El ex obispo católico Fernando Lugo ganó este domingo la presidencia de Paraguay, en una histórica jornada electoral en la cual un conglomerado de sectores de izquierda y de centroizquierda logró poner fin a la hegemonía de más de 60 años del Partido Colorado.
«Hemos escrito una página nueva en la historia política nacional y espero que podamos celebrar todos juntos», dijo Lugo en su primera conferencia de prensa unas tres horas después de que cerraron los circuitos electorales, sin autoproclamarse ganador aún.
"Estamos convencidos que los paraguayos tienen derecho a mejores condiciones de vida. Lo hemos sentido en el dolor, en las lágrimas de tantas madres, en el desencanto de tantos jóvenes y en el sufrimiento de tantos niños", añadió en tono calmo.
Con 51,96 por ciento de las mesas escrutadas por el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), el candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC) logra 40,3 por ciento de los votos, frente a 31,3 por ciento de su principal contrincante, Blanca Ovelar, postulante de la gobernante Asociación Nacional Republicana, más conocida como Partido Colorado.
Ovelar ya reconoció el triunfo de Lugo, despejando las pocas dudas que aún podían quedar.
En tercer lugar quedó el ex militar golpista Lino César Oviedo, líder de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace), y cuarto el empresario conservador, Pedro Fadul, del Partido Patria Querida.
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Antes de conocerse este resultado oficial parcial, cinco sondeos a "boca de urna" ya habían consagrado al ex obispo católico como ganador de las elecciones generales, con un promedio de entre tres y seis puntos porcentuales de diferencia sobre Ovelar.
"Llamo a toda la clase política paraguaya a apostar por este país, que fue grande, y creemos volverá a serlo", sostuvo Lugo en la rueda de prensa.
Aunque previamente existían temores de disturbios y de fraude, fundados en hechos irregulares ocurridos en pasadas elecciones en Paraguay, el proceso comicial de este domingo se desarrolló sin contratiempos, salvo algunos incidentes aislados, según confirmaron las autoridades locales y las organizaciones de observadores internacionales que llegaron en buena cantidad al país.
El largo historial paraguayo de dictaduras, asonadas e intentos de golpe de Estado, motivó la presencia de centenares de observadores internacionales en Asunción, incluyendo los enviados por la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), cuya misión estuvo liderada por el ex presidente colombiano Andrés Pastrana (1998-2002).
"El panorama es de total normalidad, con leves incidentes. Es para destacar la alta participación. Felicito el civismo de los paraguayos", afirmó la ex canciller colombiana María Emma Mejía, jefa de la delegación de la OEA.
Las primeras estimaciones indican que concurrieron a las urnas 75 por ciento de los más de 2,8 millones de ciudadanos habilitados para elegir presidente y vicepresidente de Paraguay, 45 senadores, 80 diputados, 18 representantes al Parlamento del Mercosur (Mercado Común del Sur), 17 gobernadores departamentales y 214 miembros de juntas departamentales.
Se registraron incidentes menores en algunos locales de votación, donde colorados y miembros de la oposición se enfrentaron a golpes, motivando la intervención de policías y fiscales. Salvo esa gresca, no se han producido otros episodios graves de violencia.
Las dificultades para la integración de algunas mesas, denuncias de intentos de maniobra contra algún ciudadano que quiso votar dos veces y violaciones a la veda electoral fueron otras irregularidades comprobadas por autoridades y observadores.
Sin embargo, el TSJE también aseguró que el sistema funcionó a la perfección, "sin grandes novedades" y en un clima de "total normalidad".
"Se siente, se siente, Lugo presidente", fue la consigna más escuchada en los festejos en la sede de campaña de la APC, que encabeza quien fue obispo hasta 2006, cuando renunció para dedicarse a la política.
Lugo, tras conocer los resultados primarios, salió a saludar con una bandera paraguaya sobre sus hombros y levantó sus dos dedos pulgares. "Este es el Paraguay que yo sueño, de muchos rostros y de muchos colores", dijo a sus adherentes, en alusión a la coalición opositora que lidera, integrada por 10 partidos y 20 organizaciones sociales, sindicales y de campesinas.
Miles de personas coparon esta noche la principal calle céntrica de Asunción, frente al emblemático Panteón de los Héroes, para festejar la caída del Partido Colorado, que gobernó este país por 61 años, 35 de los cuales bajo la feroz dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989), quien falleció en Brasil en 2006.
El escrutinio definitivo de los comicios generales se conocerá sólo el 23 de mayo.
Cuando todavía no estaban cerradas las urnas, comenzaron a sonar voces dentro del Partido Colorado que hablaban de la necesidad de refundar la histórica formación.
Especialmente mordaz fue Luis Castiglioni, ex vicepresidente del país, quien perdió en los comicios internos de diciembre de 2006 frente a Ovelar en la pugna por la candidatura presidencial colorada y se declaró entonces víctima de fraude.
Tras depositar su voto, Castiglioni dijo que "a partir de esta noche Vanguardia Colorada su movimiento— se convierte en el auténtico Partido Colorado". Agregó que el pueblo evolucionó más que la dirigencia. "La gente quiere que nos preocupemos por su vida", expresó.
"Muchos politiqueros viven mejor y se preocupan de acumular fortunas" aseveró. "Eso pasa en particular en mi partido, que sufre de infección grave", agregó en fuerte tono crítico. "Con ayuda de pueblo honesto vamos a curar a la ANR", alegó.
Ante esas declaraciones, el presidente del Partido Colorado, José Alberto Alderete, allegado del presidente de Paraguay, Nicanor Duarte, expresó enfadado en una rueda de prensa que el Tribunal de Conducta de esa agrupación analizará eventualmente las medidas a adoptar contra el ex vicepresidente.