ISRAEL-IRÁN: La amenaza fantasma se diluye

El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, cree ahora que los esfuerzos de la comunidad internacional darán frutos y que Irán no contará, al fin y al cabo, con un arsenal nuclear.

En una serie de entrevistas, Olmert emitió el mismo mensaje: Teherán no tendrá la bomba. "Quiero decirle a los ciudadanos de Israel que Irán no tendrá capacidad nuclear", dijo, por ejemplo, al diario Haaretz.

"La comunidad internacional está haciendo un enorme esfuerzo —del cual somos parte, pero que la comunidad internacional lidera— para que Irán no tenga capacidad (de fabricar armamento) no convencional. Creo, y también sé, que esos esfuerzos impedirán que Irán tenga armas nucleares", afirmó.

Hasta ahora, la actitud habitual de los líderes israelíes había sido equívoca al referirse al programa nuclear iraní.

Una respuesta habitual, incluso por parte de Olmert, era que "todas las opciones" estaban sobre la mesa. Esa frase indicaba que Israel no vacilaría en emplear medios militares para impedir que el régimen iraní se armara con la bomba atómica.
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Teherán insiste en que su programa nuclear es civil por naturaleza, y que su única intención es producir electricidad. Pero el gobierno israelí cree que tiene interés en desarrollar armas nucleares.

Esos temores se vieron reforzados con las amenazas del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad de "borrar a Israel del mapa".

En el pasado, funcionarios estadounidenses sugirieron que Israel podría lanzar un ataque contra Irán para destruir o dañar severamente sus instalaciones nucleares.

"Dado que Irán tiene una política establecida cuyo objetivo es la destrucción de Israel, los israelíes bien podrían decidir actuar primero y dejar que el resto del mundo se preocupe de reparar el subsiguiente caos diplomático", dijo, por ejemplo, el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney.

Hace 27 años, Israel hizo exactamente eso, cuando bombardeó por aire un reactor iraquí. Acabó así, de un papirotazo, con las ambiciones nucleares del régimen de Saddam Hussein.

Hacer lo mismo en Irán sería mucho más complicado. Los iraníes aprendieron de la experiencia iraquí, y sus instalaciones nucleares están diseminadas por todo el territorio nacional.

También las construyeron en edificaciones subterráneas profundas, muy reforzadas.

El esfuerzo estadounidense y europeo por impedir que Irán logre capacidad de fabricación de armas nucleares se limita ahora a la diplomacia, pues, tras su experiencia en Iraq, el gobierno de George W. Bush parece haber perdido su apetito por otra aventura militar en Medio Oriente.

Las negociaciones desarrolladas en China la semana pasada no manejaron sólo sanciones contra Irán, sino también "incentivos" para persuadir al régimen islamista de contener sus ambiciones nucleares.

El portavoz del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, Sean McCormack, dijo que los representantes de su país, Alemania, China, Francia, Gran Bretaña, Rusia y la Unión Europea buscaban "incentivos para la ecuación".

Las últimas declaraciones de Olmert parecen ir en esa dirección, pues manifiestan una renovada esperanza en que los esfuerzos de la comunidad internacional den frutos.

Además, aprovechó para aludir a recientes declaraciones de uno de sus ministros, el de Infraestructura, Benjamín Ben-Eliezer. Si Irán atacara Israel, la respuesta sería tan potente que implicaría "la destrucción de la nación iraní", había advertido Ben-Eliezer.

"Cuanto menos hablemos, mejor", dijo Olmert al diario Mahariv. "No deberíamos lanzar amenazas como las que escuché hace poco."

Pero el primer ministro también recalcó otro mensaje: Irán no apunta sólo contra Israel. "Sus sugerencias de que nos mudemos a Alaska o a Alemania constituyen una amenaza directa. Pero no solo contra nosotros, sino a toda la civilización occidental, a sus valores y a su libertad", sostuvo.

Irán puso en funcionamiento este mes varios cientos de centrifugadoras de uranio en su principal instalación nuclear, en Natanz, según informó la agencia estatal de noticias IRNA.

Ahmadinejad anunció, además, que Irán planifica instalar otras 6.000 centrifugadoras más en esa central, pero no dijo cuántas de esas máquinas estarán operativas para enriquecer uranio.

Irán ya ha instalado unas 3.300 centrifugadoras en Natanz, según el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Mohamed El-Baradei. Pero los avances iraníes en el proceso de enriquecimiento de uranio "no han sido muy rápidos", aseguró el funcionario.

Consultado sobre esos informes, Olmert contestó: "No quiero meterme en informes o discutir sobre detalles."

"Le digo de nuevo que, sobre la base de todo lo que sé y leí, Irán no será nuclear", afirmó. "Hacemos todo lo posible, junto con la comunidad internacional, en un nivel de intensidad y de enfoque que va más allá de la imaginación, para abortar la amenaza iraní."

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