La lucha por flexibilizar el sistema de patentes de los medicamentos es uno de los temas centrales en la 61 Asamblea Mundial de la Salud, que se desarrolla en esta ciudad suiza.
Estados Unidos es el único país que está obstruyendo los esfuerzos dentro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para elaborar un sistema de propiedad intelectual más laxo. El asunto está siendo analizado por el Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre Salud Pública, Innovación y Propiedad Intelectual (IGWG) del organismo.
El encuentro en Ginebra comenzó el lunes y se extenderá hasta este sábado.
Según el sitio web de la OMS, "los países en desarrollo siguen siendo ampliamente excluidos de los beneficios de la ciencia moderna".
El mandato del IGWG es "preparar una estrategia global y un plan de acción con el fin de realizar una investigación en salud para tratar las condiciones que afectan en forma desproporcionada a los países en desarrollo".
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IGWG estaba ya a punto de acordar su plan de acción, pero el controvertido tema de la propiedad intelectual impidió un consenso, y las negociaciones se estancaron.
Estados Unidos desea mantener un estricto sistema de patentes para proteger los intereses de la industria farmacéutica.
"Tenemos una suerte de coincidencia en que la OMS tiene que avanzar y trabajar en el área de propiedad intelectual", dijo la jefa negociadora de Tailandia, Shirpen Tantives, en un panel sobre Acceso a Medicamentos convocado el martes por la organización Oxfam.
"Pensamos que éste es el momento clave para que muchos países, sean industrializados o en desarrollo, acepten que la OMS debe hacer algo para mejorar el área de propiedad intelectual. Tenemos estos principios en el borrador (del plan de acción). Lamentablemente, está pendiente un (completo) consenso debido a un solo miembro. Un solo miembro no está de acuerdo con el nuevo papel de la OMS", afirmó.
Tantives señaló que, desde que comenzó el proceso del IGWG en 2006, "los estados miembro se vieron obligados a hacer compromisos que derivaron en un texto un tanto diluido, lo que tendrá consecuencias para las provisiones y la implementación (del plan) en el futuro".
Haciendo notar su descontento con el actual texto, Tantives dijo: "No estamos satisfechos porque, si vamos a los detalles, tenemos que hacer compromisos para borrar algunos elementos muy sustanciales".
Por su parte, Ellen 't Hoen, de la organización Médicos Sin Fronteras, quien habló en el mismo panel, señaló: "Las compañías ahora cobran altos precios porque tienen las patentes".
La activista explicó que este sistema tiene dos consecuencias: primero que la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos sólo existen cuando hay un mercado. Y segundo que el acceso a las drogas es muy caro.
Las patentes le dan a las empresas el monopolio del conocimiento. "Si logramos financiar la investigación y el desarrollo en forma independiente al acceso, quizás lleguemos a algo", sostuvo.
Hoen describió el actual sistema como un "modelo de éxito de ventas", en que las compañías farmacéuticas realizan sus operaciones en torno a unos pocos medicamentos que se venden bien o que son muy costosos. El resultado de esto es que se desatiendan las enfermedades que sufren las poblaciones de los países en desarrollo, explicó.
La activista señaló que en documentos como el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio y en la Declaración de Salud Pública de 2001, la OMS deja en claro que el acceso a los medicamentos debe tener un lugar preponderante en la agenda política de los gobiernos, y que los negocios no deben comprometer los objetivos de salud pública de las naciones.
Desde la aprobación de estos documentos, indicó, los precios de los medicamentos antirretrovirales de primera generación contra el VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida, causante del sida) se redujeron drásticamente, y varios países comenzaron a fabricar versiones genéricas de drogas patentadas, como Brasil y Tailandia.
Sin embargo, "los progresos están confinados a los tratamientos relacionados con el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). ¿Qué pasa con otras enfermedades y productos? El éxito se logra en base al estudio de caso por caso, droga por droga, y depende en gran medida de las acciones de la sociedad civil", sostuvo Hoen.
En los últimos dos años, señaló, Tailandia ha fabricado medicamentos genéricos para tratar el cáncer y enfermedades del corazón, por lo que ese país asiático ha sido objeto de una considerable presión política y económica de parte de Estados Unidos.
En el mismo panel, Nicoletta Dentico, de la organización no gubernamental Iniciativa Drogas para Enfermedades Desatendidas, señalo que, pese a ciertas historias de éxitos, la situación general sigue siendo sombría.
"La brecha 10/90 permanece", apuntó, en referencia al hecho de que los países en desarrollo representan 90 por ciento de las 14 millones de muertes anuales en el mundo a causa de enfermedades infecciosas, pero sólo 10 por ciento de las compras de fármacos.