Las fuerzas de seguridad de México se mantienen en vilo ante la amenaza de sabotaje de un grupo insurgente, que ya le causó pérdidas millonarias al Estado, en reclamo de la vida de dos presuntos miembros suyo desaparecidos hace un año. Familiares de éstos denuncian que son hostigados por las autoridades.
El insurgente Ejército Popular Revolucionario (EPR), de filiación marxista leninista, exige desde 2007 la presentación con vida de Edmundo Reyes y Gabriel Cruz. Para denunciar el caso, atacó con explosivos instalaciones de la firma estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) en julio y septiembre y ahora amenaza con repetirlos en cualquier momento.
Las acciones guerrilleras del año pasado, que afectaron cañerías de Pemex en cuatro estados aunque no causaron víctimas, dejaron pérdidas por más de 2.500 millones de dólares, según cálculos oficiales. Esa cifra incluye el costo de las reparaciones y lo que perdieron las firmas privadas y estatales a causa de la interrupción del suministro de diversos combustibles.
Los familiares de los dos presuntos guerrilleros informaron el domingo que formaron un comité para reclamar la aparición de ambos.
Además, denunciaron que las autoridades podrían redoblar el hostigamiento del que dicen ser víctimas y relacionarlos con el EPR al cumplirse en mayo un año de que sus parientes desaparecieron.
"Nuestra demanda es legal y abierta: que aparezcan vivos los desaparecidos", dijo a IPS la hija de Edmundo Reyes, Nadín, quien denunció que la policía presiona a su familia y que la sigue de forma secreta.
Edmundo Reyes, un hombre de 52 años y 1,52 metros de estatura, es reconocido por el EPR como uno de sus integrantes.
Su hija se declara desconcertada por esa afirmación y sostiene que era un hombre tranquilo, muy apegado a sus seres queridos, que administraba una tienda familiar de nombre "Lalito" y que pasaba con sus seres queridos todo el tiempo.
El 23 de mayo salió de su casa en la capital mexicana con el plan de visitar a su familia originaria de Oaxaca. Desde esa fecha no aparece.
Nadín relata que su papá, que apenas terminó el tercer año de primaria, nunca habló del EPR ni parecía interesarle demasiado la política. También indica que en su casa nunca vio libros de marxismo ni afines.
En los archivos de las oficinas de inteligencia del Estado no hay ninguna ficha sobre Reyes.
El otro desaparecido es Gabriel Cruz de 55 años. Esta persona, de la que no se sabía nada desde 1971 cuando al parecer decidió pasar a la clandestinidad, sí está fichado como presunto guerrillero en los archivos de seguridad del Estado.
Cruz, también originario del estado de Oaxaca, estuvo preso por secuestro antes de pasar a la clandestinidad y fue un activo dirigente estudiantil. Su hermano, Tiburcio, es considerado uno de los fundadores del EPR y permanece activo con el nombre de Francisco Cerezo.
Margarita, la hermana menor de Cruz, reconoció a su hermano por la foto que difundió el EPR, pero afirmó que no lo ve desde hace tres décadas.
El gobierno mexicano de Felipe Calderón y las autoridades del estado de Oaxaca, donde presuntamente fueron detenidos Reyes y Cruz, no reconocen haber capturado a los presuntos guerrilleros.
Sin embargo, el EPR insiste en que así sucedió el 25 de mayo de 2007 y que seguramente fueron torturados.
Las denuncias sobre la desaparición de Reyes y Cruz presentadas con anterioridad por organización defensoras de los derechos humanos, no habían tenido eco en las autoridades hasta que se produjeron los primeros atentados en julio.
Ahora el gobierno afirma que viene investigando qué sucedió con esas personas.
El EPR es un grupo que se autodefine marxista-leninista e hizo su aparición en 1996 con acciones de propaganda y enfrentamientos menores contra destacamentos policiales y militares. Desde entonces había tenido escasas incursiones, lo que cambió en los últimos meses.
Diversas investigaciones y análisis indican que el EPR está conformado por pocos miembros y que sus bases principales se encuentran en Guerrero y Oaxaca, los estados sureños con alta población indígena y elevados niveles de pobreza.
En enero, el EPR advirtió a través de un comunicado que volverá a atacar instalaciones del Estado hasta que sean mostrados vivos sus compañeros.
El 2 de este mes volvió a emitir un comunicado, que encabeza "Al pueblo de México", en el cual acusa al gobierno de criminalizar la protesta social y lo demanda a que "presente vivos y en libertad a nuestros compañeros".
"Que nadie se asuste cuando las masas tomen por asalto las calles exigiendo sus derechos conculcados por este régimen de ultraderecha", advirtió.
El Centro de Documentación de los Movimientos Armados, un grupo privado que sigue la pista de los comunicados y acciones de las guerrillas en América Latina, tiene registrado en México 42 grupos armados de corte insurgente.
La gran mayoría de ellos se dieron a conocer por diferentes acciones, pero ninguna de gran envergadura. En gran parte de los casos, su presencia se remitió a la difusión de un comunicado o a una fugaz aparición pública.