SEGURIDAD-VENEZUELA: Violencia cotidiana sin tregua

El mismo día de la publicación de un informe internacional que ubicó entre los países más violentos del mundo a Venezuela, un fiscal local antidrogas fue asesinado, pobladores de un barrio capitalino lincharon a un presunto delincuente y pistoleros mataron a otro de 20 tiros.

En las 72 horas previas a la difusión del informe Índice Global de Paz (IGP), en el área metropolitana de Caracas, con cinco millones de habitantes, se registraron 70 homicidios.

Uno de las tantas víctimas de estos delitos fue Oskel Rubio, mecánico de las motocicletas al servicio de la escolta del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, asesinado para robarle su automóvil en el populoso oeste caraceño.

Su madre, Elizabeth Rubio, denunció que, en las puertas del hospital a donde llegó herido, policías demoraron su ingreso a ese centro y le robaron pertenencias.

En las 24 horas que precedieron a la divulgación del listado murieron baleados en Caracas cinco menores de 18 años. Una niña de 6 años recibió un disparo en el tórax mientras jugaba en su casa de un barrio del oeste a la hora del desayuno y un niño de 11 cayó por el fuego entre bandas rivales que alcanzó al transporte en que viajaba en un barrio del este.

Colombia y Venezuela son los únicos en América coloreados de rojo en el mapa del IGP, el brazo de la organización de comunicaciones británica The Economist que elaboró un ranking de paz y violencia con 24 variables en 140 países.

En el extremo violento, con más de 3.000 puntos, fue ubicado Iraq, escoltado por Somalia, Sudán, Afganistán e Israel, en tanto los más pacíficos países, coloreados de azul, son Islandia, Dinamarca, Noruega, Nueva Zelanda y Japón, con puntaje inferior a 1.400.

En la región los países mejor calificados son, en orden descendente, Chile, Uruguay, Costa Rica y Panamá.

La prensa venezolana destacó el resultado de la investigación divulgada el martes en sus ediciones del día siguiente: el país ocupa el lugar 123 con 2.505 puntos, cerca de Colombia, en la casilla 130 con 2.707 indeseados tantos. Les separan en la tabla Zimbabwe, Sri Lanka, Myanmar, Pakistán, Nigeria y la República Democrática del Congo.

"La diferencia es que Colombia vive un agudo conflicto político armado desde hace 50 años, a cuya vera se han desarrollado grupos criminales paramilitares, narcotraficantes y de sicariato, lo que no es el caso de Venezuela", advirtió ante IPS el sociólogo Luis Cedeño, del caraqueño y no gubernamental Instituto de Convivencia y Seguridad Ciudadana.

Entre agosto de 2006 y septiembre de 2007 murieron violentamente en Venezuela 395 adolescentes, niños y niñas, 234 de los cuales producto de la violencia social, 21 a manos de organismos de seguridad, 20 atrapados en líneas de fuego y nueve por disparos accidentales, detalló a IPS Oscar Misle, de la organización no gubernamental para la infancia Cecodap.

"La violencia entre adolescentes se incrementa, llega a las escuelas y torna inseguros estos centros. Entre las causas están los temas de drogas, inestabilidad de las familias, falta de políticas coordinadas para atender el problema y la proliferación de armas", dijo Misle.

Amnistía Internacional denunció en abril que este país, con 27 millones de habitantes, hay unos seis millones de armas, de las que sólo 1,5 millones están legalmente registradas. "Hay demasiadas y las autoridades no tienen cálculos ciertos de cuántas son", comentó a IPS el comisario retirado Pablo Guzmán, ex jefe de la Policía Judicial.

El ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez, sostuvo que en el primer trimestre de este año los homicidios en Venezuela disminuyeron 7,7 por ciento, respecto del mismo período de 2007, cuando totalizaron 621.

Hace dos semanas murió frente a la sede de ese ministerio un motorista que se estrelló cuando huía de unos asaltantes que lo perseguían para despojarlo de su vehículo.

Las cifras de homicidios son el más vistoso indicador de la Venezuela violenta. Las estadísticas de la Policía Judicial dan cuenta de que en 2007 se produjeron 13.156 homicidios, más 1.579 muertes por resistencia a la autoridad y otros 4.264 casos están bajo "averiguación", lo que da un total de 18.999 muertes por violencia.

"Eso significa 52 asesinatos cada día y una tasa de 48 por cada 100.000 habitantes si se considera a los homicidios legalmente calificados, pero, si se suman todos los caídos, el índice es de 69 por 100.000 habitantes. Más de 95 por ciento de las muertes son causadas por balazos ", observó Cedeño.

Los homicidios registrados en Venezuela fueron 12.257 en 2006 (45 por cada 100.000 habitantes), 8.022 en 2000 (tasa de 33), 4.481 en 1995 (tasa de 21) y 2.474 en 1990 (13 por 100.000 habitantes).

Caracas, con 130 homicidios por cada 100.000 habitantes, aunque de 166 si se computan todas las categorías de muerte por violencia, sobrepasa a Recife, en el nordeste de Brasil, que tiene una tasa de 158, como la ciudad más violenta de América Latina, añadió Cedeño.

La violencia se vive con fuerza en los principales conglomerados urbanos del interior del país y la inseguridad personal es señalada como el principal problema en todas las encuestas de opinión a cargo de firmas privadas.

La criminóloga y ex jueza Mónica Fernández comentó a IPS que "datos como asesinatos a sangre fría y con una sobrecarga de violencia, no con uno o dos disparos sino con 20 o 30, son reveladores no sólo de patologías marcadas o empleo de drogas, sino de una actitud desafiante y de la impunidad que reina".

Investigaciones policiales concluyen sobre menos de la mitad de los homicidios reportados y sólo una fracción pequeña de esos crímenes son procesados judicialmente hasta obtener una sentencia firme.

"No nos encontramos ante una coyuntura de incremento de la criminalidad o los homicidios, sino ante un fenómeno en el que la responsabilidad estatal es más elevada y evidente, tanto por acción como por omisión", ha señalado el no gubernamental Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea).

El psicólogo social Roberto Briceño-León sostuvo que "la tolerancia a la impunidad y el clima político violento animan la permisividad. A los potenciales delincuentes no se les hace saber que frente a un delito habrá una respuesta. Es un mensaje político que los individuos antisociales han aprendido a leer".

"La violencia es una suerte de líquido amniótico en el que flota Venezuela", apuntó ante IPS Magally Huggins, criminóloga y profesora de Psiquiatría y Psicología Clínica en la caraqueña Universidad Central.

"Ha recrudecido y se nutre, en primer lugar, del discurso cotidianamente violento y confrontacional del presidente de la República. Mientras ese discurso guíe la vida venezolana, la violencia seguirá escalando", opinó.

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