BALCANES: Paz no es sinónimo de reconciliación

La paz llegó a los Balcanes tras la sangrienta secesión de Yugoslavia. La región vive un auge económico, pero hay pocas señales de reconciliación entre las naciones otrora enfrentadas, concluyó este martes el congreso del Instituto Internacional de Prensa.

Esa organización mundial dedicada a la promoción de la libertad de prensa, fundada en 1950 y con miembros en 115 países, realizó su 57 congreso en Belgrado del 14 al 17 de este mes bajo la consigna "Vecinos, socios, rivales: Percepciones de Europa sudoriental".

Las guerras sufridas por los Balcanes entre 1991 y 1995, que constituyeron el peor conflicto que vivió Europa desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), se cobraron más de 120.000 vidas. Sólo en la conflagración en Kosovo en 1998 y 1999 murieron más de 10.000 personas.

"Los Balcanes son una región en auge, con un avance económico estable, particularmente desde 2000", dijo en la conferencia el economista Vladimir Gligorov.

"Hay un crecimiento significativo en el comercio regional y las conexiones económicas son más fuertes que antes. Pero continúan existiendo fuertes bastiones de animosidad recíproca. Las naciones recién fundadas quieren cooperar con la Unión Europea (UE), pero carecen de voluntad para cooperar políticamente entre ellas", añadió.
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Tal paradoja continuará, y pesará sobre las relaciones entre los habitantes de la región balcánica —albaneses, bosnios, croatas y serbios— mientras no haya una normalización entre naciones, declaró Gligorov a IPS.

"El proceso debería darse también a través de la prensa. Ahora tenemos noticias simplificadas sobre cada uno. Los medios de comunicación actúan con la excusa de que siguen 'el interés de su público'. No hay una mirada interna real sobre la situación del vecindario", señaló.

Entre las señales alentadoras de la normalización, si no de la reconciliación, se destacan las crecientes migraciones internas por razones económicas, dijo Gligorov.

"Los bosnios van a trabajar en Croacia o Montenegro. Los serbios van a Montenegro o a Bosnia, Eslovenia, etcétera. Eso es prometedor: la vida real a veces es más fuerte que la política cruel", agregó.

Según el periodista croata Drago Hedl, los Balcanes necesitan hacer catarsis.

"Deberíamos restablecer la confianza entre vecinos, que es difícil de construir y fácil de perder. Aquí todavía quedan océanos de odio, y ellos podrían convertirse en un cimiento para nuevos conflictos, o semillas del mal", dijo Hedl.

"El rol de los medios es de extrema importancia, dado que los periodistas ayudaron a revelar los crímenes de guerra. Las naciones de la región siempre estarán aquí, vecinos. Es como si todos viviéramos en un edificio del que no podemos escapar", declaró Hedl a IPS.

Pero la reconciliación y la normalización deben comenzar desde todas las partes involucradas, dijo Senad Pecanin, del semanario Dani, de Sarajevo.

"Tenemos algunas piedras ya sorteadas en el camino de la reconciliación, como que el presidente serbio (Boris) Tadic presentara su respeto a las víctimas de Srebrenica", dijo Pecanin a IPS.

En 2005, Tadic asistió a la ceremonia recordatoria del décimo aniversario de la masacre de 8.000 niños y hombres musulmanes en la oriental localidad bosnia de Srebrenica, el 11 de julio de 1995.

"Pero pocos medios hablan sobre el nacionalismo en sus países, que es el mayor problema en la región, o el rol terrible y devastador de los líderes religiosos que imponen los mayores obstáculos a la reconciliación", agregó Pecanin.

"Todavía promueven la división y el nacionalismo en Bosnia. Todavía tenemos una educación segregada, de apartheid, para tres grupos étnicos", dijo, en referencia a las comunidades serbia, croata y musulmana.

Las perspectivas de reconciliación, según los panelistas, parecen ser las más pequeñas entre albaneses y serbios, particularmente después que Kosovo declaró en febrero y unilateralmente su independencia

"Todavía persisten las enormes diferencias con los albaneses, dado que siempre fueron considerados como ciudadanos de segunda categoría", dijo la dramaturga serbia Biljana Srbljanovic, aludiendo al proceso de identificación en laboratorio de los restos de víctimas albanesas y serbias del conflicto de 1998 y 1999

"No hay una diplomacia hacia Kosovo, ningún esfuerzo del lado serbio. La única cooperación que vemos es la identificación del ADN", ironizó.

Agron Bajrami, director del periódico Koha Ditore, de Pristina, dijo que el proceso de reconciliación es, por lejos, donde Kosovo y Serbia están involucradas.

"No es sólo un asunto de percepción", acotó el periodista kosovar Agron Bajrami, director del periódico Koha Ditore, de Pristina. "Es, por ejemplo, cómo los kosovares comunes ven a Tadic, a quien nunca vieron dirigiéndose a ellos sino solamente a la comunidad internacional o a los serbios."

"En este caso, cómo trata uno a los otros muestra cómo se desempeñará en materia de cooperación y reconciliación", dijo Bajrami a IPS.

Pero éste no es un problema únicamente balcánico. "En el histórico conflicto palestino-israelí son los medios los que deberían convertir la cultura de la guerra en la cultura de la paz a ambos lados", dijo a IPS Munther Dajani, de la Universidad Al-Quds, en Jerusalén.

"Debería haber periodistas responsables, educadores que pusieran fin al juego de la culpa que nunca termina. A través de su trabajo podrían influir en el público, dado que el proceso de paz no comienza firmando un pedazo de papel", agregó.

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