CARICATURA-CHILE: La historia del rey desnudo

«Pinochet Ilustrado» se titula el último libro del destacado dibujante chileno Guillo, quien repasa de forma lúdica e irónica la historia del fallecido dictador chileno. El artista también se da espacio para criticar con sus caricaturas a la democracia recuperada en 1990.

Lo primero que hace Guillo en el libro de casi 200 páginas es presentar a su personaje protagónico: un rey de baja estatura, con lentes oscuros, bigote, corona y una capa "para cubrir su desnudez tanto exterior como interior".

Con ese Augusto Pinochet (1915-2006) camuflado, creado en 1981 e inspirado en el cuento "El traje nuevo del emperador", del escritor danés Hans Christian Andersen, Guillo trató de evadir la censura de la dictadura cuando llegó a trabajar en la revista Apsi, a comienzos de los años 80.

Precisamente "Pinochet Ilustrado", lanzado el 14 de este mes en Santiago, es una recopilación de los dibujos que aparecían semanal o quincenalmente en esa emblemática publicación, que paradójicamente desapareció luego del retorno a la democracia en 1990.

Publicado por Editorial Genus, el libro comienza con el general Pinochet acercándose al Palacio de La Moneda, sede de gobierno, tras ser ascendido a comandante en jefe del Ejército por el presidente socialista Salvador Allende (1970-1973).

Le sigue el cruento golpe militar del 11 de septiembre de 1973 que el propio Pinochet encabezó contra Allende, muerto ese día en La Moneda bombardeada, y la sanguinaria represión que continuó durante su dictadura de 17 años, que dejó más de 3.000 personas muertas y desaparecidas y 35.000 torturadas.

Continúan las reformas económicas y sociales neoliberales implementadas por el dictador, la aprobación de la cuestionada Constitución de 1980 y la censura que vivió la prensa de la época.

Luego Guillo recuerda la alegría que originó el arribo al gobierno de la centroizquierdista Concertación de Partidos por la Democracia cuando se reinstaura el sistema de derecho en 1990, pronto eclipsada por la tardanza de la justicia en resolver los casos de violaciones a los derechos humanos y el mantenimiento del modelo económico y social impuesto por los militares y la derecha.

Su serie predilecta es la que muestra a Pinochet preso en Londres en 1998, tras ser detenido mientras se recuperaba de una intervención quirúrgica, por orden del juez español Baltasar Garzón, quien buscaba extraditarlo y juzgarlo en su país por crímenes de lesa humanidad.

Luego de 503 días de arresto, el gobierno laborista de Tony Blair (1997-2007) decidió liberar al entonces senador vitalicio por "razones humanitarias" ante un alegado problema de salud. El libro finaliza con Pinochet impedido de entrar al cielo…y también al infierno.

"Creí necesario dejar un testimonio histórico de lo que ocurrió en Chile, porque notaba que en las esferas de gobierno y oposición estaban interesados en dar vuelta la página y que no quedara mucho registro" de la dictadura, explicó a IPS Guillo, cuyo nombre verdadero es Guillermo Bastías.

Se trató de pasar "sin mayor trauma de una dictadura a una democracia, cosa que es imposible porque tienes que desmantelar una dictadura y construir una democracia. Si no hay roces, si no hay traumas, significa que no has hecho cambios", remarca este dibujante de 58 años.

Guillo se refiere principalmente a algunos servicios básicos que fueron privatizados por Pinochet, como la educación, la salud y la seguridad social, modelo que fue mantenido a grandes rasgos por los gobiernos de la Concertación en el gobierno hasta hoy.

También cuestiona la instauración del sistema binominal para las elecciones parlamentarias, que excluye a los sectores políticos minoritarios, y que tampoco ha sido reformado. Guillo estudió cuatro años arquitectura y luego se cambió a la carrera de cine, donde vivió su primera experiencia traumática: un grupo de profesores y compañeros fueron detenidos por la policía secreta de Pinochet mientras filmaban un documental.

Tras ser torturados psicológicamente, quedaron en libertad una semana después. Él y un compañero estuvieron a punto de correr la misma suerte. Se salvaron porque se quedaron dormidos y no llegaron a la hora acordada.

Esto lo motivó a seguir sus estudios en el extranjero. En 1976 se ganó una beca para cursar cine en Alemania, donde vivió cuatro años. Fue en ese país donde comenzó a dibujar profesionalmente.

Retornó a Chile en 1980 y de inmediato comenzó a ilustrar diversas publicaciones. El humor político lo desarrolló principalmente en la desaparecida revista Apsi, medio "que fue objeto de toda la censura posible", dice Guillo. Pero él no sufrió la represión en carne propia.

"En una oportunidad hicimos una edición especial sobre Pinochet que llevaba un dibujo mío en la portada. Lo caractericé como el rey sol, Luis XIV, que era un personaje histórico que él admiraba. La revista fue requisada en la imprenta, retirada de los quioscos y el director y editor estuvieron dos meses presos", contó.

Los analistas militares de la época calificaron la portada como un "atentado psicopolítico contra Pinochet", recuerda a modo de anécdota.

"Yo, como dibujante, sólo he sido censurado en democracia", afirma Guillo, tanto por medios que no se han atrevido a publicarlo como por otros que le ponen restricciones editoriales. En una oportunidad, un medio que requería sus servicios le prohibió referirse a la Iglesia Católica, a la prelatura del Opus Dei, a la familia Pinochet y a sus auspiciadores.

"El humor gráfico en el que yo creo, libertario, soberano, sin más límites que la propia ética del autor, es muy difícil de hacer en Chile por el carácter que tiene esta transición (vitalicia a la democracia)", reflexiona.

"Es absolutamente delimitada, con una cancha rayadita, donde los vencedores y los vencidos intentan que nadie se salga de los márgenes del escenario, resultando inapropiado referirse a ciertos temas incómodos", dice.

Actualmente Guillo publica sus dibujos políticos en su propia página en Internet (http://www.guillo.cl), donde cualquiera puede descargarlos. Éstos se replican en el periódico El Periodista.

Pero no puede vivir de este humor por la falta de espacios en los medios escritos. Su nicho son las comunicaciones de empresas: "Yo dibujo todo lo que la fotografía no puede expresar por falta de síntesis, dibujo lo intangible, las emociones, los hábitos", explica.

Actualmente está en proyecto reeditar "Pinochet Ilustrado" en Cuba y presentarlo en la Feria del Libro de La Habana de 2009, que tendrá a Chile como invitado de honor.

"Yo espero que este libro sea un puente de diálogo entre las generaciones que vivimos todos los atropellos de la dictadura, en especial nuestros padres, que perdieron sus trabajos y salieron al exilio, y los que nacieron después", concluye.

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