El enfoque adoptado por la Unión Europea (UE) en las conversaciones comerciales con África es fuertemente criticado en un informe oficial encargado por Francia, que ejerce la presidencia rotativa del bloque.
Christiane Taubira, integrante de la Asamblea Nacional francesa que elaboró el informe a pedido del gobierno de su país, recomendó que la orden dada a la Comisión Europea —órgano ejecutivo de la UE— de negociar acuerdos de asociación económica (EPA, por sus siglas en inglés) con los países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP) sea enmendada.
Aunque los funcionarios de comercio vienen liderando las negociaciones en representación de la UE, de 27 miembros, Taubira está a favor de que la base para las negociaciones sea repensada, a fin de que se haga un mayor énfasis en el desarrollo social y económico.
Presentado a mediados de junio ante el presidente francés Nicolas Sarkozy, pero todavía sin publicar, el trabajo de 191 páginas contiene fuertes críticas a los esfuerzos realizados por la Comisión para persuadir a los países africanos de anular la mayor parte de los impuestos que pesan sobre las importaciones que llegan de Europa.
Observando que muchos países ACP dependen de impuestos aduaneros para obtener casi 40 por ciento de sus ganancias, Taubira sostiene que los EPA podrían hacer que muchas de las instituciones nacionales africanas se vuelvan "impotentes".
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Y aunque la Comisión presentó a los EPA como una oportunidad para que África aumente sus exportaciones a Europa, Taubira se queja de que los elevados estándares de seguridad alimentaria que se aplican en la UE "constituyen obstáculos más efectivos que los aranceles" para los agricultores y las compañías que desean hacer negocios con el bloque.
Su informe también sugiere que los EPA podrían alterar de modo fundamental la relación política entre países europeos y sus ex colonias.
En el marco del acuerdo de Cotonou firmado entre la UE y los países ACP en 2000, el bloque europeo se comprometió a ayudar a sacar a sus ex colonias de la pobreza.
Sin embargo, Taubira señala que la UE ahora debería aclarar si decidió "abandonar el desarrollo como si fuera un espejismo peligroso e invitar a los países ACP a arrojarse dentro del gran bazar del libre comercio".
El informe de Taubira fue encargado por Francia en abril, en preparación de su periodo de presidencia de la UE, que comenzó el 1 de este mes. Sobreviene tras las preocupaciones planteadas en privado por diplomáticos franceses ante la Comisión Europea en los últimos meses.
Aunque la Comisión sostiene que debería desecharse por lo menos 80 por ciento de los aranceles impuestos por países ACP sobre las mercaderías europeas, los funcionarios franceses recomendaron que la liberalización comercial que se busca sea más estrecha en su alcance.
El portavoz de Comercio de la Comisión, Peter Power, dijo que el informe de Taubira todavía no fue transmitido a Bruselas.
"No sería apropiado que nosotros comentáramos los bocetos de informes encargados por el gobierno francés que no se nos han hecho llegar oficialmente", dijo a IPS.
"Tenemos un diálogo cercano con la presidencia (francesa) sobre los EPA, y discutiremos cualquier recomendación que nos plantee", agregó.
Apenas 35 de los casi 80 países ACP involucrados en las negociaciones comerciales firmaron acuerdos preliminares antes y a fines del plazo fijado para 2007 por la Comisión.
Por tanto, se decidió que las conversaciones por los EPA continúen este año, aunque funcionarios de la UE admiten que hay una fuerte probabilidad de que se extiendan hasta 2009.
Otra recomendación hecha por Taubira fue que la UE reconozca el derecho de los países pobres a alimentarse permitiéndoles excluir los bienes agrícolas de la liberalización comercial.
También llamó a que la asistencia al desarrollo ofrecida por la UE no quede sujeta a la condición de que se firmen los EPA
La organización no gubernamental Oxfam elogió el informe de Taubira.
Jean-Denis Crola, activista de la oficina de Oxfam en París, dijo que la Comisión Europea había usado una "presión no moderada" en las negociaciones, amenazando con cortar la asistencia a los países ACP y aumentar los impuestos a sus exportaciones a Europa si no firmaban los acuerdos.
"En estos países nadie —campesinos, artesanos, emprendedores— ignora las consecuencias que tendrán estos acuerdos sobre sus medios de supervivencia, sus economías, su pobreza y su hambre. Nadie ignora ni las tácticas —presión, paternalismo y amenazas— empleadas por la Comisión para imponer su punto de vista y sus intereses", sostuvo.
Mientras, la organización ActionAid expresó preocupación por los efectos que podría tener un EPA sobre el sector pesquero en África occidental.
Luego de recabarse evidencia de que buques europeos que operaban en aguas de Senegal estaban agotando las existencias de muchas variedades de peces, Dakar decidió en 2006 no renovar un acuerdo que concedía a los botes de la UE acceso a sus aguas.
Según ActionAid, la sección referente a servicios en un boceto de EPA enviado por la Comisión a gobiernos de África occidental "abrirá la puerta" para que empresas pesqueras europeas se establezcan en Senegal.
Dakar ya no será capaz de introducir medidas políticas diseñadas para impedir que extranjeros agoten las reservas pesqueras senegalesas.
"Son inherentes a los EPA las medidas de liberalización por las que más botes europeos extraerán nuestros peces, sin ninguna obligación de descargar las capturas en Senegal", dijo Alhassan Cissé, experto en políticas alimentarias que trabaja para ActionAid en ese país.
"Esto representa un importante riesgo para la seguridad alimentaria de millones de personas que dependen del pescado para cubrir alrededor de 70 por ciento de sus necesidades de proteínas", agregó.