DESARME: Piden al G-8 que deje de amar la bomba

Cuando se reúnan el mes próximo en Japón, los jefes de Estado y de gobierno del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos rechazarán una invitación a visitar el Museo de la Paz en la ciudad de Hiroshima.

Crédito: NuclearWeaponArchive
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El sitio, una de las más sombrías atracciones turísticas de Japón, recuerda la devastación provocada en esa ciudad por la bomba atómica lanzada allí por Estados Unidos el 6 de agosto de 1945, que marcó el comienzo del fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Una segunda bomba fue arrojada sobre Nagasaki el 9 de agosto. Japón se rindió el día 15. Un año después, 140.000 personas habían muerto como consecuencia de esas explosiones nucleares.

Emiko Okada, una sobreviviente que hoy tiene 71 años, envió cartas a los líderes del G-8, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, pidiéndoles que visiten el museo de Hiroshima.

"Somos las personas que podemos ofrecerles la mejor perspectiva sobre el horror de las armas nucleares, pues lo hemos sufrido. Muchos de nosotros hemos sufrido muchas enfermedades en los últimos 62 años y perdimos a seres queridos por las explosiones", señaló Okada, quien también envió la carta en representación de otros sobrevivientes.
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Pero ninguno de los líderes del G-8 tiene intención de efectuar esa visita.

Según la agencia de noticias japonesa Kyodo, los jefes de Estado y de gobierno de Alemania, Estados Unidos y Gran Bretaña respondieron la carta de Okada, lamentando que la cargada agenda de la cumbre les impedirá contar con el tiempo necesario para trasladarse a Hiroshima.

La única respuesta solidaria, según Kyodo, fue la de Helmut Hoffman, director de la División de No Proliferación y Control de Armas Nucleares de Alemania: "Su carta es un llamado y un incentivo para que impulsemos la visión de un mundo libre de armas nucleares", señaló Hoffman, en nombre de su gobierno.

En agosto, una Declaración por la Paz adoptada por la ciudad de Hiroshima describió al 6 de agosto de 1945 como "el infierno en la tierra".

"Los ojos de las niñas que miraban el paracaídas (que se abrió en el cielo antes de la explosión) se derritieron. Sus caras se convirtieron en gigantescas ampollas hacinadas. La piel de las personas que buscaban auxilio colgaba de sus uñas", destaca ese texto.

Japón, en alianza con la Alemania nazi y la Italia fascista, ingresó a la guerra en 1941, como correlato de su política expansionista basada sobre el concepto de la superioridad racial, que ya lo había llevado a invadir China en 1937 y arrasar la ciudad de Shangai.

En los países que ocupó antes y durante el conflicto, centenares de miles de personas fueron masacradas o esclavizadas y sometidas a "experimentos científicos". Miles de mujeres fueron forzadas a servir como herramientas de satisfacción sexual de las tropas invasoras.

Muchos de los sobrevivientes de las explosiones nucleares de 1945 aún sufren de leucemia, cáncer de tiroides y otras enfermedades.

El alcalde de Hiroshima, Tadatoshi Akiba, declaró el mes pasado en una conferencia auspiciada por la Red Global de Religiones para los Niños, con sede en Tokio, que su ciudad se encuentra a la cabeza de una propuesta que apunta a librar al mundo de armas nucleares para 2020.

La institución internacional Alcaldes por la Paz presentó en abril el Protocolo de Hiroshima-Nagasaki, durante la reunión preparatoria del encuentro de los signatarios del Tratado de No Proliferación Nuclear, que se realizó en Ginebra.

El grupo de jefes municipales reclamó a los diplomáticos que asistieron a la reunión que se prepararan para "una década decisiva en materia de desarme nuclear".

"¿Actuarán de buena fe para eliminar estas atroces y totalmente innecesarias amenazas para nuestra supervivencia o permitirán su proliferación, muy probablemente para que sean usadas?", preguntó Akiba.

El alcalde de Hiroshima señaló que si no se aceptaba la propuesta de eliminar las armas nucleares para 2020 "serán parcialmente responsables del holocausto nuclear que sufriremos antes de esa fecha y no tengo duda sobre esto. Los exhorto a no desestimar la seriedad y urgencia de esta decisión".

El director ejecutivo del Comité de Abogados sobre Política Nuclear, con sede en Nueva York, John Burroughs, dijo a IPS que la propuesta remarca "la necesidad de acción que ponga fin a la actual dependencia de los países más poderosos en sus fuerzas nucleares como instrumentos centrales de sus políticas nacionales".

Pero, advirtió, aunque "existe mayor voluntad para promover medidas como la prohibición de ensayos de armas nucleares o la producción de materiales fisionables para la fabricación de armas, hay pocos signos de que los líderes de las potencias que cuentan con esos armamentos asuman la tarea de marginarlos y eliminarlos", agregó.

Burroughs considera que existe apoyo popular para eliminar las armas nucleares.

Como representante de Alcaldes por la Paz observó que una resolución que pedía terminar con ellas para 2020 fue aprobada en la conferencia anual de alcaldes de Estados Unidos, que deliberó entre el 19 y 23 de junio en la sudoriental ciudad de Miami.

En ese texto se pide al gobierno federal estadounidense que "considere en forma urgente" un acuerdo como el Protocolo de Hiroshima-Nagasaki para cumplir con la promesa de la erradicación para 2020.

Esto cumpliría con el mandato de 1996 de la Corte Internacional de Justicia, respecto de "concluir las negociaciones que lleven al desarme nuclear en todos sus aspectos y bajo un estricto y efectivo control internacional".

Como parte de la campaña, alcaldes de todo el mundo firmarán un Llamado de las Ciudades para promover el Protocolo de Hiroshima Nagasaki.

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