Con una mano, el consorcio mexicano Televisa y las firmas transnacionales Coca Cola y Pepsico desarrollan programas a favor de una vida saludable, pero con la otra apuntalan el consumo de comidas altas en azúcares y grasas. Son sus estrategias para el segundo país con más obesos del mundo.
Las tres empresas son "co-responsables" de la epidemia de gordura que sufre México, no hay que dejarse engañar, dijo a IPS Alejandro Calvillo, director de la organización no gubernamental El Poder del Consumidor.
Calvillo reclamó a Televisa ser consecuente con su discurso público y regular su publicidad de la llamada comida "chatarra".
Según los seguimientos realizados por el Poder del Consumidor, el Canal 5 de esa empresa mexicana transmite en horarios infantiles unos 12.400 anuncios anuales de alimentos poco saludables y ninguno de orientación nutricional.
Televisa, que es un consorcio gigante de comunicación en habla castellana, transmite "la mayor cantidad de anuncios de esos productos por hora en el mundo", afirmó Calvillo.
La empresa empezó a transmitir el 18 de este mes un "reality show" denominado "Cuánto quieres perder". Se trata de un programa de 13 semanas en las que 14 personas gordas compiten para ver quién pierde más peso.
Televisa indicó que su programa busca inspirar a la población a bajar de peso y vivir de forma saludable.
Es condenable que tal discurso no venga acompañado de un cambio de las prácticas "que han convertido a esta televisora en una de las principales causas del ambiente obesogénico y, por lo tanto, de la epidemia de obesidad que afecta a los mexicanos", señaló El Poder del Consumidor.
En cuanto a las empresas Coca Cola y Pepsico, que aglutina a las firmas Gamesa-Quaker, Gatorade, Pepsi, Sabritas y Sonric's, esa organización no gubernamental fundada hace dos años reclama al gobierno de Felipe Calderón suspender los acuerdos a través de las cuales esas firmas presuntamente promueven, desde 2006, la buena nutrición y el ejercicio físico en las escuelas.
Se trata del "Movimiento Bienestar" de Coca Cola, que incluye apoyos para la rehabilitación y ampliación de los espacios donde se hace deporte en los centros educativos mexicanos, y "Vive Saludable Escuelas", de Pepsico, a través del cual esa firma entrega a escuelas un software interactivo que supuestamente promueve principios de alimentación adecuados y fomenta la actividad física.
Activistas y expertos en nutrición sostienen que la intensa publicidad que los canales de televisión difunden sobre alimentos poco nutritivos, así como la venta indiscriminada de esos productos en escuelas, son en gran parte responsable de la gordura que sufren los mexicanos.
En los últimos años se hicieron varios intentos y presentado proyectos legales para poner freno a esa publicidad y de forma paralela prohibir la venta de comida chatarra en las escuelas, pero hasta la fecha nada se ha concretado.
Las empresas de refrescos así como las productoras de papás frita en bolsa, dulces y otras golosinas se oponen a cualquier regulación y sostienen que en materia de alimentación son los padres quienes con libertad y responsabilidad deben transmitir valores adecuados a sus hijos.
En México, la obesidad entre niños de cinco a 11 años aumentó 40 por ciento de 1999 a 2006. Además, 10 por ciento de los adultos sufren diabetes y 30 por ciento de los menores de edad hipertensión, indican estudios oficiales.
Según el estatal Instituto Nacional de Salud Pública, el consumo de refrescos aumentó 60 por ciento en los últimos 15 años en México, segundo mercado mundial de ese producto después de Estados Unidos.
Uno de cada cuatro niños de este país es obeso. En los adolescentes, esa proporción escala a uno entre tres y en los adultos a siete entre 10.
México es después de Estados Unidos el país con más obesos del mundo, reconocen las autoridades.
En marzo, la organización Consumers International, que agrupa a más de 220 asociaciones de consumidores en el mundo, propuso a los países adoptar un código de conducta sobre la comercialización de alimentos y bebidas para los niños.
Sus recomendaciones apuntan a prohibir la publicidad de alimentos no saludables entre las seis de la mañana y las nueve de la noche en televisión y radio, vetar todo tipo de publicidad de alimentos no saludables a través de los nuevos medios (sitios web, mensajes de texto, etcétera) y eliminar todo tipo de publicidad de estos productos en las escuelas.
También sugiere no incluir regalos, juguetes u objetos coleccionables en la venta de comida chatarra, y no utilizar celebridades, dibujos animados ni concursos o regalos como ganchos para su comercialización.
La Organización Mundial de la Salud difundió en 2004 la llamada Estrategia Global sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud, en la que reconoce como uno de los factores determinantes del ambiente obesogénico a la publicidad de alimentos con altas concentraciones de azúcar, grasas o sal.
La agencia indicó que esa propaganda se "aprovecha de la credulidad e inexperiencia de los niños".
