Cuba extendió su zafra azucarera hasta las primeras semanas de este mes con la esperanza de aumentar la producción, que cálculos extraoficiales ya situaban en alrededor de 1,4 millones de toneladas, cantidad suficiente para satisfacer el consumo interno y compromisos internacionales.
"Hay bastante caña para moler y mientras la lluvia y los índices de eficiencia industrial lo permitan se va a seguir produciendo", explicó a IPS Liobel Pérez Hernández, jefe de comunicaciones del Ministerio del Azúcar, organismo que desde hace varios años optó por no publicar el resultado de las cosechas anuales de este cultivo.
Las precipitaciones figuran entre las causas de numerosas interrupciones de la actual zafra especialmente en marzo y abril, cuando se registraron muchas más precipitaciones que en igual período del año anterior. Sin embargo, en mayo, que marca el fin de la temporada seca, llovió menos que en 2007 y se pudo trabajar, explicó Pérez.
El funcionario dijo que "esta zafra ha sido superior, ya se ha producido más de 20 por ciento más que en la cosecha pasada". Cinco de los 54 ingenios azucareros que encendieron sus calderas en la actual zafra continuaban esta semana fabricando azúcar, en las provincias orientales de Las Tunas, Granma y Holguín. Pero todo depende del clima. Informes del Instituto de Meteorología señalan que, "como promedio", junio es el periodo más lluvioso del año en Cuba y una parte considerable de los acumulados de agua caída se produce asociada a precipitaciones de varios días de duración, que ocurren principalmente en los primeros 20 días del mes.
Esa fuente señaló además que en junio la temperatura media se incrementa respecto del mes anterior, y es en ocasiones es muy caluroso. En los últimos 10 años se ha comportado con mucha frecuencia más cálido que lo normal, como ha ocurrido en 1994, 1998, 2001 y 2004. El exceso de agua en plena cosecha es doblemente negativo, pues reduce el contenido de sacarosa en el tallo de la caña y se dificulta el movimiento de la maquinaria agrícola. Casi 90 por ciento de la zafra azucarera en Cuba es mecanizada.
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Especialistas precisaron que en esta ocasión se dispuso de un volumen de caña suficiente como para producir alrededor de 1,5 millones de toneladas de azúcar, plan que se vio frenado por las reiteradas interrupciones, debido a las lluvias, dificultades técnicas en el proceso fabril y, en algunos casos, llegada tardía de los recursos. "Esta industria procesadora ha pasado por un largo proceso de descapitalización. Hacen falta inversiones para lograr el grado de competitividad que requiere la agroindustria cañera cubana", señaló un experto en el tema que pidió no ser identificado.
Según sus apreciaciones, pese a las dificultades, esta zafra se ha caracterizado por una mayor fabricación de azúcar refino, que pudiera ser 70 por ciento superior al nivel logrado el pasado año, lo cual contribuiría a disminuir de manera significativa las importaciones para abastecer el mercado interno.
"La zafra ha sido compleja, sin embargo, se estima que entre fines de mayo y principios de este mes ya se logró una producción de 1,4 millones de toneladas", comentó la fuente del sector académico consultada por IPS.
De ser así, el país podrá satisfacer el consumo interno, situado entre 650.000 y 700.000 toneladas, cubrir su compromiso de exportación a China de 400 millones de toneladas y dispondría además de determinados márgenes para situar en otros mercados, dijo el especialista.
Con producciones azucareras de alrededor de 1,2 millones de toneladas en las cosechas de 2006 y 2007, este país se vio obligado a compras externas de entre 200.000 y 250.000 toneladas cada uno de esos dos años, para abastecer a su población de 11,2 millones.
El experto recordó que, ante una menor disponibilidad de azúcar, la economía cubana ha perdido oportunidades de mayores ingresos. No obstante, los precios en el mercado internacional han bajado algunos puntos desde el comienzo de la actual cosecha, en diciembre pasado, hasta la actualidad.
Por esa época, los precios del azúcar se movían por encima de 14 centavos de dólar la libra, mientras a principios de este mes oscilaba en torno a unos 10 centavos de dólar en el mercado de Nueva York y más de 11 centavos en el de Londres.
En 2002, Cuba puso en marcha una reestructuración de su industria azucarera y cerró definitivamente alrededor de la mitad de sus 156 ingenios de entonces, con el fin de ajustar su producción a los precios internacionales, que llegaron a situarse por esa época a seis centavos de dólar por libra.
Analistas del sector coinciden en que el repunte posterior de los precios sorprendió a la industria azucarera de esta isla incapacitada para funcionar, hasta que en 2006 el gobierno decidió dedicar los recursos necesarios para revitalizarla, aumentar la siembra e inclusive modernizar la maquinaria disponible.
Entre 1980 y 1991, Cuba registró producciones de entre seis millones y hasta más de ocho millones de toneladas de azúcar, que se exportaban a precios preferenciales a la hoy desintegrada Unión Soviética.