En buena parte de la India rural se cumple el antiguo refrán: que los niños sean vistos pero no oídos. En ocasiones, ese ortodoxo esquema patriarcal se rompe.
Los niños de algunas aldeas del occidental estado de Rajastán, el más grande del país y uno de los más pobres, asumieron la función de los medios de comunicación al abordar asuntos sociales y de desarrollo que afectan su bienestar y su futuro.
La acción de estos dinámicos y jóvenes periodistas comenzó a impactar en las decisiones políticas en aldeas del distrito de Tonk, ubicado a unos 120 kilómetros de la capital estadual, Jaipur.
Savitri, de 13 años, estaba afligida por los cables eléctricos sueltos que colgaban, a corta distancia del suelo, sobre los campos de su aldea, que impedían a los aldeanos trabajar y ocuparse de sus cultivos. La compañía de electricidad no tomaba medidas, a pesar de las quejas.
En la aldea de Chanpura, de unos 2.000 habitantes, un búfalo murió electrocutado, lo que causó pánico. La indignada Savitri tomó cartas en el asunto y resolvió avergonzar a la apática compañía.
La intrépida adolescente escribió un artículo breve, pero vehemente, sobre los problemas que afrontan los aldeanos de Chanpura y la actitud negligente de la empresa.
El artículo fue publicado en el periódico local y las autoridades, que quedaron en evidencia, se vieron obligadas a atender las quejas.
Anand Yadav, de 16 años, lanzó una cruzada para mejorar el suministro de electricidad en la aldea de Mendwas, donde viven unas 5.000 personas. "Sólo tenemos electricidad 12 horas por día, e incluso entonces va y viene", escribió, exasperado.
Las quejas y pedidos a las autoridades cayeron, hasta hora, en oídos sordos. Pero Anand está decidido a llevar su campaña hasta el final.
El joven es optimista y le asiste la razón. Sus esfuerzos periodísticos y los de su hermana menor, Suman, obligaron al Departamento de Salud a admitir el lamentable estado de las mujeres y los niños de su aldea, donde no hay ningún centro médico.
En la cercana aldea de Khandwai, de 2.500 habitantes, Dilip Singh, de 12 años, se gana el respeto de sus mayores visitando los hogares puerta por puerta para concienciar a la población por el saneamiento y las buenas prácticas sanitarias. Además, distribuye yodo y vacunas contra la poliomielitis para menores de cinco años.
También escribe un boletín diario sobre los problemas de la aldea, y lo instala en la cartelera de avisos de la oficina del "panchayat" (gobierno local).
Estos jóvenes y entusiastas periodistas participan en una iniciativa lanzada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en colaboración con el gobierno de Rajastán, para involucrar a los jóvenes en el desarrollo de sus aldeas.
El proyecto "Gram Shakthi", lanzado en mayo de 2007 en las 1.030 aldeas de Tonk, es supervisado por la organización no gubernamental nacional Nehru Yuva Kendra (NYK) e implementado por seis instituciones locales de la sociedad civil.
Cincuenta y cuatro niños periodistas llevan adelante tareas de concienciación hacia el desarrollo social, físico y económico de sus comunidades.
La necesidad de participación juvenil se sentía porque en la mayoría de las sociedades locales los niños no son atendidos, ni siquiera en las cuestiones que les atañen, señaló Mahesh Kumar Sharma, coordinador distrital de jóvenes de NYK.
Los 54 periodistas de entre 11 y 18 años fueron seleccionados en 27 escuelas tras un riguroso examen que involucró la redacción de ensayos y discursos. Luego, pasaron por un programa de capacitación.
A Suman, el proyecto le hizo comprender su rol como ciudadana responsable. "A las niñas no nos alientan a salir del hogar o de la aldea, pero yo hago las dos cosas. Soy una periodista que representa a su comunidad", afirmó con orgullo.
Y el proyecto le dio poder y una voz respetable tanto entre sus pares como entre sus mayores.
"El programa de capacitación me demostró que los jóvenes tenemos responsabilidades en el desarrollo y el bienestar de nuestra comunidad", agregó Anand.
Es habitual ver a los dos hermanos, armados con sus acreditaciones y sus cuadernos, en la aldea y sus alrededores. Ashok Paliwal, que administra una locutorio telefónico local, está muy orgulloso de ellos.
"Recibimos más noticias de estos niños que del periódico local", observó.
Los jóvenes reporteros han dado visibilidad a asuntos como el registro obligatorio de nacimientos y muertes, la importancia de los partos realizados en un marco institucional, el uso de sal iodada, el agua potable, la higiene y el cuidado de las embarazadas.
Frecuentemente envían sus artículos a los periódicos locales. Muchos fueron impresos, destacó Meenakshi Sharma, coordinadora de bloque de la Escuela Pública Sanstha de Rajstán, una de las organizaciones no gubernamentales locales que implementan el proyecto.
"A través del boletín diario de noticias de la aldea queremos promover la hermandad y la armonía comunitaria y erradicar la discriminación social", explicó.
El joven Dilip se toma muy en serio su responsabilidad cívica. "La mayoría de la gente no conoce los programas gubernamentales de bienestar existentes. ¿Cómo podrían, entonces, aprovecharlos? Yo voy regularmente de casa en casa informándoles", expresó.
Dilip encontró un firme mentor en el cacique de su aldea, Ladulal Bhairwah, de 40 años.
"Aliento e incluso pido a todos los niños periodistas que averigüen cuáles son los males que aquejan a sus aldeas, para que podamos dar pasos positivos y corregirlos", dijo.