MÉXICO-ECUADOR: Visita de Correa acorta distancias

Los presidentes Rafael Correa, de Ecuador, y Felipe Calderón, de México, ubicados en las antípodas del espectro ideológico, acercaron este viernes posiciones sobre el ataque de Colombia el 1 de marzo a un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano, donde murieron ciudadanos mexicanos.

En la bienvenida al izquierdista Correa, quien comenzó una visita de Estado de dos días a México, el conservador Calderón demandó justicia para los cuatro mexicanos muertos en ese ataque contra las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el cual también fueron abatidos varios guerrilleros y "Raúl Reyes", portavoz y uno de sus principales jefes.

Fue la primera vez que en México se refirió directamente al hecho que provocó una crisis diplomática andina y por la que Quito y Bogotá aún mantienen interrumpidas sus relaciones.

Frente al visitante, que fue recibido con un acto protocolar en el céntrico Palacio Nacional, Calderón condenó el ataque militar colombiano en territorio extranjero y lo llamó "gran agravio".

Además, expresó condolencias a los familiares de las personas muertas allí, Juan González, Fernando Franco, Verónica Velásquez y Ulises Soren Avilés, y agradeció a Correa por las atenciones dadas en un hospital de Quito a la joven Lucía Morett, herida durante la incursión colombiana.
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"No nos sentiremos satisfechos hasta tanto no se esclarezca plenamente las circunstancias, los hechos, y se haga la justicia que los padres (de los fallecidos y la herida) reclaman", declaró el presidente mexicano.

Hasta el jueves, los familiares de los caídos en el campamento de las FARC se declaraban decepcionados por la postura de su gobierno pues, a su entender, no había condenado con decisión a Bogotá por la "matanza infame" ni exigido justicia.

Desde su punto de vista, México había colocado un manto de desprestigio sobre los muertos al ordenar investigaciones sobre los posibles vínculos ideológicos y operativos de éstos con las FARC.

En contraste, respecto de Correa habían expresado agradecimiento. El gobierno ecuatoriano lamentó y condenó desde un primer momento la muerte de los mexicanos y jamás los señaló como posibles integrantes de la guerrilla.

En ese sentido, atendió a la sobreviviente en un hospital militar, no presentó cargos en su contra y dio toda clase de apoyo a los deudos que viajaron a Quito.

Los presidentes ecuatoriano y mexicano señalaron con motivo de su encuentro que sus pueblos comparten los anhelos de justicia, además de valores históricos y culturales y se comprometieron a ahondar la cooperación en foros internacionales y a nivel bilateral. Los mandatarios firmaron varios acuerdos en materia de educación y cultura.

El intercambio comercial entre los países fue en 2007 de 571 millones de dólares, 25 por ciento más que el año precedente. Se trata de una cifra ínfima para México, cuyos números entre exportaciones e importaciones rondan los 500.000 millones de dólares anuales.

Correa dijo sentir "gran emoción" de visitar México por "su tradición de solidaridad", que fue reiterada "recientemente con motivo de la agresión que sufriera mi patria, donde hubo 25 muertos que, independientemente qué fueran en sus actividades, no podemos jamás contentarnos de la muerte de seres humanos".

En la reunión de marzo en República Dominicana del Grupo de Río, un mecanismo de consulta y concertación política creado por las ocho democracias que tenía la región hace dos décadas, Calderón consideró al igual que el resto de participantes que la incursión colombiana a Ecuador fue una violación injustificada a la soberanía de Quito. Pero no emitió condena expresa contra Bogotá.

La Procuraduría General (fiscalía) de México, que considera a las FARC un grupo delincuencial vinculado al narcotráfico, mantiene abierta una investigación para definir si los mexicanos caídos eran algo más que simples estudiantes haciendo una visita académica en un campamento guerrillero, tal como sus familiares y grupos humanitarios aseguran.

En ocasión de la visita de Correa, los familiares de Morett y de los cuatro muertos mexicanos enviaron una carta a ese mandatario exhortándolo a defender a sus hijos, interceder ante Calderón para "que sea congruente con la defensa" de paisanos.

Días antes de la llegada de Correa, la cancillería mexicana emitió varios comunicados sobre el tema. En una de esas notas indicó que espera del gobierno colombiano una explicación para determinar "la existencia de violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional".

Además, recordó que brindó en Quito todo el apoyo posible a Morett, a quien incluso pagó parte de la cuenta de gastos del hospital ecuatoriano donde fue atendida, y a los familiares de los fallecidos mexicanos que allá viajaron.

También afirmó que aunque las investigaciones de la Procuraduría prosiguen no se ha atribuido por anticipado ninguna responsabilidad a la joven herida, quien ha manifestador su temor de volver a México pues podría ser detenida.

Morett y los cuatro jóvenes que resultaron muertos por el ataque militar colombiano profesaban simpatía hacia las FARC y realizaban activismo en favor del grupo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estudiaban o lo habían hecho con anterioridad.

Según testimonios, el campamento de las FARC en Ecuador fue visitado en febrero por un grupo de chilenos que, como los mexicanos, habían asistido en Quito al II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana, un ámbito de encuentro de grupos izquierdistas latinoamericanos que dice tener entre sus miembros a las FARC.

Aunque esos extranjeros llegaron al campamento de las FARC en el norte selvático ecuatoriano, que contaba con amplias instalaciones, sin mayores dificultades, Quito insiste en que no conocía de su existencia.

Poco antes de llegar a México, Correa denunció haber detectado que parte de sus fuerzas de inteligencia y militares estaban infiltradas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos y por servicios de Colombia. Tal hecho, dijo, fue descubierto luego del incidente del campamento de las FARC.

Por ese motivo, Wellington Sandoval fue reemplazado por Javier Ponce en el cargo de ministro de Defensa. Mientras, la cúpula militar mostraba públicamente molestia por los señalamiento de Correa y presentó su renuncia. ***** + Gobierno de Ecuador (http://www.presidencia.gov.ec) + Gobierno de México (http://www.presidencia.gob.mx)

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