Cinco siglos después de la llegada de Cristóbal Colón a América, los robos de reliquias y bienes culturales de los pueblos de ese continente siguen a la orden del día, en tanto que gobiernos de ambos lados del océano Atlántico se comprometen a combatirlos.
La policía secuestró este martes en la norteña provincia española de La Rioja más de 700 piezas arqueológicas precolombinas de gran valor, procedentes de Ecuador, Perú y Colombia.
En ese operativo fue detenido un matrimonio hispano-colombiano, portadores de lo secuestrado y que fueron acusados de dedicarse al "comercio ilícito internacional de bienes culturales procedentes del expolio".
Este no es un hecho aislado, sino que se produce una y otra vez. El 3 de este mes el gobierno de Costa Rica reclamó al de Alemania la devolución de 457 piezas, sustraídas de su territorio, de un total de 1.700 procedentes de varios países americanos y que fueron decomisadas tres meses antes por la policía de ese país europeo.
Fuentes policiales señalan que las piezas estaban en poder del costarricense Leonardo Patterson, ex funcionario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), calificado de "coleccionista" y radicado en Alemania desde hace varias décadas.
Lo incautado fue valorado en 100 millones de dólares y sus piezas están siendo reclamadas por las autoridades de Costa Rica, Perú, Colombia, Panamá, Guatemala y El Salvador.
En la provincia española de Galicia, ubicada al noroeste de la península Ibérica, la policía nacional localizó 1.800 objetos precolombinos a fines de 2007, que ahora están en poder del Estado investigando su origen y la fecha en que entraron al país.
Esto último es importante para el gobierno español, pues la legislación de este país dispone que todo aquello que esté dentro del mismo más de 10 años no debe ser reintegrado.
Fuentes de la Guardia Civil, la policía militarizada española a cuyo cargo está el control del ingreso de personas y bienes a España, dijeron a IPS que se realiza un control a fondo, pero que es prácticamente imposible controlarlo todo.
Al preguntarle cómo puede ser que ingresen centenares de piezas y no sean descubiertas, contestaron que no hay ninguna información que indique que entraron todas al mismo tiempo. "Pueden ser decenas de viajes, trayendo algo en cada uno", explicaron.
A modo de ejemplo señalaron que en un contenedor se pueden transportar media toneladas de vídeos y ocultos en ellos algunas piezas arqueológica. "Así como en la barriga de un atún pueden poner algo, o dentro de una maquinaria, etc., etc.".
En la embajada de Bogotá en Madrid se indicó a IPS que están al tanto de todo el proceso de incautación y que han pedido instrucciones a su gobierno para establecer de qué piezas se trata y su procedencia, "para actuar inmediatamente como corresponda". Añadieron que "la cooperación con las autoridades españolas es estrecha y se mantendrá, con confianza mutua".
La operación realizada en Galicia por la brigada de Patrimonio Histórico recibió la colaboración de los servicios de Interpol (Policía Internacional), el organismo de cooperación policial de la Unión Europea y de otras instituciones de seguridad españolas.
Entre lo incautado hay colgantes, pendientes y figuras de oro, telas y cerámicas con todo tipo de representaciones sociales, tanto de animales como de personas, muy trabajadas y en colores.
Pero no sólo se realiza mercadeo ilegal y robos con joyas precolombinas. También las hacen con piezas europeas, como una arqueológica del segundo siglo de la era cristiana, que fue robada en 2005 en Italia y localizada a fines de 2007 en Barcelona.
Esa pieza, que las autoridades españolas ya dispusieron que sea devuelta a Italia, es una bañera de mármol de forma ovalada, con tallados que representan a leones y figuras humanas y su valor se calcula en 300.000 euros (medio millón de dólares aproximadamente). La búsqueda de la pieza por la Policía de Cataluña se realizó después de recibir una comisión rogatoria internacional de la Fiscalía del Tribunal Ordinario de Gela, Italia. Y para sorpresa de los investigadores fue encontrada expuesta para su venta por unos comerciantes que la habían comprado por 3.000 euros (5.000 dólares).
Luís Ángel M. S. y Albenis O.A., las identidades proporcionadas por la Guardia Civil del matrimonio detenido, fueron detectados antes de su último viaje a Bogotá, seguidos y "acompañados" a regreso, el 30 de abril, portando la mercancía ilegal.
El seguimiento de la pareja y la autorización para que ambos volvieran a ingresar a España fueron autorizadas por un juez de la Audiencia Nacional, el organismo jurídico equivalente a los denominados juzgados federales en otros países.
Tras entrar a España por el aeropuerto de Madrid, la pareja se dirigió con sus cuatro maletas a la provincia de La Rioja, hasta una vivienda de su propiedad en la que ambos fueron detenidos.
En el operativo policial, además de secuestrar las piezas arqueológicas, también se intervino una computadora y otros documentos, en base a los cuales continúan la investigación para localizar a otros infractores de la ley, en España y fuera de este país.
En el centro de la investigación están los viajes realizados por ellos a países latinoamericanos y en especial a Francia, donde se exhibían y vendían la mayoría de los artículos expoliados y contrabandeados.
Otras investigaciones tienen como objetivo el descubrimiento de bandas que saquean yacimientos arqueológicos en España.
Entre 2007 y lo que va de este año, la policía practicó dos docenas de registros que le permitieron recuperar miles de piezas, entre ellas más de 10.000 de arqueologías y 12.000 monedas de diversas épocas, en provincias del sur y el oeste de este país.