INFANCIA: Niños y niñas soldados, mal endémico

«Los niños y niñas soldados son ideales porque no protestan, no esperan recibir dinero y, si se les pide que maten, matan», dijo un alto oficial del Ejército Nacional de Chad, citado por un investigador de la organización Human Rights Watch (HRW), con sede en esta ciudad.

La Coalición para Acabar con la Utilización de Niños y Niñas Soldados divulgó el martes su tercer informe mundial dedicado a este problema persistente. La realidad descrita es nefasta y la conclusión es que, a pesar de una mayor conciencia sobre la situación, no se registran mejoras reales en el terreno.

"El consenso internacional respecto de que las fuerzas armadas no son un lugar para los menores se fortaleció, pero el hecho de que sigan quedando atrapados en medio de hostilidades cambió muy poco", señaló la directora de la Coalición, Victoria Forbes Adam.

Hay unos 250.000 niños y niñas soldados en el mundo, aunque la cantidad exacta es muy difícil de verificar.

Uno de los principales acontecimientos positivos de los últimos años, según expertos, fue el final de enfrentamientos armados en Liberia, Sierra Leona y el sur de Sudán, donde el uso de menores soldados era grande. Gracias a ello, la cantidad de conflictos en que hay niños involucrados cayó de 27 en 2004 a 17 a fines de 2007, según el informe.
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Crece un "consenso universal" contra el uso menores en conflictos bélicos. Uno de cada tres estados miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) firmaron o ratificaron el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, relativo a su participación en enfrentamientos armados.

Pero el reclutamiento de menores de 18 años para emplearlos en combates es un fenómeno mucho más amplio que ocurre, de una u otra forma, en al menos 86 países y territorios.

En los lugares donde hay conflictos, el informe advierte que "con seguridad hay niños y niñas soldados involucrados". "La mayoría de ellos pertenecen a organizaciones no estatales, pero la situación de algunos gobiernos tampoco mejoró mucho", indica.

El ejército de Pakistán informó haber entrado a un campamento de la red extremista islámica Al Qaeda en la provincia de Waziristán del Sur, según versiones periodísticas, donde una escuela estatal había sido transformada en sitio de entrenamiento para atacantes suicidas, destinado a niños de nueve a 12 años.

"Los grupos armados suponen grandes desafíos", explicó Adam. "La legislación internacional ha tenido un impacto limitado en disuadirlos de usar niños y niñas soldados".

"A muchos de esos grupos no les importan los estándares internacionales, y la necesidad de tener contundencia en los enfrentamientos anula otras consideraciones. Hay que hacer frente a esa realidad y crear nuevas estrategias", remarcó.

Los grupos armados que emplean menores como atacantes suicidas son "muy ignorantes o inmunes a las normas y estándares internacionales", añadió. "Son resistentes a las presiones y a la persuasión y están fuera del alcance de las iniciativas contra la participación de niños y niñas en conflictos armados".

La técnica de denunciar públicamente a los infractores, efectiva con algunos gobiernos, no tuvo el mismo resultado con milicias irregulares, indica el informe "Niños y niñas en conflictos armados", de la ONU.

¿Cómo persuadir entonces a esos grupos de que cesen de emplear niños y niñas como soldados?

El director de la división de derechos de niños y niñas de HRW, Jo Becker, también fundador de la Coalición, dijo a IPS que esas organizaciones suelen atraer a los menores con historias idealizadas de su misión. La mejor forma de combatir ese fenómeno es mantener a los niños en la escuela o con sus familias y ofrecerles alternativas.

Decenas de miles de menores siguen alistados en ejércitos irregulares en al menos 24 países o territorios. El diálogo constructivo con esas milicias es casi imposible, indicó Adam.

La secretaria general adjunta de la ONU y representante especial para la cuestión de los niños y los conflictos armados, Radhika Coomaraswamy, había dicho a IPS que el foro mundial sólo podía mantener un diálogo con grupos como el movimiento islamista afgano Talibán con permiso de los gobiernos.

En la actualidad, el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, desalienta a la ONU o a cualquier otra organización a mantener contactos con esa milicia.

La comunidad internacional debe apuntar a mejorar las condiciones sociales y económicas generales de los menores. Los gobiernos forman parte de esos esfuerzos y su responsabilidad es brindarles educación.

Otra estrategia importante es penalizar el reclutamiento de menores para crear un marco legal institucionalizado que los proteja.

En tanto prevalezca el clima de impunidad, no hay mucha esperanza de que la situación mejore.

Los programas de desarme, desmovilización y reintegración deben centrarse en la liberación de niños de grupos armados y su reintegración a la sociedad, según especialistas. Sin embargo, se pasa por alto este punto. Además la financiación largo plazo del apoyo a menores que fueron soldados es escasa.

"Decenas de miles de menores, en especial niñas, se tornan invisibles en los procesos de desmovilización y reintegración", remarcó Adam. "No es que no se reconozcan sus necesidades y su vulnerabilidad. Simplemente no se logran aplicar las lecciones aprendidas, y su futuro queda comprometido".

El informe cubre un periodo que va de abril de 2004 a octubre de 2007, y contiene información detallada sobre el reclutamiento y uso de niños y niñas soldados, su liberación y expone iniciativas de reintegración en 197 países.

La Coalición fue creada hace 10 años. La integran organizaciones humanitarias y de derechos humanos como HRW, Amnistía Internacional, Alianza Internacional Save the Children, Defensa de Niños y Niñas Internacional, Federación Internacional Terres des Hommes (Tierra de Hombres) y la Oficina de Cuáqueros ante la ONU.

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