SRI LANKA: La brújula apunta a China e Irán

El gobierno de Sri Lanka, bajo presión internacional por sus violaciones a los derechos humanos, se vuelca hacia China e Irán, que no lo cuestionan en esa materia, en busca de financiamiento para sus proyectos de infraestructura.

Las relaciones de Sri Lanka con sus socios tradicionales se han deteriorado severamente en los últimos meses, a causa de la preocupación de Estados Unidos, la Unión Europea (UE) por crecientes abusos del gobierno, que incluyen el acoso de periodistas.

"No necesitamos su dinero" con todos esos condicionamientos, dijo un alto funcionario de Sri Lanka a representantes del Banco Mundial.

Analistas de política exterior y economistas señalan que el gobierno nacionalista del presidente Mahinda Rajapakse busca otros apoyos, porque la ayuda internacional en forma de subvenciones y préstamos está atada a ciertos condicionamientos que no desea aceptar.

El año pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) suspendió sus programas en Sri Lanka. El Banco Mundial finalizó hace poco una ronda de consultas con grupos de la sociedad civil, que incluyen a agricultores y periodistas, con vistas a diseñar una nueva estrategia para los próximos tres años.
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La verdadera razón, según afirman activistas, es la siguiente: "Nos usan para presionar al gobierno, porque las autoridades ya no prestan atención al Banco Mundial."

El analista Nanda Godage calificó de "torpe" la política exterior de Colombo. Normalmente "el ministro de Relaciones Exteriores debe contar con documentos de trabajo bien investigados, que evalúen las consecuencias políticas y económicas de distanciarse de Estados Unidos y la UE".

Pero "esto no existe", agregó este diplomático retirado. "Tenemos que estar en contacto con instituciones como el Banco Mundial y el FMI en lugar de asumir una actitud de enfrentamiento. Estamos convirtiendo amigos en enemigos."

Es de conocimiento público que el ministro de Relaciones Exteriores de Sri Lanka, Rohitha Bogollagama, y su segundo, Palitha Kohona, están enfrentados en diversos asuntos. Mientras, Rajapakse ha tomado decisiones en materia de política internacional en forma independiente.

Otro punto de conflicto es la visita que el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, realizará a Sri Lanka el 28 de abril, en la primera escala de su primera gira asiática. Washington expresó disgusto cuando Rajapakse viajó a Teherán el año pasado.

El diario The Sunday Leader comentó esta semana que Israel seguramente no aceptará un pedido de venta de armas de Colombo a causa de los crecientes lazos con Irán. Según el periódico, el primer ministro Ratnasiri Wickremanayake fue informado de esta decisión en una reciente visita a autoridades israelíes.

El apoyo financiero de Estados Unidos, la UE y los organismos multilaterales de crédito se redujo marcadamente desde que Rajapakse ganó las elecciones presidenciales hace dos años y puso fin a un endeble cese del fuego con los insurgentes Tigres para la Liberación de la Patria Tamil.

Rajapakse ordenó "erradicar" a los rebeldes de sus bastiones en la región septentrional y oriental de la isla. Las tropas tuvieron cierto éxito en el este, aunque los insurgentes se han refugiado en la jungla.

Pero en el norte hay feroces combates, en medio de denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno, que incluyen desapariciones y acoso a la prensa independiente.

Las autoridades niegan los cargos, pero no puede hacer frente a las evidencias que se acumulan para confirmarlos, especialmente respecto de los secuestros de opositores.

Analistas señalan que como la ayuda occidental está ligada a la gobernanza, la transparencia y la disciplina fiscal, condiciones que el gobierno rechaza, Rajapakse se ha visto obligado a atraer a "países amigables" que le permitan financiar sus proyectos de autopistas, líneas ferroviarias, puertos y aeropuertos.

China e Irán han acudido al rescate, aunque con préstamos a tasas de interés de mercado.

Beijing financia una planta de electricidad alimentada con carbón y la construcción de un puerto, con una inversión de más de 700 millones de dólares. Se está negociando otro préstamo de 450 millones de dólares para dos autopistas.

Por su parte, Irán ofrece otros 450 millones de dólares para un proyecto hidroeléctrico y 1.000 millones de dólares para una refinería petrolera.

El director del Consejo Nacional de la Paz, Jehan Perera, señaló que Sri Lanka debe mantener buenas relaciones con los países más influyentes.

"Marginarnos de una gran parte de la comunidad internacional no es bueno, sobre todo cuando hemos tenido una larga historia de relaciones con ella", agregó.

La mayoría de los analistas coinciden en que la política gubernamental puede ofrecer soluciones de corto plazo a las necesidades inmediatas, pero que será desastrosa en el largo plazo.

Sirimal Abeyeratne, economista de la Universidad de Colombo, señaló que la disciplina fiscal, una condición para acceder a los créditos, es necesaria para países como Sri Lanka, donde frecuentemente los fondos se gastan en proyectos que no eran los inicialmente contemplados.

El ex ministro de Comercio y actualmente uno de los líderes de la oposición, Ravi Karunanayake, cree que el país está cayendo en un pozo de deuda a causa de la toma de créditos a tasas de mercado, mucho más altas que las correspondientes a los préstamos de los organismos internacionales.

"Saldar esta deuda será una tarea de varias generaciones", aseguró.

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