El debate sobre el futuro de la industria petrolera mexicana entró en su última fase de propuestas concretas, al finalizar este martes los foros organizados por el Senado para discutir la situación.
Unos 150 especialistas abordaron en sesiones que se extendieron por 70 días aspectos de la industrial energética nacional, como el estado de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), los cambios requeridos para mejorar su funcionamiento y el régimen fiscal que envuelve a la actividad.
"Es un ejercicio sin precedentes en el país, útil e instructivo. El Senado aprendió, porque llegaron especialistas y dirigentes de todas las fuerzas políticas", evaluó Francisco Labastida, presidente de la Comisión de Energía de la cámara alta, en el inicio de la última jornada de exposiciones que versó sobre el funcionamiento de las petroleras estatales extranjeras.
Los representantes de las fracciones políticas afrontan la etapa de estructurar un proyecto de reforma, considerada la más delicada del proceso, pues involucra la incorporación de los puntos de vista expuestos durante los 21 foros escenificados desde mayo.
"El reto más complicado es incorporar todos los puntos de vista. Estamos viendo una disposición del Senado de incluir esos planteamientos y un ejercicio importante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI) (opositores) de presentar sus propias iniciativas", dijo a IPS César Hernández, experto en temas energéticos del no gubernamental Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC).
Las comisiones senatoriales de Energía y Estudios Legislativos se reunirán en lo que resta de esta semana para elaborar un dictamen sobre la iniciativa de reforma que luego sería turnada al seno de la cámara alta.
Además, el PRD y el PRI presentarán esta semana su propio proyecto reformista, lo cual avizora una discusión intensa del tema.
"Es excelente, así podremos tener tres iniciativas a discutir", manifestó el senador Rubén Camarillo, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN).
Los debates giraron en torno a las propuestas de reforma de cinco leyes relacionadas con la operación de Pemex, presentadas a inicios de abril por el presidente de México, Felipe Calderón, y que pretenden facilitar la participación de compañías privadas en el sector petrolero, la que existe en los hechos desde hace décadas pero con múltiples candados.
Los diagnósticos indican que la empresa estatal, nacionalizada en 1938, tiene graves conflictos financieros, un marcado retraso tecnológico y problemas de corrupción interna.
Una fiebre de discusiones ha copado a México en los últimos meses, en la cual se han sumado universidades, organismos académicos y gremios empresariales, para abordar distintos temas energéticos, en un intento por darle contenido democrático y alcance nacional a uno de los asuntos que más atención ha generado en tiempos recientes.
La cantidad y variedad de estos foros es una respuesta a los organizados por el Senado para explorar diversos temas relacionados con la situación energética del país, como el desarrollo de energías alternativas.
La estatal Universidad Nacional Autónoma de México entregó el 16 de este mes al Senado su propio proyecto, derivado de su ronda de exposiciones llevada a cabo del 23 al 27 de junio.
"Hemos identificado la manera en que podemos arreglar las cosas", manifestó Labastida, senador del PRI y exsecretario (ministro) de Energía.
El gobierno sostiene que sus propuestas buscan dotar a Pemex de autonomía de gestión y de un perfil que lo acerque más al funcionamiento de una empresa que de un ministerio, como sucede hoy.
El proyecto aspira, según el discurso oficial, dar a la petrolera flexibilidad para negociar contratos con particulares y realizar todo tipo de compras, ámbitos en los que ahora enfrenta engorrosos pasos administrativos.
Pero la izquierda y numerosos expertos sostienen que es una propuesta privatizadora y carente de transparencia, que debe ser rechazada, mientras el oficialismo y otra porción de especialistas afirman lo contrario. Las reformas sugeridas no incluyen modificar la Constitución, que establece la propiedad estatal del petróleo.
La previsión es que la discusión de la reforma petrolera entre en la agenda legislativa del próximo periodo ordinario de sesiones, pautado para septiembre próximo.
"Difícilmente vamos a ver a todas las fuerzas políticas respaldar una misma iniciativa. Sí creo posible una iniciativa que obtenga el respaldo del PAN y del PRI o una del PRD y PRI, ambas son posibles", anticipó Hernández.
A sus 70 años de vida, Pemex, la empresa más grande de América Latina con 154.761 empleados, 125.523 de los cuales están sindicalizados, atraviesa una profunda crisis financiera y de atraso de tecnología. Además, México tiene un horizonte de reservas probadas de crudo de apenas nueve años.
Pemex informó el lunes de que su producción de crudo se estacionó en el primer semestre de este año en 2,58 millones de barriles diarios, cantidad inferior en 9,7 por ciento al dato correspondiente al mismo lapso de 2007.
La firma petrolera exportó en ese periodo 1,45 millones de barriles diarios, 15,4 por ciento menos frente a las ventas externas del año previo, aunque por ellas ganó 25.000 millones de dólares, 52 por ciento más que la cifra reportada en el primer semestre de 2007.
Las importaciones mexicanas de gasolinas crecieron de 294.000 barriles diarios en el tramo mencionado a 331.000 actualmente.