Para los no iniciados, la imagen es surrealista: hombres y niños salen rápidamente de sus hogares y se aventuran en los estrechos callejones sin pavimentar del tugurio pakistaní de Korangi Dhai, previo al amanecer, munidos de coloridas tuberías plásticas y pesadas bombas eléctricas.
Durante unos 15 años, la única manera en que las familias ocupantes que viven en los asentamientos irregulares de Nursery Town, Francis Town y Joseph Gill Town, ubicados dentro de las Propiedades Industriales y Comerciales de Korangi, pudieron acceder al agua para sus necesidades cotidianas haciendo empalmes con las cañerías principales.
Alrededor de 60 por ciento de los 16 millones de habitantes de esta ciudad portuaria residen en asentamientos informales, según el urbanista Arif Hasan. En ausencia de una infraestructura adecuada, muchas comunidades improvisaron los sistemas de alcantarillado, drenaje y suministro hídrico.
En "Comprendiendo Karachi", un libro escrito por Hasan, 90 por ciento de estos hogares "se han conectado ilegalmente a sistemas de suministro del gobierno".
Pero Shahid Gill, un habitante del lugar de 28 años, refutó esta afirmación. "Cada casa paga 2.500 rupias (36 dólares) al concejo de la unión (unidad administrativa más pequeña), así que ¿cómo se los puede llamar ilegales?", preguntó quien trabaja como mandadero para una organización no gubernamental.
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Los puntos de conexión ilegal pueden verse como pequeñas protuberancias de goma, y las cañerías son visibles a lo largo de las alcantarillas que corren en paralelo a las líneas principales. Desde estas conexiones el agua es desviada a los hogares, usando bombas de succión que funcionan en base a electricidad ilegalmente utilizada.
Esta estructura informal no es oficialmente reconocida y, por lo tanto, no puede ser integrada a los planes para saneamiento y sistemas de suministro hídrico que orquesta el gobierno.
"Con 16 millones de habitantes y un requisito mínimo de 20 galones diarios (76 litros) por persona, Karachi necesita por lo menos 320 millones de galones por día (unos 1.211 millones de litros)", dijo Perween Rehman, directora del área técnica y de investigación del Proyecto Piloto Orangi. Las industrias necesitan 123 millones de galones adicionales diarios, agregó.
Hay dos fuentes principales de agua para Karachi. Una es el río Indus, que suministra 645 galones por día (2.441 litros), y la otra es la represa de Hub, que provee de unos 50 (189 litros). Pero como la segunda es alimentada con agua de lluvia, el suministro fluctúa entre 30 (114 litros) y 75 galones (284 litros) por día.
Entre otros factores, aproximadamente 15 por ciento del agua es desechada debido a filtraciones técnicas, y otro 41 por ciento es desviado y suministrado a través de camiones cisterna.
"Y ésta es una estimación muy conservadora", dijo Rehman a IPS.
Como resultado, las 18 divisiones administrativas de Karachi, que se supone deben obtener 417,65 galones (1.580 litros) por día de la estatal Junta de Agua y Saneamiento de Karachi, reciben apenas 293 (1.109 litros).
También ocurre que la distribución es desigual. Las áreas más ricas, como el Cantonment, reciben 100 o incluso 133 por ciento de lo que requieren (en la Autoridad de Vivienda de Defensa), mientras que otros deben arreglárselas con apenas 30 a 57 por ciento.
Entre otras recomendaciones, como el suministro energético independiente en las estaciones de bombeo para contener las interrupciones, Rehman dijo que las autoridades deberían centrarse en efectuar mediciones, para ayudar a garantizar que todas las áreas reciban la cantidad de agua que necesitan.
"Hay 1,17 millones de consumidores de agua en Karachi, de los cuales apenas 163.000 pagan regularmente. No se toma ninguna medida contra los moroso, y la Junta funciona a pérdida perpetua", establece la edición 2002 del mismo libro escrito por Hasan. La situación no ha cambiado en absoluto, afirmó Rehman.
Aunque los habitantes del tugurio de Korangi tampoco pagan por su electricidad y su agua, deben trabajar duramente para hacer los empalmes.
"No es una tarea fácil para hacer en lo denso de la noche, especialmente para quienes todavía están atontados por el sueño", señaló Asif Ayub, un cineasta de 17 años.
Una vez hechas las conexiones, el agua es bombeada hacia tanques de almacenamiento dentro de los hogares.
Con todo un embrollo de cañerías y cables, la seguridad es toda una preocupación. "Es bastante común recibir un shock eléctrico", dijo Shakil Gill, de 28 años, que se dedicó a esta tarea durante seis años. Pero ahora, luego de casarse, ha sido excusado de realizarla y es su hermano menor quien se hace cargo.
"Habitualmente es el hombre más joven de la familia, pero uno que sea suficientemente mayor para poder cargar el pesado engranaje y arreglar los cables", acotó Kashif Naeem, de 18 años, quien hace esto desde los 14.
"La idea es que sea alguien que no tenga que levantarse temprano para ir a trabajar", dijo Naeem, quien dejó de ir a la escuela después de sexto grado.
En hogares donde no hay hombres disponibles para encargarse del agua, intervienen las mujeres.
El suministro hídrico está disponible desde las cuatro hasta las seis de la mañana, en días alternados, en la línea principal del área de Nursery Town.
"Solía ser de dos a seis, y con el suministro reducido es como una guerra. Cada pocos días se ve estallar los ánimos", dijo Lawrence, un empleado del saneamiento municipal que entra a trabajar a las ocho.
Y luego hay días en que las cañerías principales se secan, o en que no hay suministro eléctrico.
"Nos lleva casi una hora instalar el equipo. ¿Puede imaginarse la frustración? ¿Y la carga extra en que incurrimos comprando agua para el día?", planteó Jamaluddin, conteniendo su ira.
Los ocupantes más emprendedores del tugurio han sacado provecho de los erráticos suministros e ingresado al negocio del suministro hídrico. Tienen varias bombas de succión y grandes tanques de almacenamiento. "Cuando el agua no ingresa en la línea principal, compramos agua a estas personas", dijo Gill.
También, los ocupantes compran agua de los camiones cisterna a 250 rupias (3,73 dólares) por cada 1.000 galones, aunque es salobre e inadecuada para beber, o a proveedores individuales, que circulan por las calles con agua cargada en carros tirados por burros, y que venden a 100 rupias (1,49 dólares) por cada 25 galones.