Niños y adultos de diferentes religiones y países ofrendaron este lunes flores y plegarias en memoria de las primeras víctimas de un bombardeo nuclear, hace 63 años, en la sudoccidental ciudad japonesa de Hiroshima.
Encabezado por el reverendo Takeyasu Miyamoto, defensor de los derechos de la infancia y presidente de la Fundación Arigatou, el acto de "compromiso por la paz" fue el momento culminante del tercer foro de la Red Global de Religiones a Favor de la Niñez (GNRC, por sus siglas en inglés).
La conferencia, celebrada entre el sábado y este lunes, congregó a más de 1.300 adultos de distintas filiaciones religiosas que renovaron su compromiso de ayudar a los niños a liberarse de la violencia, la pobreza y la degradación ambiental.
Antes, en la Plegaria Interreligiosa por la Paz, representantes de baha'is, budistas, cristianos, hindúes, musulmanes, judíos, sintoístas y sijs, además de la Federación de Nuevas Organizaciones Religiosas de Japón, oraron por los niños.
La ceremonia de clausura de "Diálogo con los líderes globales" fue escenario de apasionados pedidos de niños y adultos a los líderes del mundo.
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Anam Wasey, de Nueva Delhi, dijo que la educación es la clave para erradicar los problemas que niños como él afrontan a diario. También planteó la alternativa de "contaminar para perecer o conservar para florecer".
Isaac Lukumari Peter, un niño de Tanzania que antes pasaba buena parte del día en la calle y ahora es activista de GNRC África, pidió a los países ricos que "por favor dejen de fabricar bombas" y que produzcan más alimentos para los niños hambrientos del mundo.
"Debemos frenar toda violencia y proteger el ambiente, pero si queremos hacer esto debemos comenzar por nosotros mismos", dijo.
El ex presidente de la comunidad budista tendai, Gijun Sugitani, advirtió que los países y empresarios que producen y venden armas propician la enfermedad y muerte de niños.
"Los productores y exportadores de armas están traicionando nuestros objetivos por la paz y la formación de valores", dijo Sugitani. La educación es una herramienta muy importante para solucionar los problemas que afectan a los niños del mundo, agregó.
La subsecretaria general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Asha-Rose Migiro llamó a los países a redoblar esfuerzos para cumplir los Objetivos de Desarrollo para el Milenio en el plazo fijado de 2015.
Migiro también pidió a la comunidad internacional que ayude a mejorar la vida de los niños. "No se trata de teoría. Es algo posible", declaró.
La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ann Veneman, citó las metas comunes compartidas por las iniciativas de la GNRC para los niños y los Objetivos del Milenio. Fue también en 2000 que los líderes mundiales acordaron estos últimos, recordó.
Los ocho Objetivos, definidos por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre en relación a 1990, garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil y la materna, combatir el sida, el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.
"El progreso humano requiere invertir en los niños. Las religiones y las organizaciones basadas sobre la fe tienen la obligación moral de hacer frente a la generalizada violencia contra los niños", señaló Veneman.
También condenó particularmente lo que calificó de aborrecibles prácticas tradicionales, como la mutilación genital femenina y el matrimonio forzado de niñas de incluso nueve años.
El ex subdirector ejecutivo de Unicef Kul Chandra Gautam encargó tanto a Migiro como a Veneman difundir las iniciativas de la GNRC a los líderes mundiales.
"Esperamos que impresionen a los líderes que asistan a la Conferencia Internacional de Tokio sobre Desarrollo Africano la semana próxima en Yokohama y en la cumbre del G-8 (Grupo de los Ocho países más poderosos) en Hokkaido", expresó
"Mientras discuten asuntos de comercio y asistencia, desarrollo y cambio climático, deberían tener en su mente las necesidades especiales de los niños del mundo y el tremendo potencial de las instituciones religiosas e interreligiosas, entre ellas la GNRC", expresó.
El foro de tres días, que giró en torno de la consigna "Aprender a compartir: Valores, acción, esperanza", fue la tercera patrocinada por la Fundación Arigatou desde 2000, cuando se estableció la GNRC, única red interreligiosa mundial que se dedica exclusivamente a garantizar los derechos y el bienestar de niños y jóvenes en todas partes.
El punto alto del foro fue la presentación de un manual para educadores y líderes juveniles titulado "Learning to Live Together: An Intercultural and Interfaith Programme for Ethics Education" ("Aprender a vivir juntos: Un programa intercultural e interreligioso para la educación de la ética").
El texto, según sus autores, ayudará a derribar las barreras de la desconfianza y la incomprensión entre jóvenes de varias confesiones.
Hubo representantes de diferentes regiones, entre ellas África, el mundo árabe, Asia central y el Cáucaso, Europa, Israel, América Latina y Asia meridional. Cada región evaluó sus avances y propuso iniciativas futuras en línea con los tres imperativos de la GNRC de erradicar la pobreza, la violencia y los perjuicios ambientales.
Al cabo de la conferencia, los participantes presentaron su "Declaración de Hiroshima", que fijó el objetivo de devolver a los niños el "derecho a alcanzar el desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social tal como está reconocido por la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño".
Además, propuso una jornada mundial de "plegarias y acción por los niños", a celebrar cada Día Universal del Niño, 20 de noviembre. En esa fecha, las instituciones y comunidades religiosas reafirmarán el compromiso del mundo con la infancia no sólo con oraciones sino con acciones.
Según Gautam, la GNRC y Unicef también colaboran con organizaciones seculares y religiosas en la preparación de un manual "que abarcará a todas las religiones del mundo", ofreciendo políticas amigables con los niños y consistentes con las enseñanzas religiosas del mundo.
Para el representante de la Fundación Arigatou y presidente de Myochikai, reverendo Keishi Miyamoto, la GNRC alcanzó un nuevo nivel. Miyamoto aspira a un mayor desarrollo de su red.
"Fortaleceremos los vínculos con la ONU en la promoción de la educación para la ética. También nos gustaría desarrollar relaciones cooperativas con organizaciones de la sociedad civil y círculos económicos", concluyó.