Cuba y México intentan acercar posiciones para llegar a un acuerdo que les permita dar un marco legal y ordenado a la emigración común, uno de los puntos considerados más sensibles de la agenda dce trabajo bilateral.
Tras reconocer que se trata de un asunto complejo y de "alta sensibilidad" para La Habana, debido al continuo flujo de indocumentados cubanos por territorio de México, el embajador de este país en la isla, Gabriel Jiménez Remus, se declaró optimista respecto de la ronda de conversaciones de dos días, iniciadas este miércoles por delegaciones de ambos gobiernos.
La cita, prevista en un hotel ubicado en la parte oeste de la capital cubana, busca establecer un marco jurídico que, con un enfoque integral y bajo el principio de responsabilidad compartida, garantice un flujo migratorio legal, seguro, ordenado y respetuoso de los derechos humanos.
El diplomático aseguró que existe una "voluntad política de ambos gobiernos de seguir avanzando" en las discusiones sobre asuntos migratorios y consulares, que tuvieron su primer acercamiento en abril en la ciudad de México. La cancillería cubana se abstuvo de emitir declaraciones previas al iniciode las nuevas pláticas.
El aspecto más complejo a resolver se concentra en el tráfico de emigrantes clandestinos cubanos a través de territorio mexicano con destino a Estados Unidos.
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Jiménez Remus estimó que más de 10.000 indocumentados cubanos pasan anualmente por su país, una cifra que podría ser mayor si se tiene en cuenta que no todos son detectados.
Concide con La Habana y "muchos observadores" en que la Ley de Ajuste Cubano estadounidense incentiva esa emigración ilegal.
La aspiracion de los cubanos es Estados Unidos y, de acuerdo con esa ley, en cuanto llegan a ese país tienen derecho a seguridad social, trabajo y educación, comentó el diplomático mexicana a una pregunta de IPS.
Esa legislación vigente desde los años 60 del pasado siglo privilegia a los emigrantes de nacionalidad cubana que lleguen al país del norte, destino codiciado también por viajeros de otros países latinoamericanos, entre ellos del propio México, poseedor de una frontera de 3.200 kilómetros con Estados Unidos.
Autoridades cubanas han dicho que "las mafias de Miami" (cubanos anticastristas) cobran entre 12.000 y 15.000 dólares por sacar a sus familiares de la isla y llevarlos a Estados Unidos. La ley de ajuste "aumenta los ilegales en tránsito por territorio mexicano", admitió Jiménez Remus.
La agenda de negociaciones incluye la búsqueda de mecanismos que permitan combatir y prevenir el tráfico de emigrantes, trata de personas y delitos conexos, como el narcotráfico, aunque ya existe colaboración "día a día" entre autoridades policiales y de seguridad de las dos naciones.
"Ambos gobiernos están abiertos a proporcionar toda la información necesaria para tratar de evitar el tráfico de personas en territorio mexicano", aseguró Jiménez Remus, quien citó entre los aspectos difíciles de resolver el de la repatriación de los indocumentados cubanos detectados.
Cuba sólo acepta la devolución de balseros capturados en el mar y rechaza el retorno de inmigrantes ilegales que entran a México por tierra, sobre todo por la frontera sur de ese país, desde Guatemala o Belice, ante el temor de que entre estos pudiese haber potenciales autores de hechos violentos contra la isla.
"Es un tema de alta sensibilidad para los cubanos, pero existe la voluntad de seguir dialogando para llegar a un arreglo que convenga tanto a los intereses de México como a los de Cuba", comentó el diplomático
Las delegaciones encabezadas, respectivamente, por el vicecanciller cubano Alejandro González y el subsecretario para América Latina y el Caribe de la secretaría (ministerio) mexicana de Relaciones Exteriores, Gerónimo Gutiérrez, discutirán también sobre los procesos de documentación migratoria.
Otro punto de la agenda de trabajo es la revisión de convenios y programas de cooperación para facilitar el ingreso a los ciudadanos de los dos países, así como los mecanismos de intercambio de información en la materia y los procesos de repatriación/devoilución.
Los dos países dieron por normalizadas sus relaciones en marzo pasado, durante la visita a La Habana de la canciller mexicana Patricia Espinosa, luego de un periodo de distanciamiento y tensiones que se agudizaron bajo la anterior administración de Vicente Fox (2000-2006).
En esa ocasión, Espinosa y su colega cubano, Felipe Pérez Roque, acordaron la reactivación de estas negociaciones migratorias a fin de poner a punto los instrumentos correspondientes para que sean suscritos en septiembre próximo, durante la visita de Pérez Roque a México.
El embajador Jiménez Remus dijo estar optimista respecto de que durante las semanas que faltan para el viaje de Pérez Roque, previsto para los días 11 y 12 de ese mes, se pueda lograr un acuerdo para su firma en esa ocasión.
Pérez Roque será portador de una invitación personal del presidente de Cuba, Raúl Castro, a su par mexicano, Felipe Calderón, para que visite la isla, y según el embajador, se supone que todos los temas pendientes deben estar saldados cuando ese viaje presidencial se concrete.