ELECCIONES-ITALIA: Il Cavaliere, tercera parte

El líder derechista italiano Silvio Berlusconi, que volverá al cargo de primer ministro tras ganar las elecciones legislativas, prometió reanudar la tarea interrumpida cuando dejó el gobierno hace dos años. Pero analistas prevén que esta vez será menos moderado.

Pueblo de la Libertad, la coalición del dos veces primer ministro Berlusconi (1994-1996 y 2001-2006), logró una amplia mayoría para gobernar Italia en los próximos cinco años y derrotó al centroizquierdista Partido Democrático, que lidera el ex alcalde de Roma Walter Veltroni.

La coalición de Berlusconi se quedó con 168 escaños en el Senado, frente a 130 del partido de Veltroni, fundado el año pasado. Los 315 asientos de la cámara alta elegidos en las urnas, a los que se suman un puñado de vitalicios, se distribuyen sobre una base regional.

En la Cámara de Diputados de 630 asientos, la ventaja de la coalición derechista fue aun mayor: obtuvo 340 bancas, frente a 239 de la centroizquierda.

La Unión de los Demócratas Cristianos y de Centro, ex partidarios de Berlusconi, obtuvieron tres asientos en el Senado y 36 en la Cámara de Diputados.
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Antes de los comicios del domingo y del lunes, Berlusconi le había dicho a IPS que su victoria era segura, dado el descontento popular con el saliente gobierno centroizquierdista encabezado por Romano Prodi.

Muchos analistas coinciden con esa perspectiva, al considerar que el resultado electoral expreas una protesta contra casi dos años "de inacción" de un gobierno centroizquierdista fragmentado.

Pueblo de la Libertad, que reúne a Forza Italia y Alianza Nacional, entre otros partidos, se asoció nuevamente a la Liga Norte, que procura una mayor autonomía financiera y administrativa de las ricas regiones septentrionales del país.

La Liga Norte, que postula una política conservadora, proteccionista y hostil hacia la inmigración, logró una votación sorprendentemente buena: ocho por ciento de los sufragios.

La ausencia de partidos moderados en la coalición de gobierno y el creciente peso de la Liga Norte sugieren que el gabinete de Berlusconi se volcará con firmeza a la derecha y tendrá contrapesos débiles, en especial en materia de inmigración.

Las "inquietudes" de la ciudadanía "sobre seguridad e inmigración determinaron el apoyo a la Liga", explicó a IPS el dirigente Alfredo Mantica, de la Alianza Nacional, quien, según observadores, tendrá un cargo importante en el nuevo gobierno.

"Al vivir en Milán, sé cuanto le preocupa a la población del norte del país la inmigración ilegal y el aumento de la delincuencia. Esa agrupación se vio beneficiada porque basó su campaña electoral sobre esos asuntos", señaló el dirigente.

"La Liga Norte tiene un mensaje duro que, seguramente, no se ve en Roma. Carteles electorales suyos muestran en Milán a un indígena lakota de Estados Unidos, con la leyenda: ‘Ellos fueron sometidos a la inmigración y ahora viven en reservas’", recordó Mantica.

Los inmigrantes constituyen una amenaza a la ley y el orden según 40 por ciento de los entrevistados para una encuesta realizada por la Liga Norte en las tres provincias septentrionales.

La proliferación de campamentos gitanos ilegales en la periferia de Milán exacerbó la preocupación de los residentes por la delincuencia y otros problemas adjudicados a inmigrantes indocumentados, señaló Mantica. El resultado electoral expresó ese malestar.

Berlusconi depende ahora del apoyo de la Liga Norte.

"No es un aliado fácil por su visión radical y el tono exagerado que suele emplear", señaló Mantica. "Pero hace 12 años que gobernamos juntos en la región de Lombardía y sé por experiencia que es posible colaborar de forma efectiva."

El próximo primer ministro ya identificó públicamente a dirigentes de la Liga que ocuparán cargos clave.

El nuevo gobierno tiene una ardua tarea entre manos, como reconoció el propio líder del Pueblo de la Libertad. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que el crecimiento de la economía italiana se reducirá este año a 0,3 por ciento.

El Partido Democrático, que "nació en octubre pasado y probablemente no estaba preparado para las elecciones, sí está listo para oponerse con dureza al gobierno de Berlusconi, en especial a sus reformas internas y a su política exterior y de inmigración", señaló su portavoz Ermete Realacci.

"Tenemos una idea totalmente diferente de Italia", agregó Realacci. Sin embargo, admitió, "estamos dispuestos a trabajar juntos para llevar a cabo reformas laborales e institucionales y relanzar la economía paralizada en un clima de diálogo y colaboración".

El Partido Democrático introdujo una suerte de revolución en la izquierda, según analistas.

Gran parte del electorado de izquierda se identificó con el nuevo partido reformista, o simplemente decidió votar a la única agrupación capaz de derrotar a Berlusconi, indicaron.

El partido La Sinistra-L'Arcobaleno (La Izquierda-El Arco Iris), más volcado hacia la izquierda, obtuvo tres por ciento de los sufragios. Y por primera vez en la historia democrática de Italia, los partidos comunistas desaparecieron del parlamento.

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