La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe anotó un récord histórico en 2007, pero su calidad todavía no es óptima, indicó este jueves José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la Cepal.
Gracias al crecimiento económico regional y a la sostenida demanda mundial de recursos naturales, en 2007 la inversión extranjera directa (IED) en América Latina y el Caribe alcanzó 105.925 millones de dólares, según un informe anual sobre la materia que prepara la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
Por primera vez en la historia los flujos de capitales hacia la región superaron los 100.000 millones de dólares. El monto es el más alto desde 1999, cuando la inversión había totalizado 89.000 millones de dólares, fuertemente relacionada con las privatizaciones.
Sin embargo, "más importante que las variaciones coyunturales del volumen de la IED recibida por la región es su evolución estructural. La escala de la contribución de la IED al desarrollo de la región depende tanto o más de la calidad de la inversión que de su volumen", remarca el informe de 290 páginas.
"En un contexto de globalización, atraer inversiones hacia actividades que contribuyan a la generación de empleo calificado, capacidad empresarial e innovación, exige niveles de competitividad de clase mundial, ya que la competencia por la IED —sobre todo con esas características— se da a nivel mundial", añade el texto.
"Sería bueno atraer más inversiones, y esto no es tan fácil detectarlo, que exporten, que formen proveedores y que innoven en la región. De eso la región tiene poco. Las innovaciones se dan en otras partes del mundo, aunque las trasnacionales están tendiendo cada vez más a descentralizar" sus operaciones, dijo a IPS Machinea.
Atraer inversiones de calidad que, por ejemplo, "traigan laboratorios de investigación y que generan encadenamientos productivos", es una tarea de los gobiernos, indicó el secretario ejecutivo de la Cepal.
Aunque Estados Unidos es el principal país que invierte en la región, la incipiente recesión que sufre no afectó significativamente el desempeño de América Latina como receptora de flujos de capitales en 2007, ya que la desaceleración se manifestó sólo durante el cuatro trimestre del año pasado, indicó Machinea.
No obstante, el efecto de la crisis económica estadounidense puede ser relevante en los flujos de IED en 2008, alertó. El sector más dañado puede ser el exportador de manufacturas de México y la cuenca del Caribe.
"En 2007 América Latina y el Caribe recibió ingresos sin precedentes por concepto de inversión extranjera directa. Si el resultado verificado representa un hecho aislado o el inicio de un periodo más largo de ingresos en los próximos años depende de la gravedad de la desaceleración de la economía de Estados Unidos y sus repercusiones en la economía regional", señala el informe.
En total, la IED en América Latina creció 46 por ciento entre 2006 y 2007, pero en América del Sur el incremento fue mayor que en la subregión que comprende a México y la cuenca del Caribe.
La IED creció en casi todos los países, pero Brasil, Chile, Colombia y México son responsables de 90 por ciento del incremento. Entre 2006 y 2007, el crecimiento de la IED en Chile fue de 96 por ciento y en Brasil de 84 por ciento.
En 2007, Brasil recibió 34.585 millones de dólares por concepto de IED, seguido por México, con 23.230 millones de dólares, Chile, con 14.457 millones de dólares, y Colombia, con 9.028 millones de dólares.
En comparación al producto interno bruto (PIB) y sin considerar los centros financieros del Caribe, los mayores receptores de inversión fueron Panamá, Chile y cuatro países de América Central (Honduras, Costa Rica, El Salvador y Nicaragua).
¿Qué explica que la IED se dirija principalmente a Brasil, Chile, Colombia y México? Machinea indicó que hay algunos factores comunes y otros específicos, como el tamaño del mercado interno y las ventajas comparativas en los mercados internacionales.
El elemento que une a los cuatro países es que todos son "amistosos" con la IED, lo que implica que no hay "cambios en las reglas del juego" de improviso, es decir, se respetan los contratos firmados más allá de los vaivenes políticos.
Al contrario, las nacionalizaciones de recursos naturales y de empresas de servicios básicos que han venido llevando a cabo algunos gobiernos, como el de Bolivia, suelen generar retracción de los capitales.
El informe "La inversión extranjera en América Latina y el Caribe 2007" indica que el sector servicios acaparó el mayor monto de capitales ingresados a la región, destacándose Brasil, aunque hubo grandes diferencias entre los países.
En Chile, Colombia y Ecuador el mayor flujo de IED fue a parar al sector de recursos naturales, mientras que en México el sector manufacturero retuvo el mayor volumen.
Estados Unidos, Holanda y España lideran la lista de los principales países extranjeros que invirtieron en la región durante 2007.
La Cepal también destacó la situación de las transnacionales latinoamericanas, que llama "translatinas", pese a que los flujos de inversión de América Latina y el Caribe hacia otras regiones del mundo disminuyeron de 42.000 millones de dólares en 2006 a 20.619 millones de dólares en 2007.
Esto se explica porque el elevado monto de adquisición de la australiana Rinker por parte de la mexicana Cemex no se incluyó íntegramente en las estadísticas de 2007, debido a que la compra fue financiada parcialmente por sus subsidiarias en el exterior, es decir, los dineros no salieron directamente de México.
El mayor país inversionista en el extranjero es Brasil, seguido de México y Chile. En comparación al PIB, lideran esta lista Chile, seguido de la República Bolivariana de Venezuela y Costa Rica.
"Muchas de las 'translatinas' están llevando sus procesos de internacionalización a nuevos niveles, en sectores distintos (software, petroquímicos, empacadoras de carne) a los que ya se han establecido como actores internacionales (acero, minería, cemento, gas y petróleo, alimentos y bebidas, comercio)", dice el comunicado de la conferencia.