El actual conflicto entre Camboya y Tailandia por la posesión de un antiguo templo hindú en la frontera es el último eslabón en una histórica cadena de problemas entre ambos países de Asia sudoriental.
"Este conflicto con Tailandia no es sólo por lo que pasa ahora. Es histórico", explicó la experta camboyana Chea Vannath. "Hay que analizar la historia. Desde el siglo XIV, Vietnam y Tailandia crecieron mientras Camboya se achicaba, devorada poco a poco por sus dos grandes vecinos."
No se trata de un hecho reciente, sino de un proceso de largo plazo.
Decenios de guerra y colonialismo dejaron a Camboya controversias por su soberanía territorial, no sólo con Tailandia.
La controversia por el templo ubicado en la septentrional provincia camboyana de Preah Vihear se originó con la solicitud de Camboya a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de incluirlo en el listado del Patrimonio Mundial de la Humanidad, excluyendo los 4,6 kilómetros cuadrados que lo rodean y que están en disputa con Tailandia.
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La disputa se desató el 7 de este mes, cuando la Unesco aceptó el pedido.
Tras conocerse la noticia, miles de personas se lanzaron a celebrar a las calles de Phnom Penh.
Pero el orgullo nacional por el reconocimiento de la de la soberanía camboyana se mezcló con el miedo a la inestabilidad política.
El primer ministro Hun Sen señaló que la decisión de la Unesco es "una nueva fuente de orgullo para el pueblo de Camboya".
Para este país y la comunidad internacional, el templo pertenece a Camboya desde que un dictamen de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, Holanda, así lo dispuso en 1962.
El fallo fue motivo de manifestaciones violentas en Tailandia, país que nunca aceptó el veredicto y cuestionó la validez del mapa empleado por Camboya a fin de reclamar su soberanía y sobre el que también se basó esta vez la decisión de la Unesco.
Tailandia logró frustrar los intentos de Camboya de declarar Preah Vihear Patrimonio Mundial en 2006 y 2007, alegando que la soberanía sobre la franja de tierra de 4,6 kilómetros cuadrados está en disputa.
El motivo del conflicto actual es la soberanía sobre ese territorio, no el fallo de la Unesco.
A principios de esta semana, unos 500 soldados tailandeses y unos 1.000 camboyanos estaban estacionados alrededor de la pequeña pagoda budista que conduce a las ruinas del templo, según versiones de prensa.
La situación comenzó a ponerse tensa cuando el 15 de este mes guardias camboyanos detuvieron por un breve lapso a tres tailandeses que intentaban ingresar a la zona y se negaron a abandonarla.
Camboya alega que Tailandia envió soldados para rescatar a sus ciudadanos, pero desde entonces refuerza la cantidad de efectivos apostados allí.
Tailandia, en cambio, alega que sus soldados se encuentran en su territorio.
Preah Vihear está en el centro de la compleja relación entre Tailandia y Camboya, resultado de demarcaciones fronterizas poco firmes y que recién se consolidaron en los años 50.
Durante gran parte del siglo XIX, el norte de Camboya, incluido el histórico sitio de Angkor Vat, estuvo controlado por Bangkok. En los años 30, Francia obligó a Tailandia a cederle el control.
En 1864, el rey Norodom aceptó que Camboya se convirtiera en protectorado francés, devenido en colonia en 1884.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Tailandia aprovechó para recuperar el territorio y recién cuando terminó el conflicto se lo entregó a Camboya.
Tras la independencia de Camboya en 1953 hubo numerosos disputas territoriales entre ambos países.
Los problemas siguieron durante el régimen genocida del Jemer Rojo (1975-1979) en Camboya y se acentuaron tras la invasión de Vietnam para derrocar al gobierno maoísta.
De repente, efectivos tailandeses se vieron luchando contra soldados vietnamitas del otro lado de la frontera. El flujo de refugiados camboyanos a Tailandia tensó más las relaciones.
Tailandia se unió a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), China y Estados Unidos para reclamar el retiro de los vietnamitas y reconoció el gobierno del Jemer Rojo en el exilio, al que se unió Sihanuk en 1982.
El ex monarca había sido designado por los franceses rey de Camboya en 1941, cuando era un joven príncipe de 18 años, pero abdicó en 1955 en favor de su padre para participar en la vida política.
En 1993 se proclamó una nueva Constitución que creó una monarquía parlamentaria y Sihanuk volvió a convertirse en Rey. Pero en 2004, a los 81 años, abdicó nuevamente en favor de su hijo Sihamani.
Los vínculos entre Tailandia y Camboya comenzaron a mejorar en los años 80, pero empeoraron en 2003 cuando una muchedumbre incendió la embajada tailandesa en Phnom Penh y numerosos comercios.
El hecho fue considerado la respuesta a la declaración publicada por la prensa de una conocida actriz tailandesa acerca de que Camboya había robado el sitio de Angkor Vat.
Pero nunca fueron identificadas las responsabilidades del caso.
Hun Sen, en el gobierno desde hace 25 años, atribuyó el hecho a la "incompetencia".
Otros alegaron que la oposición había provocado a la gente. Y otros más que fueron intereses económicos tendentes a reequilibrar las relaciones con Tailandia los que propiciaron el incidente y que luego la situación se fue de control.
"Hay muchas diferencias entre Tailandia y Camboya y hay que tener mucho cuidado para poder distinguirlas", advirtió Vannath. "En el ámbito gubernamental, la relación es tensa, pero a nivel popular no hay tantos problemas."
Muchos jemeres pueden sentirse a veces tratados con condescendencia por sus vecinos más desarrollados, pero reconocen que en asuntos culturales ambos pueblos tienen mucho en común y que, en general, sus relaciones son buenas.
Así como la oposición tailandesa acusó al gobierno de respaldar la solicitud presentada a la Unesco a cambio de contratos de negocios, en Camboya se mencionaron acuerdos secretos.
"No hay dudas de que hubo un acuerdo para gestionar el templo de Preah Vihear", alegó Son Chhay. "Los camboyanos tendrán soberanía y los tailandeses casinos y hoteles."
"No tengo pruebas en términos de negro sobre blanco. Pero sí sabemos que hubo reuniones entre miembros de los gobiernos tailandés y camboyano en ese sentido", aseguró..
La mayoría de los camboyanos parecen ser conscientes de que el conflicto por el templo causa problemas políticos internos en Tailandia.
"Emplear otro país en las luchas internas de Tailandia muestra su debilidad", señaló un analista político. "No me preocupa, pero en tiempos electorales cualquier pequeña incursión puede descontrolarse y volverse grave."
"Nuestros soldados pueden no estar tan bien equipados como los tailandeses, pero tienen experiencia", señaló Chamroen, residente de Phnom Penh. "Muchos de ellos son ex miembros del Jemer Rojo. No queremos una guerra, pero si los tailandeses nos presionan vamos a luchar".
Pero Vannath no cree que el diferendo se agrave. "La situación no se saldrá de madre. El gobierno ya aprendió la lección de otros conflictos y no volverá a cometer el mismo error".
Mientras, la disputa concentra la atención internacional.
El secretario general de la ONU Ban Ki-moon pidió a ambos países resolver el problemas de forma pacífica.
Por su parte, la Asean se ofreció como mediadora.
(* Este artículo fue escrito para el Programa Imaging Our Mekong, coordinado por IPS Asia-Pacifico)