INFANCIA: Más niños y niñas soldados en Asia

El problema de los niños soldados —prevalente desde hace mucho tiempo en países africanos como la República Democrática del Congo, Somalia, Sudán y Uganda— también se arraiga ahora en Asia, específicamente en Afganistán, Birmania, Filipinas, Nepal y Sri Lanka.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que, de los 250.000 niños y niñas soldados que se calcula hay en todo el mundo, una considerable proporción está en Asia meridional y sudoriental.

¿Cuáles son las principales causas de el reclutamiento militar forzado en Asia? ¿Está guiada por la ideología o por la pobreza? ¿O por ambas?

"Mientras que tanto la ideología como la pobreza juegan un rol en diferentes proporciones, también hay una tercera dimensión para este problema", dijo el médico Vinya Ariyaratne, director ejecutivo del Movimiento Sarvodaya Shramadana, una de las mayores organizaciones de beneficencia de Sri Lanka, que suscribe los principios de la autoayuda, la no violencia y la paz en un país devastado por las luchas.

En términos ideológicos, según Ariyaratne, las organizaciones insurgentes pueden ejercer control no sólo sobre toda una generación de niños, sino también sobre otra generación: la de los padres que invariablemente quedan supeditados a estos grupos por querer proteger a sus hijos.
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Entrevistado por IPS, Ariyaratne dijo que el enrolamiento de niños y niñas puede considerarse un ejemplo que representa la dinámica del poder entre adultos y niños.

Ariyaratne, quien es también coordinador regional para Asia meridional de la Red Global de Religiones a favor de la Niñez (GNRC, por sus siglas en inglés), con sede en Tokio, indicó que el reclutamiento militar incluso podría tener repercusiones más graves en las vidas de los niños que otras formas de abusos.

Esos adultos que ejercen poder y reclutan niños fundamentan su autoridad en el uso de la violencia, y los menores no tienen poder para resistirse, temiendo por sus vidas y por la de sus seres queridos.

"A menudo, los niños son forzados a someterse a este uso de la fuerza y no están en una situación de poder para resistirse sin ser sujetos a acciones en represalia", dijo Ariyaratne.

La situación se vuelve peor cuando las instituciones que deberían proteger los también colapsan, con una pérdida de confianza pública en los sistemas estatales, agregó.

IPS: — ¿Qué rol pueden jugar la religión y la ética a la hora de ayudar a aliviar la situación de los niños en el mundo, y particularmente en Sri Lanka? ¿Qué rol jugó Sarvodaya?

Vinya Ariyaratne: — La pobreza exterior de los niños es visible y obvia, y se la puede atender satisfaciendo sus necesidades físicas. Pero lo más grave es que una proporción significativa de niños y niñas en Sri Lanka sufren de pobreza emocional, que es oculta e invisible, y mucho más seria. Estos niños no tienen ningún propósito o dirección en la vida, viven con muchas frustraciones, autocompasión, indignación y odio hacia su propia situación.

Sin embargo, no muestran abiertamente ninguna señal de estas emociones negativas, que no estarán ocultas para siempre. Un día, estas emociones reprimidas van a estallar. En general, nuestros niños no tienen modelos adultos. Aunque el padre esté vivo y sea parte del hogar, su presencia no es sentida por los niños, especialmente varones. Hay una difundida violencia y alcoholismo. Ellos añoran tener figuras adultas que los guíen.

Como muchos niños en todo el mundo que son sometidos a varias formas de abusos, nuestros niños también demuestran una tremenda resiliencia y coraje. Tienen la capacidad de salir de situaciones desafiantes.

¿Cómo podemos ayudar a un niño a crecer en una situación de esta naturaleza con ecuanimidad? Es aquí donde la espiritualidad, la religión y la ética pueden jugar un gran papel. Sarvodaya adopta un enfoque integrado ante el desarrollo y el bienestar del niño. Tenemos programas de meditación para que madres embarazadas y sus esposos establezcan un vínculo emocional y espiritual con el feto.

Tenemos programas para niños y niñas en edad preescolar y escolar. Facilitamos la administración de alrededor de 5.000 centros de desarrollo de la primera infancia (preescolares) en todo el país. Los valores espirituales, morales y culturales son una parte integral del desarrollo psicosocial y físico. Se alienta a los niños a practicar las enseñanzas fundamentales de las religiones a las que pertenecen.

Y a través de GNRC pudimos producir libros de cuentos para niños, organizar campamentos infantiles para llevar comprensión y armonía entre los niños que pertenecen a varios grupos religiosos y étnicos.

También trabajamos con adultos. Y los adultos que van a ayudar a los niños y niñas deberían nutrir la "fortaleza emocional", dado que la situación es extremadamente delicada y seria. Tenemos que ayudar a los niños a aprender a florecer como un loto, sin quedarse atrapados en el barro.

— ¿Cuán significativo es el foro de GNRC que se celebrará del 24 al 26 de este mes en la sudoccidental ciudad japonesa de Hiroshima? ¿Actuará como un llamado para que la comunidad internacional haga más por los niños en todo el mundo?

— Creo fuertemente que ese foro es un acontecimiento muy significativo para reunir a grupos que se dedican a trabajar con y para los niños con una fuerte base espiritual.

Cuando actuamos, ya sea como comunidad nacional o internacional, intentamos hacer más en términos infantiles en todo el mundo. Los niños no esperan "caridad" de los adultos. El desafío es equipar nuestros corazones y mentes adultas para entender las esperanzas y aspiraciones, dolores y sufrimiento, y las necesidades de los niños desde su propia perspectiva. No ofrecer lo que los adultos pensamos que es lo mejor para los niños.

Para hacer esto, necesitamos despojarnos de nuestras egoístas actitudes paternalistas y patriarcales, y ser suficientemente humildes para permitir que haya algún espacio en nuestros corazones y mentes ante los verdaderos aprietos en que se encuentran los niños.

Trabajar con niños es una prueba formidable para que los adultos examinen y evalúen su propia capacidad de amar, perdonar, ser compasivos y considerados y cultivar la ecuanimidad.

Los adultos no deberían funcionar como canales de distribución de servicios. Lo que sea que hagamos debería contribuir a crear una relación profunda, significativa y confiable entre adultos y niños. Una vez que los adultos pasen por esta transformación dentro de sus propias mentes y corazones, habrá tantas nuevas avenidas para actuar de un modo más efectivo para aliviar el sufrimiento de los niños y darles esperanzas para el futuro.

Hiroshima ofrecerá lecciones, historias de éxito y esperanza. En mi opinión, Hiroshima será un hito en hacer que esto ocurra, lo que dará a todo el mundo un nuevo mensaje de preocuparnos por nuestros niños.

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