Preside uno de los municipios más pequeños y más pobres de Portugal. Pero la perseverancia para desarrollar su región mediante la energía solar, convirtió al alcalde José Maria Prazeres Pós-de-Mina en un ejemplo citado en otros países de la Unión Europea (UE).
Al frente desde 1998 del municipio pionero de la mayor central solar del mundo, este hombre de 50 años no ve una contradicción entre su condición de diplomado en gestión financiera y la de alto dirigente del Partido Comunista Portugués, de fuerte implantación en la región meridional de Alentejo, la de menor desarrollo del país.
Seis años atrás, "el alcalde del futuro", como es llamado con frecuencia también en otros países europeos, fundó la empresa Amper para poner en práctica su iniciativa, recogiendo así el guante lanzado por las autoridades de la UE para resolver de manera sostenible, eficaz y ecológica, los inmensos desafíos energéticos del bloque.
"Con criterios absolutamente de eficiencia y de la mejor oferta", en 2006 vendió Amper a los españoles de Acciona, líder mundial en el sector de las energías renovables, que tiene una capitalización bursátil de cerca de 11.200 millones de dólares. El municipio de Moura, que incluye la ciudad del mismo nombre y ocho pueblos, cabezas de respectivas comarcas, sólo contabiliza 16.500 habitantes.
En Ameraleja, una de estas comarcas, se concretó el sueño ecológico de Pós-de-Mina y desde marzo comenzó parcialmente a funcionar la que será la más grande central solar del mundo. Con 100 hectáreas de paneles, en 2009 tendrá una capacidad de producción de 46,41 megavatios (MV), unidad de potencia equivalente a un millón de vatios.
Cuando en 2010 esté en pleno funcionamiento producirá 62 MV mediante sistemas seguidores de la trayectoria solar, que sirven de base de soporte a 268.000 paneles fotovoltaicos, los que producirán 93 gigavatios (GW)/hora/año, equivalente al consumo de 30.000 hogares.
En entrevista con IPS, el gobernante no escondió su enorme satisfacción por el arranque del proyecto, de gran relevancia a nivel del cumplimiento de criterios de la UE en cuanto al uso de las energías renovables y también "muy positivo para el desarrollo local". La central está ubicada en Baldio da Ferraria, un llano de 250 hectáreas en los entornos de Amareleja, el lugar más caluroso y de cielo despejado de Portugal, que a la vez es el país con más horas de sol de Europa. Usa la tecnología fotovoltaica, basada en materiales semiconductores que permiten la transformación directa de la radiación solar en energía eléctrica.
La Central Solar de Amareleja es la mayor pero no la primera, sino la cuarta construida en Portugal en el último lustro, después de las también meridionales Central de Serpa (11 MV), inaugurada el año pasado y que es la mayor de Europa por el momento, Parque Solar de Almodôvar (2,15 MV) y Central de Ferreira do Alentejo (1,8 MV).
IPS:—Ahora es el turno de Moura, que supera en capacidad de producción a las otras tres. ¿Un proyecto ambicioso que ya comenzó a funcionar?
Pós-de-Mina:— Los actuales 2,5 MV que se producen desde marzo ya comenzaron a ser inyectados en la Red Eléctrica Nacional, enviados a la central hidroeléctrica de Alqueva, ubicada a 32 kilómetros. No fue fácil. Enfrentamos y superamos tremendas dificultades, debido a que estamos frente a una obra sin paralelos en el mundo.
También construimos, siempre mediante Amper-Acciona, la fábrica de paneles fotovoltaicos y creamos el llamado Polo Tecnológico de Moura, con condiciones para la instalación de empresas del área de las energías renovables.
—No obstante el dato incuestionable que arrojan los cielos limpios de Portugal, hasta ahora la producción de energía solar fue más difundida en Alemania, Holanda y Suiza, que están entre los más "nublados" del continente.
