Los reyes Juan Carlos, de España, y Abdalá, de Arabia Saudita, inauguraron este miércoles la Conferencia Internacional para el Diálogo, que busca un compromiso global para el respeto de los derechos humanos, el rechazo a la violencia y el entendimiento entre todas las religiones y culturas.
La Conferencia instalada en Madrid, que finalizará este viernes, responde a una iniciativa del rey saudita, quien dijo en el acto inaugural que abordarán temas como la vida de las sociedades humanas, la seguridad y la paz, los derechos humanos, la cooperación internacional para la paz y el desarrollo y la convivencia pacífica en el mundo.
El rey Juan Carlos, a su vez, sostuvo que en el planeta debe lograrse que impere un entendimiento común, para poder "acabar con la barbarie terrorista, el hambre y la discriminación, y que se respeten los derechos humanos, sin excepciones".
Al preguntarle sobre la cuestión del islamismo, el rey Abdalá dijo a IPS que esta reunión no fue convocada para discutir sobre una u otra religión, sino para "crear un ambiente positivo de lo que compartimos, para estudiar cómo podemos y debemos cooperar y actuar para resolver los problemas de la sociedad actual".
Entre los asuntos que preocupan de la actualidad se detallan "la desintegración familiar, la caída de la ética, los problemas de la juventud y muy especialmente cómo acabar con la violencia y lograr que reine la paz", puntualizó.
El monarca visitante negó que las tragedias vividas por la humanidad se hayan producido o motivadas por razones religiosas, sino que cuando se invocaron creencias se lo hizo por "el extremismo que adoptaron algunos de los seguidores" de diversas creencias y postulados políticos.
Por ello afirmó que la diversidad de religiones puede ser un medio para la "felicidad" de los humanos, porque si Dios hubiera querido otra cosa "hubiera impuesto una sola religión para la humanidad".
El rey Abdalá concluyó que "no se trata de discutir sobre las religiones, ya que todas tienen un Dios único, lo que queremos es que las religiones sean un medio para superar las disputas y no que sean sus protagonistas".
En el comienzo de la reunión de Madrid, el rey Juan Carlos también defendió el diálogo, que debe hacerse, dijo, "desde el mutuo respeto a nuestras respectivas identidades y creencias", dirigido a "facilitar el mejor conocimiento mutuo, a subrayar aquellos valores en los que coincidimos y a promover la colaboración y el entendimiento recíproco".
En esa línea, prosiguió, "el diálogo interreligioso e intercultural desempeña un destacado papel que gana en importancia en esta era de la globalización".
Recordó que España salió de una dictadura (encabezada por Francisco Franco de 1939 a 1975) y construyó y desarrolló su democracia "en torno a la tolerancia, la convivencia y el respeto mutuo", sistema de derecho que siempre es partidario de "profundizar la paz, el diálogo y la cooperación a escala internacional".
A ese respecto, el viceministro de Cultura e Información de Arabia Saudita, Saleh Al Namlah, explicó el martes en rueda de prensa que la elección de Madrid como sede de la reunión se basó en "la buena relación" existente entre los dos países y por la característica de España como "puente cultural, un centro histórico de encuentro entre musulmanes, cristianos y judíos".
A la reunión de Madrid asisten también monjes budistas.
Esta Conferencia, organizada por la Liga Mundial Islámica, se realiza a propuesta del rey Abdalá, cuyo gobierno la apoya política, religiosa y financieramente.
La Liga es un organismo civil con sede en La Meca, la ciudad saudita centro de peregrinación del mundo musulmán, y que representa a los pueblos de las naciones islámicas y a las minorías en otros países, con más de 40 delegaciones en los cinco continentes, desarrollando actividades culturales y de cooperación.
Una característica destacable de esta Conferencia es que, por primera vez en un encuentro de esta naturaleza y presidido por el rey de Arabia Saudita, se realizará una mesa redonda este jueves en la que participarán delegadas de varias religiones para tratar el tema "La mujer en las distintas religiones".
Pero en los discursos inaugurales de ambos reyes no se mencionó el tema femenino ni se habló de sus derechos, y entre las 250 personas participantes, provenientes de todo el mundo, sólo 15 son mujeres.
El secretario general de la Liga Mundial Musulmana, Abdalá bin Abdul Mohsin Al-Turku, dijo que la Conferencia debe buscar la consolidación de los valores morales y las nobles prácticas sociales contra el libertinaje y luchar contra la decadencia moral y el desmembramiento familiar, pero tampoco mencionó siquiera los derechos de la mujer.
La teóloga española Margarita Pinto, quien presidirá la mesa sobre la mujer en las religiones, manifestó a IPS su creencia de que "en ninguna cultura hay igualdad entre los sexos, aunque los cambios positivos se están manifestando más en unas que en otras. Y esa desigualdad se debe a los sistemas patriarcales refrendados por los religiosos".
Sobre el futuro añadió que "queda mucho por hacer y los avances se producirán a medida que las mujeres tomen conciencia de sus derechos y luche, porque a quienes hemos avanzado nadie nos regaló nada".
Pinto subrayó que "ninguna religión va contra los derechos humanos sino que su violación se debe a quienes interpretan mal los principios religiosos y ponen norma (…) y hasta ahora en la inmensa mayoría de los casos han sido hombres, políticos o no, quienes lo han hecho".
En los debates iniciados este miércoles se destaca también la participación del secretario general del Congreso Judío Mundial, Michael Schneider, y del cardenal católico Jean-Louis Tauran, responsable del Vaticano para el diálogo con el Islam.
Sobre el diálogo, el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, indicó que "es un deber de los líderes religiosos trabajar juntos para restaurar un respeto por los valores éticos y por el evitar el 'choque de civilizaciones'".
Para Tauran, este foro, más allá de sus objetivos, es "un gran acto de valentía".
Al lanzamiento de la Conferencia también asistieron, entre otros, el ex primer ministro británico y actual enviado especial del Cuarteto para Medio Oriente, Tony Blair, casi todos los miembros del gobierno saudita, el juez Baltasar Garzón, el defensor de los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos, Jesse Jackson y los ministros españoles Miguel Ángel Moratinos, de Asuntos Exteriores y de Cooperación, y Mariano Fernández Bermejo, de Justicia.
