BIRMANIA: Pérdida de manglares agravó efectos del ciclón

Investigadores que estudiaron las golpeadas costas de Asia, luego del tsunami de 2004, concluyeron que los manglares pueden salvar vidas.

En Sri Lanka, por ejemplo, los habitantes de una aldea en la costa oriental se refugiaron en los densos manglares de la zona. Sólo dos personas perdieron la vida allí. Mientras, el tsunami mataba en el resto de la isla a más de 35.000 de las 220.000 víctimas fatales del desastre, que sometió a 12 países.

El valor de los mangles quedó otra vez de manifiesto en Birmania, afectada por el ciclón Nargis el 3 de este mes, que causó más de 100.000 muertes y afectó a 2,5 millones de personas.

La populosa región del delta del río Irrawaddy se vio expuesta al ciclón a causa de la drástica reducción de su cobertura de manglares en las últimas décadas. Entre 1924 y 1999 desapareció 82,7 por ciento de los mangles, según un estudio de la no gubernamental Asociación para el Desarrollo y Conservación de Recursos Forestales, de Birmania.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) destacó que el área de manglares en el delta "es de poco más de 100.000 hectáreas, menos de la mitad de su tamaño en 1975".
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Un artículo publicado en la revista Journal of Biography señala que la tasa de deforestación de mangles en Birmania, de uno por ciento anual, es la más alta entre los siete países afectados por el tsunami investigados.

"La destrucción de los manglares en el delta del Irrawaddy contribuyó a la devastación en la zona", dijo a IPS el científico Jeffrey McNeely, de la Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN). "No hubieran sido suficiente para evitar todo el daño, pero ciertamente habrían minimizado el impacto."

Simmathiri Appanah, de la oficina regional de la FAO de Asia-Pacífico, señaló a IPS que los manglares intactos "reducen la presión de las olas". En cambio, "su ausencia permite que el agua avance rápidamente, exponiendo a las comunidades cercanas a la costa. El impacto del tsunami confirmó esto en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia".

Los intentos por aumentar la producción de alimentos, sin tomar en cuenta el impacto ambiental, es una de las razones que provocó la pérdida de los manglares.

La dictadura militar birmana alentó su destrucción con el objeto de aumentar la superficie cultivada con arroz y, luego, promover la cría artificial de peces y langostinos. La empobrecida población, desesperada por comida, siguió ese camino.

"La cría de langostinos fue uno de los factores, pero no el principal, en la pérdida de los manglares. La producción de arroz fue peor, así como, en los últimos tiempos, la tala de madera para la construcción y de leña para cocinar", dijo Jim Enright, coordinador para Asia de la organización ambiental Proyecto de Acción Mangles, con sede en Washington.

"Los colonizadores británicos iniciaron el cultivo de arroz, que se expandió con fuerza desde mediados hasta fines de los años 80. El delta perdió 85 por ciento de sus manglares, fundamentalmente a causa de la producción de arroz", agregó.

Los militares también atacaron los mangles para fortalecer su presencia en el delta. "Ordenaron a los aldeanos que los cortaran para construir campamentos militares", señaló Khaing Dhu Wan, director ejecutivo de la no gubernamental Red para el Desarrollo Económico y Ambiental (NEED, por sus siglas en inglés).

Esa demanda de madera aumentó luego de los años 90, cuando se instalaron nuevos campamentos de infantería. "Ahora hay en la zona del delta por lo menos 60", agregó.

Por lo tanto, las campañas de NEED para educar a los habitantes sobre el alto costo que pagarían en caso de un ciclón por la pérdida de los mangles fue visto por lo militares como una amenaza. "La junta militar no permitió que se trabajara para lograr una toma de conciencia", dijo Khaing.

Además, tanto a nivel regional como internacional, la destrucción de los manglares no atrajo la atención que sí recibieron otros problemas ambientales de Birmania, como la tala ilegal en la zona nororiental del país o la construcción de grandes represas hidroeléctricas.

"No recibió mucha atención fuera de Birmania porque pocas personas viajan allí para ver la situación y escribir sobre ella. No hay extranjeros trabajando en el terreno", comentó Enright.

"Gran parte del delta del Irrawaddy es una zona restringida y los extranjeros deben solicitar permiso para viajar allí. Inlcuso luego del tsunami de 2004 se dispuso de muy poca información sobre lo que había pasado", agregó.

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