El presidente de Ecuador, Rafael Correa, desmintió acciones conjuntas de los ejércitos ecuatoriano, peruano y colombiano contra la insurgencia de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Correa aseguró a IPS que su país no participaría de ninguna alianza militar para combatir a la guerrilla izquierdista colombiana, si bien no conocía las declaraciones del jefe del ejército de Perú, general Edwin Donayre, que había anunciado ese presunto acuerdo.
Según el mandatario, las Fuerzas Armadas ecuatorianas combatirán a cualquier grupo armado "regular o irregular" que invada territorio ecuatoriano, y el país mantiene su posición de no involucrarse en el conflicto interno colombiano.
También aseguró que tomaría contacto con el Ministerio de Defensa para ponerse al tanto de la afirmación del militar peruano y definir la reacción ecuatoriana.
El general Donayre aseguró el lunes, en declaraciones a medios de comunicación, que los ejércitos de los tres países andinos están coordinando acciones conjuntas para combatir a los rebeldes de Colombia que "son nuestro enemigo común".
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"Los jefes del ejército de Perú, de Colombia y de Ecuador hemos acordado en Lima que debemos hacer acciones conjuntas porque nuestro enemigo común son las FARC", dijo Donayre, en referencia a una reunión de los jefes militares de los tres países, celebrada la semana pasada.
"A iniciativa del ejército peruano, nos reunimos con el jefe del ejército de Ecuador, general Ernesto González, y el jefe del ejército de Colombia, general Mario Montoya, con quienes analizamos la situación", dijo Donayre.
"Hemos hablado las cosas directamente. Esta reunión demuestra que los países podemos dejar de lado nuestras diferencias", aseguró el militar peruano.
Días atrás, Correa había asegurado que "ya no tiene sentido esa lucha (de las FARC), que se ha distorsionado totalmente. Si Ernesto 'Che' Guevara viviera, tal vez el icono de la guerrilla y la revolución en América Latina rechazaría lo que están haciendo las FARC".
El presidente pidió a los rebeldes colombianos, que llevan 44 años en armas, que "prime la sensatez" y "liberen inmediatamente a los secuestrados e inicien conversaciones de paz, que la lucha armada que están llevando adelante no tiene ningún sentido".
Tras la declaración de Correa, el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Ecuador, Fabián Varela, negó que Ecuador formara parte de un convenio que existiría entre Colombia y Perú para combatir grupos irregulares colombianos, como las FARC.
Acto seguido, el viceministro de Defensa, Miguel Carvajal, aseguró que Ecuador no participa en ninguna operación con Colombia, pero que la posición del país es defender la soberanía ante la incursión de cualquier grupo armado regular o irregular.
"Las Fuerzas Armadas del Ecuador tienen sumamente clara su política de defensa, hecha en coordinación con diferentes organismos del Estado, y lógicamente también la política exterior, que ustedes conocen perfectamente, dice que las Fuerzas Armadas no realizarán operaciones ni coordinadas, ni combinadas, ni tampoco conjuntas", aseguró Varela al noticiero de radio Sonorama.
En julio de 2005 un reportaje difundido por Noticias Uno de Colombia informaba que las Fuerzas Armadas ecuatorianas se habían sumado a sus pares colombianas para combatir a las FARC.
El reportero que desarrollaba la noticia aseguró que "el ejército de Ecuador se unió a la operación que se adelantaba contra los frentes 32, 13 y 48 de las FARC", que "escoltaban al guerrillero Raúl Reyes" y tenían "bloqueado el departamento del Putumayo", en el sudoeste colombiano.
Quien confirmó la versión de Noticias Uno fue el entonces comandante del ejército de Colombia, Reinaldo Castellanos Trujillo.
"Hablamos con los señores comandantes de las Fuerzas Armadas ecuatorianas y pues hay unas actividades que ellos en sus áreas, en su país, llevan a cabo", había dicho.
El reportero de Noticias Uno sostuvo que "el ejército ecuatoriano formó una barrera con patrullas del Grupo de Fuerzas Especiales 24 Rayo y la Brigada de Selva 19 Napo, para evitar el paso de guerrilleros de las FARC hacia ese país".
Un alto oficial ecuatoriano que prefirió mantener el anonimato, dijo a IPS aseguró que las Fuerzas Armadas de Ecuador como institución mantienen su neutralidad ante el conflicto colombiano.
Sin embargo, agregó, hay un sector que empuja hacia una mayor participación en el combate a las FARC, lo que se ha visto reflejado el último año en destrucción de campamentos y capturas, como nunca habían ocurrido, según datos oficiales.
Un informe de los mandos militares a la Asamblea Constituyente reportó la destrucción de "117 campamentos de grupos ilegales en los últimos cuatro años", 47 de ellos desde enero de 2007, cuando fue investido Correa.
Además, se han desmantelado "cuatro laboratorios de droga, cuatro polígonos de tiro, dos fábricas artesanales de explosivos y armamento, sitios de reparación de armas y pertrechos militares, fusiles, ametralladoras, morteros, pistolas, munición de diverso calibre, granadas de mano, explosivos y equipos de comunicaciones" y la captura de dos jefes medios y de varios combatientes irregulares.
La coordinación de la lucha contra las FARC siempre correspondió a la policía ecuatoriana, más apegada a la influencia de Washington.
Estados Unidos financia y asesora desde 2000 el Plan Colombia, para combatir el narcotráfico y la guerrilla de ese país sudamericano.
En mayo de 2005, en un operativo de inteligencia de las policías de Ecuador y de Colombia, fueron ubicados y capturados en Quito presuntos guerrilleros de las FARC que estaban internados en una clínica de la capital.
Tras esas capturas, fue el entonces presidente ecuatoriano Alfredo Palacio quien informó del asunto por teléfono a su par de Colombia, Álvaro Uribe, de visita entonces en España.
El ministro de Gobierno, Mauricio Gándara, tras varios cambios en la cúpula policial luego de asumir el cargo, en abril de 2005, reconoció que la policía ecuatoriana venía coordinando con sus similares de Colombia y de otros países para perseguir a guerrilleros colombianos.
Tal cooperación había quedado en evidencia en enero de 2004, con la captura, también en Quito, de Ricardo Palmera, de nombre de guerra "Simón Trinidad", negociador de las FARC.
Diferentes gobiernos ecuatorianos han asumido como política de Estado la postura de neutralidad ante la guerrilla en el vecino país, que suele desbordar las fronteras.
"Eso se ha venido cumpliendo más allá de los gobiernos de turno. Resguardamos nuestro territorio, pero no seremos utilizados para regionalizar una guerra que corresponde solucionar a Colombia", aseguró el oficial ecuatoriano consultado por IPS.
No se ha dado ningún cambio en este aspecto entre los últimos gobiernos, la diferencia "está en las declaraciones públicas", aseveró.
"Las Fuerzas Armadas han realizado diversos análisis geopolíticos, y han sido claras en que no se involucrarán en el conflicto, lo quieran o no los políticos", afirmó el oficial.
El 1 de marzo, Colombia bombardeó un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano con el resultado de 26 muertos, entre ellos el portavoz internacional de esa guerrilla, "Raúl Reyes".
Dos días después, Quito rompió relaciones con Bogotá, por el ataque a su territorio, que fue rechazado por la Organización de los Estados Americanos (OEA).