América reclama preservar la unidad nacional, la democracia y la paz en Bolivia mientras las manecillas del reloj marcan la cuenta regresiva para conocer el resultado del referendo autonomista en la disidente provincia de Santa Cruz.
"Para todos es claro que hay hechos que se van a producir en los próximos días en Bolivia que nos preocupan de manera fundamental, que pueden conducir a consecuencias no deseadas", afirmó el chileno José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la reunión extraordinaria del Consejo Permanente del organismo que examinó el tema boliviano el viernes.
"Queremos la preservación de la unidad nacional, de la democracia y queremos evitar la violencia", subrayó Insulza antes de que los representantes de 34 gobiernos americanos —Cuba está excluida— discutiesen en privado un proyecto de resolución.
El canciller boliviano David Choquehuanca pidió al Consejo de la OEA "respaldo al gobierno legalmente constituido, al estado de derecho y a la institucionalidad democrática en Bolivia, rechazando cualquier intento de romper el orden constitucional".
Pero los embajadores americanos de la OEA votaron en la madrugada del sábado una resolución preparada por las cancillerías de México y varios países sudamericanos que rechazó cualquier intento de ruptura a la integridad territorial de Bolivia, pero se abstuvo de condenar el referendo autonomista.
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Para el gobierno de Evo Morales, apoyado por los de Venezuela, Nicaragua y —desde fuera de la OEA— por el de Cuba, el referendo que el oriental Santa Cruz, el más rico departamento de Bolivia, celebra para este domingo 4 de mayo, es claramente violatorio de la Constitución.
Choquehuanca dijo que fracasó el diálogo con los prefectos (gobernadores) de Santa Cruz y de otros departamentos, Beni, Pando y Tarija, que preparan para junio referendos sobre su autonomía, con redacciones que contradicen la carta magna nacional.
"No se pueden tolerar los llamamientos a la secesión del país, ni una administración paralela a la del Estado", dijo el canciller, y al advertir que el referendo puede generar violencia, se preguntó: "¿Quién será el responsable?"
Choquehuanca habló después de que el secretario de Asuntos Políticos de la OEA, el ex canciller argentino Dante Caputo, presentó el informe de su tercer viaje a Bolivia para tratar de mediar entre el gobierno y la oposición autonomista.
Caputo advirtió sobre la posibilidad de que "la violencia se convierta en tema central de la política de ese país". Relató que en el conflictuado país sudamericano "expresamos a los prefectos la necesidad de evitar hechos de violencia, de iniciar procesos de discusión así como de no aplicar de forma inmediata los resultados del referendo".
Cuba, Nicaragua y Venezuela, junto a la propia Bolivia, integrantes de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA), advirtieron en una cumbre en Caracas la semana pasada que tras los referendos autonomistas se esconden corrientes separatistas.
Raúl Castro, presidente de Cuba, reiteró el respaldo de su país a la posición de Morales durante una visita semana de Choquehuanca a La Habana.
En paralelo, el líder y ex presidente cubano Fidel Castro escribió para advertir, en términos parecidos a los empleados por Insulza, que "a la hermana república de Bolivia le faltan días, tal vez horas, para sufrir acontecimientos dramáticos".
Pero éstos excederían la cuestión autonomista: "Las Fuerzas Armadas, en virtud de sus funciones históricas, en un país agredido y despojado del mar y otros recursos vitales, no desean la desintegración de Bolivia; pero el plan yanqui, pérfidamente concebido, es utilizar algunos sectores militares antipatriotas para librarse de Evo en aras de la unidad", afirmó Fidel Castro.
Morales denunció el miércoles que algunos ex altos jefes militares de su país han esparcido rumores sobre un golpe de Estado en el marco de los referendos autonomistas.
El presidente venezolano Hugo Chávez ha acusado a Washington de dirigir el proceso autonomista para dividir Bolivia y posibilitar que las trasnacionales petroleras retomen la hegemonía de esa industria, sobre la que aumenta su control el gobierno de Morales.
En Caracas, decenas de manifestantes oficialistas acudieron varias veces en la última semana a las puertas de la embajada boliviana para expresar solidaridad con Morales.
Esa solidaridad política, más el respaldo económico y en programas sociales de Cuba y Venezuela al gobierno, dio pie a los opositores bolivianos para denunciar frecuentemente la "injerencia" de Caracas en sus asuntos internos.
El miércoles, el empresario aceitero Branko Marinkovic, uno de los promotores del referendo cruceño, postuló que Morales debe alejarse de Chávez si quiere frenar la crisis política en el país. "Nos preocupa que Chávez tenga que tomar las decisiones, queremos que las tome el presidente Morales", aseveró.
* Con aportes de Patricia Grogg (La Habana)