El gobierno de India mira más de cerca las actividades que sospecha pueden involucrar lavado de dinero y dudosas transferencias internacionales de fondos, mientras parte de sus ciudadanos gastan más en el exterior y firmas transnacionales de primer orden se instalan en el país.
El gabinete de la gobernante y centroizquierdista Alianza Progresista Unida (UPA) presentará en breve en el parlamento indio un proyecto para enmendar la ley de Prevención de Lavado de Dinero, para obligar a los intermediarios financieros a reportar los movimientos de fondos al Ministerio de Finanzas.
Poco después de ingresar el texto al parlamento, la semana pasada, el ministro de Información y Comunicaciones, Priyaranjan Dasmunshi, dijo que el proyecto "habilitará al gobierno a satisfacer ciertas necesidades internas y obligaciones internacionales", refiriéndose a transferencias de dinero que pueden estar relacionadas con actividades criminales.
Con la nueva ley propuesta, todas las firmas que realizan estos movimientos en el mundo, como Western Union, Visa y MasterCard, tendrán que informar obligatoriamente todas las transacciones. La ley hoy en vigor obliga a hacer esto sólo a los agentes indios.
La legislación propuesta cubre transacciones que involucran tarjetas de crédito además del envío de ganancias como las obtenidas en casinos. En los últimos meses, informes periodísticos sobre transferencias de fondos por medio de tarjetas de crédito por parte de personas sospechosas de tener antecedentes penales o comprometidas en exportaciones realizadas de modo ilegal.
Sin embargo, lo más significativo es que la enmienda a la ley surge tras difundidas preocupaciones en cuanto a que el gobierno indio no esté haciendo suficiente para volver a traer el dinero sacado ilegalmente del país y guardado en cuentas secretas de bancos en paraísos fiscales.
Aunque los indios de mayores ingresos gastan mucho dinero en el exterior y hay empresas nacionales que adquieren acciones de compañías en diferentes partes del mundo, surgen preguntas sobre si el dinero que se gasta sale de fondos ilegalmente depositados en paraísos fiscales.
Hasta los años 90, la economía de este país tenía un marco proteccionista, por lo cual las transacciones en divisas extranjeras estaban controladas.
Pero a medida de que la economía se liberalizó y el dólar se debilitó respecto de la moneda local (rupia), los indios se sintieron menos inclinados a colocar su dinero en el exterior fuera de los controles fiscales. No obstante, los analistas alegan que los fondos para usos ilícitos continúan saliendo del país.
El asunto cobró destaque en la prensa local luego de que agentes de inteligencia de Alemania obtuvieron detalles de las cuentas de casi 1.400 personas en un banco de Liechtenstein, el pequeño principado mediterráneo entre Suiza y Austria conocido por ser un paraíso fiscal.
La información, obtenida a partir de un ex empleado del banco LTG de Liechtenstein, incluyó detalles de cuentas pertenecientes a 600 alemanes. Las autoridades de ese país hicieron saber que estarían dispuestas a desprenderse de la información relacionada con los 800 titulares no alemanes de cuentas.
Representantes de muchos gobiernos, como fue el caso de Canadá, Estados Unidos, Finlandia, Gran Bretaña, Irlanda, Italia, Noruega y Suecia, se contactaron con las autoridades alemanas para detectar a los evasores de impuestos con capitales en Liechtenstein, el sexto país más pequeño del mundo.
En cambio, medios de comunicación señalaron el poco interés del gobierno nacional en buscar la información aportada por Alemania sobre el caso de posibles ciudadanos indios involucrados en el escándalo del banco de Liechtenstein.
El periódico Times of India publicó el 21 de mayo que los indios "tienen derecho a saber quién está sacando dinero público y depositándolo en cuentas personales, y el gobierno tiene la responsabilidad de obtener esa información si puede".
El líder de la oposición en el parlamento, L.K. Advani, escribió al primer ministro Manmohan Singh urgiéndolo a aceptar el ofrecimiento del gobierno alemán de revelar información sobre las cuentas secretas de ciertos indios adinerados.
Pero las transferencias internacionales de fondos efectuadas por los indios son muy difíciles de rastrear o controlar, y el propio Advani se encontró entre un grupo de políticos implicados en el caso de un millón de dólares que involucró a agentes de transferencias informales de fondos.
