COMERCIO: Doha subvenciona y los alimentos se encarecen

El sesgo dado por la OMC a las propuestas de reformas al comercio agrícola, analizadas por segunda semana consecutiva, agravará categóricamente la crisis desatada en los últimos meses por los altos precios de las materias primas del sector, estimó Aftab Alan Khan, experto de ActionAid.

Las cruciales deliberaciones iniciadas por la OMC (Organización Mundial del Comercio) el 21 de este mes, con la presencia de ministros de más de 30 países, habían creado expectativas, al menos entre los jefes de esa entidad, de que la reunión podría aportar soluciones a la crisis de alimentos, aunque sea a mediano y largo plazo.

A través de la Ronda de Doha, la OMC puede contribuir con parte de la solución, había sostenido el director general de esa institución multilateral, el francés Pascal Lamy, el 7 de mayo, cuando comenzó a vislumbrarse la convocatoria de los ministros.

Pero las reformas insinuadas en los borradores que discuten los ministros y los representantes de los demás 153 miembros de la OMC anticipan que nada cambiará, sostuvo el experto paquistaní de la organización no gubernamental ActionAid.

Con relación a la crisis de alimentos, la apertura más pronunciada de los mercados agrícolas bajo el programa de Doha acarreará con toda probabilidad un aumento de la volatilidad de los precios agrícolas, comentó Carin Smaller, investigadora en Ginebra del Instituto sobre Políticas Agrícolas y Comerciales (IATP, por sus siglas en inglés).

La crisis tiene varias causas, pero una de las más importantes es la transformación de la agricultura en los países en desarrollo, al pasar de ser una fuente de seguridad alimentaria y de sustento para los campesinos a un sector orientado a la exportación y al mercado, expuso a IPS Khan.

Uno de los rasgos salientes de la crisis ha sido la duplicación de los precios de las principales materias primas agrícolas en los últimos años. En especial, el arroz, maíz y el trigo han llegado a venderse a niveles sin precedentes.

Aunque el fenómeno expande incertidumbre en los mercados, la consecuencia más grave es el empeoramiento de la situación de unas 850 millones de personas que sufren hambre crónico en el mundo.

Desde el inicio de las negociaciones de Doha se esperaban resultados favorables al mundo en desarrollo, que habían sido anunciados cuando se lanzó la ronda en la capital de Qatar, en noviembre de 2001, recordó Khan.

Los campesinos pobres aguardaban un acuerdo que pudiera proteger sus vidas y su sustento, agregó. Sin embargo, lo que estamos viendo en estas dos semanas aquí es que los intereses de los agricultores pobres han sido arrojados al lago de Ginebra, dijo el experto.

Los textos presentados hasta ahora por la OMC y por Lamy atienden solamente los intereses de los países ricos y de sus empresas, agregó.

Khan puntualizó que la propuesta de Lamy sobre las subvenciones que otorgan Estados Unidos y la Unión Europea, en concepto de apoyo interno a sus agricultores, duplica el monto de las ayudas que ya otorgan. En el caso de Estados Unidos, que destina entre 7.000 y 8.000 millones de dólares anuales a esos fines, el proyecto le autoriza a emplear casi el doble, 14.500 millones. La Unión Europea (UE), que ya tenía previsto establecer sus subvenciones en 2014 en un monto de 12.000 millones de dólares, el texto de Lamy le concede el derecho de emplear unos 22.000 millones.

En esos fondos fiscales destinados a sostener agricultores no se incluye "una categoría de subvenciones intocables, como son las de la Caja Verde", formas de apoyo que la OMC no considera distorsionantes del libre comercio.

La UE está autorizada a gastar hasta unos 32.000 millones de dólares anuales en las subvenciones de la Caja Verde. A Estados Unidos le corresponden por ese rubro unos 50.000 millones de dólares. "Son intocables y pueden dar subvenciones en cualquier momento", recordó Khan.

Sin embargo, estudios de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) han determinado que, si la Caja Verde fuera disciplinada, como reclaman los países en desarrollo, las exportaciones agrícolas de Estados Unidos y de la UE se reducirían en 40 por ciento.

La respuesta a la crisis causada por el aumento de los precios de los productos básicos agrícolas se encuentra en la soberanía alimentaria, indicó Khan. Pero en el caso de Filipinas, su gobierno recibió asesoramiento del Banco Mundial para que se despreocupara de la autosuficiencia alimentaria. Podrán encontrar arroz en el mercado internacional, aconsejaron.

Con la nueva realidad de los precios, el arroz se ha vuelto inalcanzable. La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal-Arroyo, optó en abril por la adopción de políticas de autosuficiencia alimentaria, observó Khan.

Ese es el camino para los países pobres, de proteger y desarrollar su agricultura, en particular por parte de los campesinos de pequeña escala.

Pero los borradores de acuerdo elaborados en la OMC durante estas dos semanas conspiran contra ese objetivo. Por eso, en tales condiciones la situación de los precios se agravará, concluyó Khan.

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