Mientras transcurren instancias decisivas del juicio contra el ex presidente de Perú Alberto Fujimori (1990-2000) por violaciones a los derechos humanos, la policía capturó al ex agente de inteligencia Jesús Sosa, acusado de ejecutar buena parte de esos crímenes.
Sosa integró el "Destacamento Colina", escuadrón de la muerte que operó en la órbita del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), según la acusación.
La fiscalía considera que este ex agente encabezaba uno de los tres grupos operativos del Destacamento Colina, cuya creación en 1991 contó con el aval del mando del ejército, del jefe de los servicios secretos y asesor presidencial Vladimiro Montesinos y del propio Fujimori.
Sosa, último miembro del Destacamento que quedaba prófugo desde la reapertura del caso tras el retorno a la democracia en 2001, se incorporó a este grupo clandestino —integrado a la estructura del ejército— a pedido de su jefe operativo, el mayor Santiago Martin.
Ambos habían pertenecido al Grupo Escorpio, célula ilegal del ejército que en la segunda mitad de los años 80 secuestró, torturó y asesinó a sospechosos de pertenecer a la organización maoísta Sendero Luminoso y que concentraba sus acciones en el bastión de esa guerrilla, la región de Ayacucho.
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Según el testimonio judicial de ex miembros del Destacamento Colina, Sosa intervino en los operativos de Barrios Altos, el 3 de noviembre de 1991, y de La Cantuta, el 18 de julio de 1992.
Veinticinco civiles resultaron muertos en estas operaciones, supuesta represalia a acciones terroristas de Sendero Luminoso a pesar de que nunca se acreditó la pertenencia de ninguna de las víctimas al grupo maoísta.
A Fujimori se le acusa de haber promovido y consentido los operativos del Destacamento Colina.
Pocos meses antes de que el Destacamento Colina cometiera la masacre de Barrios Altos, Fujimori felicitó por sus "acciones contrasubversivas" al mayor Martín y a los también oficiales del ejército Fernando Rodríguez Zabalbeascoa y Carlos Pichilingüe, así como al suboficial Marco Flores Albán, responsables de conducir y administrar esta organización.
En la última entrevista concedida desde la clandestinidad, publicada el 2 de marzo por el diario La República, Sosa admitió haber participado en las masacres de Barrios Altos y La Cantuta, y en otras operaciones más, autorizadas por el alto mando del ejército y el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) conducido por Montesinos.
Del señalamiento al ex asesor de Fujimori se desprende que el entonces presidente estaba al tanto de esos operativos ilegales.
En esa misma entrevista, Sosa expresó su deseo de que las autoridades judiciales aceptaran su pedido de acogerse a la ley de testigos protegidos.
"¿Quién ordenó (el operativo en) Barrios Altos?", se le preguntó al ex agente. "Montesinos, que era el asesor del presidente Fujimori", fue la respuesta.
Sosa reconoció, además, que presenció el informe personal de los conductores del Destacamento Colina a Montesinos sobre el resultado de la operación en Barrios Altos un día después de cometida la masacre, el 4 de noviembre de 1991.
"Al día siguiente de lo que pasó fuimos con Martin, Pichilingüe y Rodríguez Zabalbeascoa a la oficina del SIN y en la puerta se encontraron con Montesinos y ahí le informaron. No escuché todo, pero sí que dijeron que ya se había hecho el operativo y ahí estaban los muertos. Yo estaba a cuatro metros", declaró Sosa.
La fiscalía asegura en su acusación que Montesinos informaba a Fujimori de todos los hechos relacionados con la lucha contra la subversión.
Sin embargo, Sosa dijo que el Destacamento Colina dejó de responder en 1992 ante el asesor presidencial para ubicarse bajo la autoridad del comandante del ejército, Nicolás Hermoza, el tercer hombre más poderoso del régimen después de Fujimori y Montesinos.
Ese año, ya al mando de Hermoza, el Destacamento Colina asesinó a nueve pobladores de la localidad de El Santa (2 de mayo), a nueve estudiantes y un profesor de la universidad La Cantuta (18 de julio), y al periodista Pedro Yauri Bustamante y a seis miembros de la familia Ventocilla (24 de junio), entre otros homicidios. En todos esos crímenes participó Sosa.
El mayor Martin informaba sobre todas esas acciones en persona al general Hermoza, según declaró Sosa, quien dice ser testigo de ello.
"Él iba a su oficina. Yo lo he acompañado en varias oportunidades al sexto piso, donde está la Comandancia General (del ejército), y lo he esperado en la antesala. Él (Hermoza) llegaba y la secretaria lo anunciaba y lo dejaba pasar sin demora", dijo Sosa en la entrevista ya citada.
Hermoza declaró en el proceso judicial por los crímenes de La Cantuta que Fujimori estuvo informado al menos de esa matanza, porque así se lo había dicho Montesinos.
En 1994, el Consejo de Supremo de Justicia Militar condenó a 15 años de prisión a Sosa y a los agentes del Destacamento Colina, pero Fujimori los amnistió al año siguiente.
"Jesús Sosa era el 'serial killer' (asesino serial) de Colina, el especialista en ejecuciones, y está orgulloso de haber cumplido ese papel", dijo a IPS una fuente del Poder Judicial relacionado con el caso.
"Su testimonio es importante para demostrar que actuaban acatando órdenes superiores. Que el asesinato de presuntos terroristas era una política aprobada por el gobierno de Fujimori", añadió.
Mientras era trasladado a la comisaría del distrito de Barranco, donde fue detenido mientras caminaba por la calle, Sosa gritó a los periodistas que Fujimori "no sabía nada de los operativos clandestinos".
Sin embargo, el ex agente sí acreditó que Montesinos y Hermoza estaban al tanto de todo.
"Es una detención importante porque se trata de un personaje simbólico de los crímenes del Destacamento Colina", expresó Carlos Rivera, abogado de familiares de las víctimas de La Cantuta.
"Es un personaje subalterno, un agente operativo, el ejecutor de los asesinatos, y no tenía por qué conocer al que estaba en la cúspide. Por eso no creo que tenga información relevante sobre Fujimori que vaya a cambiar el rumbo del juicio. En lo que sí va a aportar es en la identificación de crímenes hasta ahora no revelados y en la ubicación de los cementerios clandestinos", sostuvo.
La fiscalía a cargo de la acusación contra Fujimori está a la expectativa de las eventuales declaraciones de Sosa en el juicio contra el ex presidente.
Sosa "era el hombre de confianza de Santiago Martin Rivas, el jefe operativo de la agrupación criminal. Por eso Martin lo llevaba a sus reuniones con el asesor presidencial Vladimiro Montesinos y con el jefe del Ejército, Nicolás Hermoza. Su detención es una muy mala noticia para la defensa de Fujimori", indicaron fuentes de la fiscalía.