—Es verdad. Pero ahora este proyecto, importante para Moura, pero también para contribuir al desarrollo de Portugal y de gran dimensión en Europa, corregirá esa situación al convertir rayos solares en 64 millones de vatios, un proyecto que tendrá una dimensión 12 veces superior a la mayor central solar existente en el mundo, que es la localizada en Alemania y que produce cinco MV.
A esto hay que añadir que la central de Moura no contempla costos de combustibles y por cada 90.000 MV de energía producida se van a ahorrar 152.000 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, CO2) a la atmósfera en comparación con una producción equivalente a partir de combustibles fósiles.
—A un costo de 257 millones de euros (unos 410 millones de dólares) .
—Un proyecto importante que colocará a Moura en una posición relevante a nivel mundial en el sector de las energías renovables y que podrá atraer otras inversiones asociadas. Además de la central y lo que significa en términos de respeto por el ambiente, la idea es hacer una obra mucho más vasta, con proyectos tecnológicos, dando cuerpo a iniciativas en el área de la investigación.
Construiremos también un barrio que contemplará preocupaciones sustentables, introduciendo la energía renovable en los edificios, atendiendo la eficiencia energética.
—Moura se ha convertido en un ejemplo mencionado en toda publicación especializada sobre ambiente y energía. ¿Existen colaboraciones concretas a nivel internacional?
—Formamos parte de la iniciativa "Sunflower" (girasol), sobre energía renovable, que incluye varias ciudades y organizaciones ambientalistas de la UE y que es financiado por el proyecto comunitario denominado "Energía Inteligente en Europa".
—Pero, al parecer, la relación privilegiada es con España, comenzando por la adjudicación a los vecinos ibéricos de la construcción de la central y de la fábrica de paneles fotovoltaicos
—Nada premeditado. Simplemente fue el resultado de un proceso de concurso transparente, y la empresa española Acciona presentó la mejor propuesta. No colocamos ni trabas ni favoritismos basados en las nacionalidades. Se trató del funcionamiento del mercado abierto.
Dicho esto, aclaro que siempre damos gran atención a la cooperación con España y no sólo en este campo. Existen, con los municipios vecinos del otro lado de la frontera, varios proyectos en áreas tales como la arqueología y la cultura. Tenemos una Asociación de Colaboración Transfronteriza de municipios españoles y portugueses de esta zona.
La cooperación con España es una de las vertientes esenciales de nuestras actividades en la perspectiva del desarrollo y que los alcaldes de los dos lados de la fronteras usamos para candidaturas a programas de financiamientos de la UE. —Seguramente la lista de sus innovadoras ideas no está cerrada, pues llueven las críticas de los alcaldes al gobierno central del primer ministro (socialista, José) Sócrates debido a los recortes que éste hizo a los presupuestos municipales.
—Moura pretende ser un exportador de equipos de tecnología avanzada y de energía verde, y en este sentido ya firmamos diversos protocolos de cooperación con universidades, institutos superiores y entidades de investigación. En efecto, al aplicar la nueva ley de las finanzas locales, Lisboa acaba por crear serias dificultades al interior del país.
Nunca en Portugal tuvimos un programa de fondos comunitarios tan centralizado desde el gobierno, que da la primera y la última palabra sobre las adjudicaciones, con un margen muy reducido para la intervención de los municipios.
—En otras palabras, es necesario recurrir a alternativas creativas.
—Portugal en general y nuestra región muy en particular tiene sol para dar y hasta para vender. La evolución a la que se está caminando desde 2000 va hacia las energías renovables, ya que son el futuro. Aprovechamos esa situación, presentando nuestro proyecto cuando estas ideas ganaron cuerpo, en 2001, y ahora ya lo hemos inaugurado.
A pesar de ser la sede de la que será la mayor central de energía solar del mundo, en Muora somos modestos. No pretendemos dar lecciones a nadie, pero estamos concientes de que nuestro proyecto dio un importante impulso para llamar la atención sobre estos temas fundamentales para la humanidad.