La batalla por defender la Amazonia brasileña «empezó por Roraima», según Paulo Cesar Quartiero, personaje central de los conflictos que enturbian la fronteriza tierra indígena Raposa Serra do Sol (RSS) y que están movilizando a políticos y militares en un frente opositor.
Quartiero, un agrónomo de 55 años, migró del extremo sur al norte hace 32 años, instalándose en Roraima, estado amazónico fronterizo con Guyana y Venezuela, donde adquirió dos haciendas que suman 9.200 hectáreas, y se convirtió en gran productor de arroz. En 2004 ganó la alcaldía de Paracaima, municipio de unos 9.000 habitantes.
Detenido nueve días en Brasilia a inicios de mayo, bajo cargos de posesión de explosivos y de armar a los hombres que balearon a 10 indígenas que intentaban invadir su hacienda, se afirmó como líder de los que rechazan la demarcación de la RSS como un territorio indígena único y continuo de 1,7 millones de hectáreas.
"No somos mercaderes, no aceptamos indemnización" para dejar las haciendas que se encuentran comprendidas en esa área, pues eso "representaría la muerte, después de 32 años cultivando y preparando la tierra", dijo Quartiero a IPS.
"Queremos sólo 4,7 por ciento de esa tierra", señaló, para "acomodar a los 200 agricultores" que siguen en el área, ya demarcada pero aún no entregada en posesión a los indígenas que la habitan y que suman entre 15.000 y 20.000.
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Lo que pide Quartiero significaría dividir en "islas" la reserva RSS, cuya demarcación como área continua fue oficializada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2005, después de superar cuestionamientos judiciales y debates de casi dos décadas. El proceso obedeció a los principios definidos en la Constitución de 1988.
La mayoría de los agricultores que ocupaban parte de su área aceptaron dejarla, pero el grupo encabezado por Quartiero se resiste.
Policías de la Fuerza Nacional de Seguridad y del Ministerio de Justicia iniciaron el 27 de marzo la Operación Upatakon 3 para retirar a todos los habitantes "no indígenas" de la RSS, pero el Supremo Tribunal Federal la suspendió dos semanas después, ante el pedido del gobierno de Roraima, para evitar víctimas.
El máximo tribunal de justicia debe ahora decidir si la demarcación de la RSS como área continua, homologada por Lula, es válida o debe ser revisada.
Quartiero reconoce que la mayoría de los agricultores locales no tienen títulos legales de propiedad de las tierras ocupadas, "sólo algunos". En su caso, una de sus haciendas fue adquirida a personas que la poseían legalmente desde 1922, "mucho antes de la actual política" y de la instalación de instituciones indigenistas, destacó.
El gobernador de Roraima, José de Anchieta Junior, y Quartiero estuvieron este jueves en Río de Janeiro, en un seminario promovido por el Club de Aeronáutica, hablando ante centenares de personas, buena parte oficiales retirados de la fuerza aérea.
La constitución de una alianza político-militar que pone en cuestión la política indigenista y ambiental del gobierno y reclama la defensa de la Amazonia ante una supuesta amenaza extranjera, avanza impulsada por esta polémica sobre la reserva RSS.
Un Frente Parlamentario de Apoyo a las Fuerzas Armadas en la Amazonia se constituyó el martes en la Cámara de Diputados, en una sesión en Brasilia a la que asistieron generales y muchos otros oficiales de las tres Fuerzas Armadas.
Sus miembros se oponen a la demarcación de territorios indígenas como la RSS y a la presencia de organizaciones no gubernamentales que, desde su punto de vista, representan intereses extranjeros en la Amazonia.
La movilización ganó fuerza cuando el comandante militar de la Amazonia, general Augusto Heleno, condenó a mediados de abril la conformación de la RSS como área continua y calificó de "caótica" la política indigenista del gobierno. Otros altos militares también acusaron a la RSS, ubicada en la frontera con Guyana y Venezuela, de amenazar la soberanía nacional.
"La política del gobierno para los indígenas es incoherente e irresponsable", declaró el gobernador de Roraima en el Club de Aeronáutica. Los estudios antropológicos que fundamentaron la demarcación de la RSS se hicieron de forma "autoritaria, sin oír a las partes involucradas, y en contradicción con la realidad local, ignorando cuestiones económicas y la heterogeneidad de los grupos indígenas, afirmó.
"Cien por ciento de los políticos de Roraima" rechazan la demarcación del área continua, además de los empresarios y de la población tradicional no indígena, aseguró.
Anchieta y Quartiero acusan el Consejo Indígena de Roraima (CIR), organización apoyada por la Iglesia Católica, de imponer su voluntad como presunto representante de los aborígenes locales, en asociación con la gubernamental Fundación Nacional del Indígena.
Para Quartiero, una sentencia del Supremo Tribunal Federal favorable a sus deseos sería "un paso histórico", pero no suficiente para desarrollar y poblar el "vacío" que es Roraima, dijo. Es necesario que "el gobierno central deje de interferir en nuestras actividades" y promueva algunas políticas de apoyo al desarrollo local, sostuvo.
El acercamiento a las Fuerzas Armadas se debe a que "tienen los mismos objetivos e intereses en la defensa nacional", afirmó, sosteniendo que la demarcación de inmensas tierras indígenas y de protección ambiental crea "vacíos" que sirven a intereses extranjeros.
Un temor más explícito a la invasión extranjera fue expuesto por João Ricardo Moderno, presidente de la Academia Brasileña de Filosofía, cuando habló en el Club de Aeronáutica.
Sería una "traición a la Patria" si el presidente o el parlamento de Brasil acogen la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2007.
Al reconocer a las "naciones indígenas", la Declaración es "parte de una estrategia neocolonial" de ocupación de tierras por tropas extranjeras, dirigida "principalmente a Brasil", sostuvo.
Moderno se manifestó también contra la integración sudamericana, por seguir el modelo "bolivariano" del presidente venezolano Hugo Chávez, inspirado en las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El sociólogo Helio Jaguaribe, de 84 años y miembro de la Academia Brasileña de Letras, aportó al movimiento contra el indigenismo actual sus ideas a favor de la "adaptación voluntaria y gradual" de las tribus nativas a la cultura moderna, a través de la educación, la asistencia social y la capacitación profesional de alto nivel.
Es "imprescindible revisar" la política oficial, dictada por antropólogos y basada en la "falacia" de que la "cultura primitiva" debe ser preservada y es incompatible con la cultura occidental, sentenció.