Pasados 34 años desde que el ejército portugués sorprendió al mundo dando el primer golpe de Estado de la historia para derrocar una dictadura e instaurar la democracia, la efeméride continúa siendo ampliamente celebrada a nivel popular, pese al bajo perfil que los grandes partidos le confieren.
Como cada año, miles de personas, en especial nostálgicos sexagenarios, desfilaron este viernes por la céntrica Avenida da Liberdade, de Lisboa, en un ambiente de fiesta popular marcada por la baja presencia de jóvenes, que en su inmensa mayoría optaron por aprovechar en las playas un día de sol radiante y temperatura amena.
Repitiendo el ritual de cada año, el desfile fue encabezado por los ovacionados "Capitanes de abril", los entonces jóvenes oficiales, hoy coroneles, generales y almirantes en retiro, protagonistas de la que pasó a los libros de historia como la "Revolución de los Claveles".
Este año hubo más carteles de protesta y menos flores rojas. En la gestión de los partidos de derecha en la alcaldía lisboeta (2002-2007), los ediles ordenaron dejar de plantar claveles rojos en los viveros municipales, que eran ofrecidos como el símbolo de la Revolución.
Ese símbolo nació la mañana del 25 de abril de 1974, cuando un niño colocó un clavel rojo en el cañón del fusil de un soldado insurgente antidictatorial.
En lo puramente formal, la tradición se mantuvo. La sesión solemne del parlamento unicameral en su sede del Palacio de São Bento cumplió al pie de la letra el rigor de siempre. En mesa, el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, y el presidente del parlamento, Jaime Gama. En los sillones del gobierno, el primer ministro socialista José Sócrates y su gabinete en pleno.
La tribuna de honor fue ocupada por los más destacados "Capitanes de abril" de entonces, los ahora coroneles Vasco Lourenço, Vítor Alves y Otelo Saraiva de Carvalho, y los almirantes Vítor Crespo y Manuel Martins Guerreiro, acompañados por los ex presidentes Mario Soares y Antonio Ramalho Eanes.
Las opciones políticas se podían determinar en las solapas de los trajes. El primer ministro Sócrates, los miembros de su gabinete, y los diputados de izquierda del hemiciclo lucían un clavel rojo, una flor que no usó el presidente conservador Cavaco Silva ni los legisladores de derecha.
Sin embargo, la división del clavel aparece solamente emblemática respecto del pasado y formal sobre el presente, debido a la serie de políticas de corte neoliberal adoptadas por el gobierno de Sócrates, fustigadas inclusive por algunos sectores de la derecha que defienden la sustentabilidad del Estado Social.
El diputado Luís Montenegro, designado para la ocasión por el Partido Socialdemócrata (PSD, conservador pese a su nombre), afirmó que hoy Portugal vive una "democracia asfixiante" y acusó a Sócrates de haber provocado "el mayor retroceso" del Estado Social del período democrático iniciado hace 34 años.
En respuesta, el diputado socialista Osvaldo de Castro optó por la formalidad, subrayando que 34 años después, Portugal "cuenta con una Constitución democrática que garantiza los derechos fundamentales", tales como "el derecho a opinión, que consagra la libre opinión y expresión, hasta cuando esta es contraria a la democracia".
En vísperas del aniversario, varias figuras destacadas del gubernamental Partido Socialista (PS) suscribieron un documento crítico de la Asociación 25 de Abril, que bajo la presidencia del coronel Lourenço reúne a los militares en actividad y en la reserva que participaron en la gesta democratizadora.
Soares, fundador y líder histórico del PS, encabeza las firmas del documento, que apela a la participación en el desfile popular de este viernes y expone un análisis crítico de la situación del país.
También suscribieron los ex dirigentes máximos Antonio de Almeida Santos y Eduardo Ferro Rodrigues, el candidato presidencial (2005) Manuel Alegre y por la ex ministra María de Belém Roseira.
"Las incertidumbres de una coyuntura económica, afectada por el estallido y desarrollo de varias crisis, y por la persistencia de los problemas estructurales que el país continúa padeciendo, hacen que las conmemoraciones del 25 de Abril este año se realicen en un clima poco tranquilo y escasamente propicio al júbilo colectivo", apunta el texto.
Pasados 34 años, los índices sociales y económicos "continúan colocándonos en los últimos escalones de la Unión Europea, por lo cual no podrá darse lugar al debilitamiento de los servicios que caben al Estado garantizar", señala el documento en alusión a la serie de medidas adoptadas por Sócrates en desmedro de la seguridad social, servicios de salud y estabilidad laboral.
Alfredo Assunção, el entonces joven oficial que acompañó al capitán José Salgueiro Maia en la captura del dictador Marcello Caetano durante las operaciones militares de 1974, lamenta "que todo esto ocurra con un gobierno que aparentemente estaría con el 25 de abril. Llegamos a una situación tal con un gobierno de izquierda".
Assunção, hoy un general en retiro, defendió en declaraciones al diario Público de Lisboa los movimientos de ciudadanía como manera de "obligar a los partidos a transformarse, a defender los intereses de las personas y a cumplir sus programas".
La crítica más dura es del coronel Mario Tomé, uno de los más destacados oficiales que participaron en caída del régimen corporativista (1926-1974), al asegurar a IPS que "las fuerzas políticas de izquierda en Portugal, tal como en Francia en mayo de 1968, no fueron capaces de corresponder al enorme desafío que implicaban las exigencias y reivindicaciones populares".
Tomé comandó con grado de mayor el Regimiento de Policía Militar en 1974 y 1975, que junto al Regimiento de Artillería Ligera de Lisboa del mayor Diniz de Almeida y al Comando Operacional del Continente (Copcon) del teniente-coronel Otelo de Carvalho eran consideradas las unidades más izquierditas de la fuerzas armadas.
"Al igual que en Francia hace 40 años, la Revolución de Abril fue capturada por sus enemigos, ayudados por 'abrilistas' de pacotilla, todos ellos ahora cultivando muy serenamente la globalización neoliberal y a arruinarles la vida, como siempre, a los obreros y estudiantes", concluyó el coronel izquierdista.