Amnistía Internacional cosechó en México críticas del gobierno, observadores y hasta de activistas por una presunta falta de rigor en su último informe anual, en el que afirma que en este país las violaciones a los derechos humanos son «generalizadas».
"Somos muy cuidadosos con las palabras, pues detrás de cada palabra hay investigación. Creo que hay una mala interpretación (del informe) que viene de no haber leído bien sus términos", dijo a IPS Alberto Herrera, director de la oficina mexicana de Amnistía Internacional (AI), al responder a los varios cuestionamientos.
Fabián Sánchez, ex director de la Comisión Mexicana de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, opinó en entrevista con IPS que el informe de AI, prestigiosa organización no gubernamental con sede en Londres, peca de "hacer generalizaciones", que dan la impresión de que México afronta una situación similar a la de los años 60 o 70, lo cual "no corresponde a la realidad".
"No recuerdo que un informe de Amnistía haya recibido en el pasado este tipo de observaciones. Me parece que el documento no da cuenta de los claroscuros de México", consideró Sánchez.
En sendas notas publicadas este viernes, Carlos Marín y Ciro Gómez, columnistas del diario local Milenio, criticaron el documento de AI por sus "desatinos" y por haber "dejado de cuidar las palabras".
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En el diario El Universal, el columnista Ricardo Alemán, escribió que el informe "se traga sin digerir pesadas ruedas de molino y sin tomar en cuenta salvedades".
"Amnistía Internacional se ha ganado en todo el mundo un respeto y reconocimiento a toda prueba. Sin embargo, en el caso mexicano algo grave, muy grave está ocurriendo con esa organización. Y dígalo si no la generalización irresponsable que hace en torno de la tortura, desapariciones y libertad de expresión en México", escribió Alemán.
Al menos en el caso de Milenio, AI envío este viernes una carta con explicaciones. "Nos interesa mucho aclarar", indicó el director en México de la organización humanitaria internacional.
Herrera aclaró que el término "tortura sistemática" citado por los columnistas de Milenio "no existe en el informe".
"Lo que hemos dicho es que hay violaciones generalizadas de derechos humanos en toda la diversidad, que esto implica como libertad de expresión, tortura, violencia contra mujeres, acceso a justicia. Hay variedad de temas y por casos documentados podemos asegurar que las violaciones son generalizadas", declaró.
El informe, dado a conocer el miércoles, puntualiza que en México "la impunidad de las violaciones a los derechos humanos era generalizada en 2007".
También concluyó, en base al asesinato de seis trabajadores de medios de comunicación y el secuestro de otros tres, que hubo "ataques reiterados contra periodistas", lo cual a su entender provocó un aumento de la censura y "socavó" la libertad de expresión.
Entre otros puntos, AI repudió que militares hayan incurrido en violaciones a los derechos humanos al participar en la lucha contra el crimen y criticó que haya sido cerrado el caso de una anciana indígena, que según activistas fue violada y asesinada por soldados. Investigaciones oficiales concluyeron que murió por enfermedad.
Al presentar el informe, Lilina Velásquez, presidenta de AI en México, declaró que este país se ubica entre otros 81 en los que se permite la tortura, entre 77 que atentan contra la libre expresión y entre los 54 que no garantizan procesos judiciales justos.
Para Edgar Cortez, coordinador de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos, que reúne a 55 grupos, los "duros términos" usados por AI en el informe "pudieron no ser entendidos".
Pero "yo los comparto en lo general, pues me parece que hay una regresión en materia de derechos humanos en México en los últimos años", declaró Cortez a IPS.
Este activista consideró que el lenguaje usado por AI fue adecuado. Decir que se cometen "sistemáticas o generalizadas" violaciones a los derechos humanos en México no "quiere decir que se da en todos los casos o que es una política deliberada del gobierno, sino que existe y prolifera en muchos puntos del país".
El coordinador de la Red, que aglutina a gran parte de las organizaciones de derechos humanos locales, consideró que AI pudo haber sido especialmente duro con México en su último documento "por el hecho de que hay una preocupación por el escaso avance en estas materias luego de que en 2000, cuando terminó una etapa política muy dura, muchos organismos internacionales esperaron cambios importantes".
Cortez se refirió así a las expectativas que generó en 2000 el ascenso del conservador Vicente Fox a la presidencia, luego de que México había sido gobernado por siete décadas consecutivas por el Partido Revolucionario Institucional, etapa marcada por varios episodios de represión, autoritarismo y fraudes electorales.
El director de AI reiteró su llamado a los críticos a leer con detenimiento el informe y aseguró que su grupo no toma partido, no actúa de forma tendenciosa y siempre basa sus documentos en investigaciones rigurosas en la que se incluyen consultas a autoridades de gobierno.
El Procurador General (fiscal) de México, Eduardo Medina, y otras autoridades de gobierno calificaron la evaluación del grupo internacional como "aventurada".
Según el ex director de la no gubernamental Comisión Mexicana de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos y actual asesor privado en la materia, es posible que a AI le haya faltado en esta ocasión "medir mejor las palabras".
"En México, ciertamente se dan variadas y graves violaciones a los derechos humanos, así como problemas con la libertad de expresión, pero no en todo el país ni de forma global como pudo haber sucedido en décadas pasadas", señaló.
Para el coordinador de la Red, las "malas interpretaciones" que se pueden dar al informe de AI estarían relacionadas "al breve espacio que ocupa, lo que impide precisar algunos términos".
