmente dominada por el Partido Da'wa, del primer ministro Nouri al Maliki", añadió.
Un integrante de la Media Luna Roja de Faluya negó que el Partido Da'wa controlara la organización, pero no quiso a responder a las preguntas de IPS acerca de su forma de trabajo.
El riesgo de vida también incide en la parálisis de la sociedad civil.
El Comité de Coordinación de Organizaciones No Gubernamentales en Iraq, iniciativa independiente lanzada por varias entidades al triunfar la ocupación en abril de 2003, estableció una red de unas 80 asociaciones internacionales y 200 iraquíes.
El Comité no revela la lista de organizaciones que operan en Iraq por "problemas de seguridad", según se puede leer en su sitio de Internet.
"Con el alto riesgo que pende sobre los trabajadores humanitarios en el terreno, al menos 94 fueron asesinados en Iraq desde 2003", según cifras actualizadas al 27 de septiembre de 2007, sostuvo la organización.
"Nuestros datos toman en cuenta incidentes denunciados al Comité. Como los trabajadores humanitarios tienen las mismas dificultades que cualquier civil en Iraq, la cifra puede ser mayor, en especial en lo que respecta al personal local", añade.
*Ali al-Fadhily, corresponsal de IPS en Bagdad, trabaja en estrecha colaboración con Dahr Jamail, experto en Iraq radicado en Estados Unidos, quien viaja regularmente a la región