Estos fueron descubiertos desviando dinero hacia insurgentes de Hizbul Muhideen en Cachemira.
Pero los acusados fueron dejados en libertad entre 1997 y 1998, porque los registros de transacciones conseguidos por los agentes no fueron reconocidos por los tribunales como evidencia de culpabilidad.
Tras el estallido del último escándalo, R.H. Tahiliani, un almirante retirado que dirige el capítulo indio de Transparencia Internacional, declaró que "se presume que este dinero pertenece a políticos ricos, a poderosos industriales y corredores de bolsa, y por eso la reticencia de parte del gobierno de India" para obtener información más detallada de Alemania.
Sin embargo, el ministro de Finanzas P. Chidambaram, aseguró el 22 de mayo que su cartera había requerido a la oficina impositiva alemana información sobre los casos de contribuyentes indios. Ésta "respondió en marzo diciendo que no estaba en posición de dar (información) inmediatamente pero que nos informará apenas la obtenga", agregó.
El director gerente de Transparencia Internacional, Humborg Christian, dijo a la revista Outlook que "los medios habían informado que el disco compacto confiscado tenía información no sólo sobre las cuentas de los alemanes, sino también de clientes del banco. Hay una probabilidad muy alta de que pueda haber clientes indios en este disco".
Por su parte, Kamal Nayan Kabra, ex profesor del Instituto Indio de Administración Pública, declaró en entrevista con IPS que hay una "evidencia indirecta considerable que indica que dinero lavado es usado para comprar firmas fuera del país".
También destacó un estudio hecho por el Instituto para los Estudios sobre Desarrollo Industrial, con sede en Nueva Delhi, que documentó fusiones corporativas internacionales y compras por parte de firmas indias que involucraron unos 5.000 millones de dólares entre enero de 2000 y agosto de 2007.
"Apenas una parte de este dinero se refleja en las cuentas del Banco de Reserva de India", agregó en alusión a la máxima autoridad monetaria del país Kabra, autor de un libro sobre "dinero sucio" en India.
Otro académico, Arun Kumar, profesor de economía en la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi, dijo a IPS que se dio cuenta de que el gobierno indio no actuaría de modo proactivo para obtener información de Alemania porque "son los mismos políticos y burócratas que tienen probabilidades de estar involucrados y cuyos intereses pueden verse perjudicados".
Kumar, quien trabaja para Tax Justice Network, una organización que rastrea actividades en 77 paraísos fiscales en diferentes partes del mundo que son usadas para lavar dinero ilegal, dijo que mientras los indios dejen de hallar lucrativo colocar su dinero fuera del país, los fondos obtenidos de modo ilícito saldrán hacia destinos percibidos como "más seguros".
"Podría ser un político o un burócrata que aceptó sobornos; podría ser un médico cuyas prácticas son poco éticas o un empresario que manipuló facturas para reducir artificialmente las ganancias y evadir impuestos. Toda esa gente preferirá mantener su dinero ilegal fuera de India, en un paraíso fiscal", agregó.
Kumar, quien también escribió un libro sobre la "economía en negro" en India, estima que la suma total (con intereses) que fue ilegalmente sacada de India en las décadas transcurridas desde 1950 estaría en el entorno de 1,5 billones de dólares, cifra que dice es corroborada por un estudio hecho últimamente por una asociación de banqueros suizos.
Según un informe del periódico indio The Economic Times, el dinero ilegal que ingresa a India disfrazado de inversiones extranjeras directas ahora es vigilado de cerca por el Banco de Reserva de India. El diario detalló cómo se efectúan esas transacciones.
Grandes sumas ingresan al país, pero sólo una diminuta lo abandona. Las inversiones se realizan en empresas fantasma ubicadas en paraísos fiscales para disimular las verdaderas identidades de los propietarios de los fondos.
Estas empresas fantasma compran acciones de compañías indias por valores altos. Las inversiones extranjeras directas ingresan a través de una "ruta automática" y, posteriormente, la firma india compra las empresas fantasmas por una fracción del precio pagado al comprar sus acciones.
Aparte de la legislación propuesta, el Banco de Reserva de India pidió a todos los bancos comerciales (que actúan como agentes autorizados para transacciones de divisas) que lleven a cabo controles sobre las entidades corporativas que invierten en el país.