CHINA: Transparencia del gobierno a prueba por terremoto

El saldo de víctimas del devastador terremoto en el centro de China se eleva. El desastre es una prueba de fuego para la credibilidad del gobierno y para su capacidad de velar por la estabilidad, el orden social y el bienestar de la población.

El sismo de 7,9 en la escala de Richter registrado el lunes ya se cobró la vida de al menos 12.000 personas y dejó miles de desaparecidos.

Se trata del mayor desastre natural que haya golpeado a China, al menos desde 2005, cuando el régimen comunista dejó de considerar secreto la cantidad de víctimas de estas catástrofes.

Las autoridades consideraron necesario eliminar el secreto sobre esa información para mejorar las actividades de prevención y de asistencia.

Como consecuencia, se fortaleció la presión para obtener una rápida respuesta y una total transparencia en la divulgación de datos.
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El terremoto ocurrió tras el ciclón que hace 11 días causó un desastre humanitario en la vecina Birmania, donde los esfuerzos de rescate y asistencia a millones de personas chocaron con el secreto y la falta de transparencia de la dictadura militar.

China desea distanciarse de esa actitud. Pero funcionarios del gobierno agradecieron este martes la ayuda en bienes y dinero llegada desde el exterior, si bien aclararon que las condiciones aún no están dadas para la llegada de socorristas extranjeros.

El sismo tuvo su epicentro casi 1.500 kilómetros al sur de Beijing, pero igual sacudió edificios de la capital y causó pánico en su población, apenas tres meses antes de que cientos de miles de extranjeros visiten la ciudad con motivo de los Juegos Olímpicos.

El relevo de la llama olímpica se iniciará este miércoles con un minuto de silencio en homenaje a las víctimas del terremoto, además de otras modificaciones hechas a la ceremonia.

"Las autoridades están bastante ocupadas", señaló Zhao Shuyan, funcionario estatal que trabaja en el centro de Beijing. "Primero estuvieron preocupadas por la inflación, luego por las protestas en Tíbet y ahora por este desastre natural. Es demasiado."

La divulgación de la información acerca de la magnitud real del desastre fue lenta al principio, pero las autoridades y la prensa estatal han reaccionado con rapidez y revisan el número de víctimas a medida que reciben los datos.

Lo primero que llegó a la prensa, aún antes de conocerse la verdadera magnitud de la destrucción, fueron los crudos detalles de cómo 900 estudiantes quedaron atrapados bajo escombros.

El poderoso terremoto sacudió la provincia de Sichuan en las primeras horas de la tarde del lunes y destrozó una de las zonas más pobladas de China, derrumbó edificios, centros de enseñanza y plantas químicas.

El distrito de Wenchuan, donde estuvo el epicentro del sismo, alberga a diversas minorías. Allí se ubica la reserva natural de Woolong, donde viven 10 por ciento de los famosos pandas gigantes de China.

Chengdu, la capital provincial, con 11 millones de habitantes, quedó paralizada por un apagón y el colapso de la red telefónica.

El primer ministro, Wen Jiabao, llegó a Chengdu tres horas después del sismo para pedir calma y unidad a la población.

"Compatriotas, éste es un desafío especial. Ante el desastre, lo más importante es mantener la calma, la confianza, tener valor y mucho autocontrol", dijo, en un discurso televisado desde allí.

El epicentro fue poco profundo —10 kilómetros bajo la superficie terrestre—, "es decir que liberó más energía destructiva", explicó a la agencia estatal de noticias Xinhua el científico Zhang Guomin, de la Oficina de Sismología de China.

"Hay que tener cuidado con los deslizamientos de tierra y barro y con el derrumbe de edificios", apuntó.

El presidente Hu Jintao ordenó un gran despliegue militar para ayudar con las tareas de rescate.

Unos 50.000 soldados fueron despachados a la provincia de Sichuan tras conocerse la magnitud del desastre. Muchos debieron llegar a pie hasta el distrito de Wenchuan, debido al colapso de las rutas.

Mientras, los trabajadores humanitarios recuperaron al menos 50 cuerpos entre los escombros de un centro de enseñanza secundaria en la ciudad de Dujiangyan, informó la agencia estatal de noticias Xinhua.

Unos 900 estudiantes quedaron sepultados bajo los escombros. Algunos trataban de escapar y otros pedían ayuda a gritos, según la agencia.

Las familias de los adolescentes se reunieron bajo la lluvia, cerca de donde ocurrió el desastre, a la espera de que los trabajadores humanitarios escribieran los nombres de los fallecidos en una pizarra.

Al menos cinco centros de enseñanza más sucumbieron y aún se desconoce el número de muertos total, indicó Xinhua.

"Siento mucha pena por la cantidad niños y adolescentes afectados por la tragedia", declaró el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

"Queremos hacer llegar nuestras más profundas condolencias a las víctimas", escribió el presidente del Comité Internacional Olímpico, el belga Jacques Rogge, al presidente Hu Jintao. "El Movimiento Olímpico está con ustedes, en especial en estos momento difíciles."

El terremoto de Sichuan es el más fuerte que haya sacudido a China en 58 años.

Un sismo más fuerte, de 8,6 en la escala de Richter, se registró en agosto de 1950 en el este de Tíbet. Entonces, datos incompletos dieron cuenta de 780 personas muertas.

El mayor desastre natural de China ocurrió en julio de 1976 en pleno periodo de aislamiento, en la época de Mao Zedong (1893-1976).

Un terremoto de 7,8 en la escala de Richter arrasó la ciudad de Tangshan en el norte del país. Se desconoce la cantidad exacta de muertos, pero diversas estimaciones los ubicaron entre 250.000 y 650.000 personas.

En aquella época, el gobierno de China, que abogaba por la autosuficiencia, impidió la asistencia extranjera y se ocupó solo de atender el desastre. Se cree que miles de personas murieron a causa de esa actitud.

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