La ONU podría verse envuelta en problemas en Haití, donde una protesta por la carestía de alimentos derivó en ataques contra oficinas y miembros de la misión de paz del foro mundial, que lleva casi cuatro años en ese país caribeño.
Hedi Annabi, jefe de la misión de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en esa nación caribeña, dejó apresuradamente Nueva York el miércoles para retornar a Haití, donde más de 7.000 soldados se encuentran desplegados desde 2004 para mantener una precaria paz.
Annabi había viajado a Nueva York para hablar ante el Consejo de Seguridad de la ONU, donde el martes advirtió sobre la "dimensión política" del actual clima de agitación en Haití.
"El creciente descontento del público tiene potencial para socavar los esfuerzos de estabilización", afirmó.
La semana pasada, cuatro personas murieron en protestas contra el aumento del costo de vida. Los manifestantes, en la ciudad de Les Cayes, en la zona sureña del país, quemaron tiendas y abrieron fuego contra miembros de la misión de paz de la ONU.
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Los tres mayores contingentes que la componen han sido aportados por Brasil (1.213 efectivos), Uruguay (1.146) y Nepal (1.110).
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, deploró los ataques y expresó su preocupación por la ola de violencia.
Asimismo, manifestó su "solidaridad ante las penurias que está sufriendo el pueblo haitiano a causa del aumento en el precio de los alimentos y los combustibles".
Una conferencia de donantes internacionales está prevista para el 25 de abril en Puerto Príncipe. Annabi los urgió, al igual que al sector privado, a trabajar con el gobierno haitiano para encontrar formas creativas de obtener lo que denominó "dividendos de la estabilidad", que mejorarían de forma inmediata y tangible la situación socioeconómica.
Esto, agregó, debe incluir una urgente ayuda humanitaria, seguida por una asistencia de largo plazo al sector agrícola para incrementar el rinde de las cosechas.
En un informe de 19 páginas al Consejo de Seguridad, Ban destacó que deben atenderse con rapidez las privaciones de la población: 76 por ciento de los haitianos viven con menos de dos dólares al día.
"La debilidad del poder de compra es una constante preocupación, en conexión con bienes básicos de uso cotidiano y otros importados, que representan alrededor de 60 por ciento de los productos disponibles en el mercado", señaló en su informe.
Por otra parte, los recientes aumentos en el precio de la harina, el arroz y el aceite han generado mayores penurias, mientras que el acceso a servicios sociales básicos (salud, educación y agua potable) permanece extremadamente limitado.
"La permanencia de la pobreza extrema en las áreas rurales es una de las causas principales del rápido crecimiento de la población urbana", indicó Ban.
En el índice de desarrollo humano que elabora el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Haití figura en el puesto 146 entre 177 países. Asimismo, se encuentra entre las 50 naciones menos desarrolladas, las más pobres entre las pobres del mundo.
El foro mundial ha prorrogado en sucesivas ocasiones el mandato de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití desde mediados de 2004. En febrero de ese año, el entonces presidente constitucional Jean-Bertrand Aristide fue depuesto y expulsado del país por infantes de marina de Estados Unidos en medio de una ola de violencia delictiva y política.
El actual gobierno emergió de comicios celebrados en febrero de 2006, tras ser postergados en cuatro ocasiones.
El informe de Ban señala que el gobierno ha continuado sus esfuerzos para extender su mano a grupos políticos y fortalecer las instituciones del Estado.
"Sin embargo, la situación continúa siendo precaria por las permanentes divisiones políticas y la debilidad de las instituciones estatales, al igual que por la ausencia de mejoras significativas en las difíciles condiciones de vida de la mayoría de la población", agregó.
Annabi dijo ante el Consejo de Seguridad que aunque hubo durante los últimos seis meses algunos avances en materia de reforma de las instituciones queda aún mucho por hacer. Si bien hay 8.450 policías en servicio, se requieren 14.000 para cumplir con las funciones básicas de la fuerza, agregó.
Asimismo, destacó que el sistema carcelario de Haití es "inaceptable desde el punto de vista de los derechos humanos y la seguridad".
En declaraciones a la prensa, Annabi señaló que las tensiones entre los actores políticos y entre las distintas ramas del gobierno han escalado en ocasiones y socavaron la confianza de la gente. Puso como ejemplo un reciente debate legislativo sobre supuestas irregularidades en el gasto público, en el que hubo disparos de armas de fuego.