DESARROLLO-ASIA: Alimentos excluidos de receta de banqueros

Tres palabras, «alimentos muy caros», se infiltraron en la reunión que el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) celebra en la capital española, vislumbrada inicialmente como la oportunidad para mostrar la nueva visión de la entidad sobre erradicación de la pobreza en Asia.

Los participantes en el encuentro, que comenzó el sábado y finalizará este martes, expresaron su alarma por la casi nula atención que la estrategia del BAD de largo plazo, para el período 2008-2020, presta al sector agrícola cuando la actual crisis alimentaria puede condenar al hambre y la pobreza a millones de habitantes de la región.

"Los aumentos en los precios de los alimentos constituyen una amenaza para la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza. Debemos enfatizar que este tema sea tomado como un desafío a tener en cuenta en la estrategia de largo plazo", dijo el secretario de Finanzas de India, D. Subba Rao, durante un seminario para los presidentes de los bancos centrales de los 67 Estados miembro del BAD.

"La crisis alimentaria no puede ser remediada con medidas de emergencia. Tenemos que hacer inversiones para el desarrollo rural", aseguró el secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Supachai Panitchpakdi.

Expertos consideran que no se trata de un problema cíclico, sino estructural.
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Estas preocupaciones dejaron al descubierto serias fallas en la estrategia de largo plazo del BAD, que apenas toma en consideración la ayuda al sector rural de la región, donde vive la mayoría de los 600 millones de asiáticos indigentes, es decir con ingresos inferiores a un dólar al día.

La estrategia del BAD destinada a erradicar la pobreza para 2020, aprobada en marzo, pone el acento en cinco "motores del cambio": desarrollo del sector privado, gobernanza, igualdad de género, soluciones basadas en el conocimiento y asociaciones.

Adicionalmente, "el crecimiento con inclusión, el desarrollo sustentable y la integración regional" serán tres pilares en la agenda estratégica del BAD.

El presidente de la institución, Haruhiko Kuroda, se vio forzado a admitir la omisión del sector rural en la estrategia de futuro del banco que, por más de 40 años, fue la principal fuente de financiamiento para el desarrollo de la región de Asia-Pacífico.

"Si se miran las cinco áreas fundamentales, ciertamente no está incluida la agricultura. Pero hay un párrafo sobre ella", argumentó, "que señala que el banco la apoyará a través de proyectos de infraestructura".

El BAD dañó seriamente su papel relevante en Asia como resultado de este claro distanciamiento de su tradicional asistencia al sector agrícola, dijo a IPS el vicepresidente del no gubernamental Movimiento de Reconstrucción Rural de Filipinas, Isangani Serrano.

"Desde el nacimiento del banco hasta ahora la pobreza ha sido un fenómeno rural. ¿Cómo pensaban erradicarla sin dedicar la mayor parte de su inversión y proyectos a la agricultura?", se preguntó.

Los préstamos del BAD destinados anualmente al sector agrícola se han ubicado, en promedio, en torno a 11 por ciento de su cartera. Pero en 2007 otorgó 510 millones de dólares, muy por debajo de los 930 millones correspondientes a 2006, según datos de la memoria anual de la institución.

En cambio, el sector de transporte y comunicaciones, recibió el año pasado 4.200 millones de dólares, frente a los 1.500 millones destinados a él en 2006.

Tradicionalmente, el BAD había cimentado su reputación por el apoyo brindado al sector rural. A mediados de los años 90, por ejemplo, aprobó un voluminoso préstamo para financiar un programa de reforma agraria en Filipinas, que sirvió para incrementar la productividad del sector.

Por otra parte, la reunión del banco reveló una creciente confianza de la institución para dar cabida e interactuar con las organizaciones no gubernamentales, incluso las más críticas de su desempeño.

En consecuencia, los activistas que asisten al encuentro en Madrid cuestionaron abiertamente el énfasis puesto por el BAD sobre el papel del sector privado en la reducción de la pobreza en Asia, su reducción de las exigencias de garantías sobre el impacto ambiental y social de los proyectos que financia, así como sus intentos para combatir las prácticas corruptas internas.

Las organizaciones no gubernamentales también expresaron su preocupación a causa del desplazamiento de personas provocado por dos proyectos hidroeléctricos financiados por el banco, en Laos y Nepal, así como por el trabajo infantil empleado en un programa agrícola en Asia central, que cuenta con el apoyo de la institución.

"Estos intercambios son muy útiles para nosotros. Nos permiten escuchar la voz de formadores de opinión de la sociedad civil y explicar el pensamiento del banco en los temas que preocupan. Se trata de rendir cuentas por lo realizado", dijo C. R. Rajendran, un funcionario del BAD.

"Esto se está convirtiendo en una práctica habitual, en la que tenemos espacio para plantear temas de importancia para obtener algunas respuestas y, en ciertos casos, lograr que se tomen acciones para el seguimiento de esas cuestiones. Comparado con el Banco Mundial, el BAD es mucho más abierto", dijo Hemantha Withanage, director ejecutivo del Foro de organizaciones civiles que hacen un seguimiento de la institución.

Para Bart Edes, director del Centro de la Sociedad Civil del BAD, "la interacción con las organizaciones no gubernamentales se ha convertido en algo habitual. Mis colegas ahora tratan directamente con ellas. Este proceso hizo explosión en los últimos tres años, incluso hay representantes sindicales que asisten a nuestras reuniones". Aunque esa relación planteó un desafío a la institución, admitió Edes, "instituciones no gubernamentales, a través del diálogo, nos han hecho tomar conciencia de cosas que no conocíamos. Han influido en nuestra forma de operar".

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