Demandas, acusaciones y muchas dudas penden sobre el futuro de las relaciones entre Ecuador y Colombia.
Está lejos de terminar el conflicto que se desató el 1 de marzo, con el bombardeo colombiano a un campamento de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en territorio ecuatoriano, en el que murieron 25 personas.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo este viernes a IPS que su gobierno no quiere "ahondar el conflicto" con Colombia, pero no se puede quedar callado ante los ataques, y la solución debe estar marcada por la "justicia y la dignidad".
En la reunión de este viernes con el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, en Quito, el mandatario le solicitó que interviniera para detener las agresiones de autoridades colombianas.
Será difícil restablecer vínculos diplomáticos mientras se mantengan las "mentiras, insidias y la campaña mediática desde Bogotá", añadió Correa.
[related_articles]
Acerca de las acusaciones de funcionarios colombianos, según las cuales el mandatario había instruido a sus Fuerzas Armadas a no perseguir a las FARC en este territorio, Correa dijo que dispondrá "levantar el secreto y la confidencialidad de ciertas grabaciones de las reuniones del Cosena (Consejo de Seguridad Nacional)" sobre la defensa "del territorio nacional".
Con esa medida, se podrá ver que en las conversaciones del Cosena se habla de perseguir a todo elemento armado que ingrese a Ecuador, lo que desmiente "las injurias, infamias y calumnias" del gobierno colombiano, dijo Correa a IPS. "¿Cómo es posible que este señor (el mandatario colombiano Álvaro Uribe) se comprometa a algo con la OEA y el Grupo de Río, y luego diga que no se arrepiente del ataque?", se interrogó el presidente colombiano.
En las reuniones celebradas en marzo en el marco de la OEA y del Grupo de Río, de democracias latinoamericanas, sendas declaraciones rechazaron la incursión armada dispuesta por Colombia e instaron a este país a respetar los principios de soberanía e integridad territorial, a lo cual se comprometió Bogotá.
Pero en posteriores declaraciones, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, hizo saber que su país volvería a actuar del mismo modo, si se dieran las circunstancias.
Autoridades colombianas han acusado a Quito de vínculos con la guerrilla y publicado fragmentos de presuntos documentos guardados en computadores incautados a las FARC que mostrarían tales relaciones.
"¿Quién puede impedir que un día de estos nos vuelva a bombardear?", preguntó. "Cuando Uribe se muestra más cercano a Ecuador, es cuando hay que tenerle más cuidado", afirmó.
Cuando el presidente colombiano decía que iba a parar las fumigaciones más fumigaba, dijo Correa.
El gobierno de Ecuador presentó el 31 de marzo una demanda contra Colombia ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, por los daños causados por fumigaciones aéreas con el herbicida glifosato en la zona de frontera.
Fuerzas colombianas llevan a cabo esas fumigaciones contra cultivos de drogas en su territorio, pero en las zonas limítrofes afectan plantaciones y personas ubicadas del lado ecuatoriano, según las denuncias de Quito.
Ecuador solicita a la Corte que ordene a Colombia reparar los daños causados a la población y el ambiente por las aspersiones durante un periodo de más de siete años.
En la demanda se asevera que como resultado de esas acciones varias comunidades indígenas han sido desplazadas de la zona.
La canciller ecuatoriana María Isabel Salvador aseguró que en enero y febrero de 2008 su gobierno intentó nuevamente abordar el problema de las fumigaciones mediante conversaciones de las dos cancillerías.
Salvador dijo que el gobierno colombiano se negó a firmar un acuerdo con Ecuador que lo comprometiera a respetar una franja de 10 kilómetros desde la línea de frontera y, "al no caber otro recurso, y después de siete años de esfuerzos diplomáticos, Ecuador presentó esta demanda".
Quito aspira a que la Corte declare que Colombia violó la soberanía e integridad territorial del Ecuador con esas fumigaciones, le ordene abstenerse de hacerlo a una distancia menor a 10 kilómetros de la frontera y establezca una reparación por los daños ya ocasionados.
La demanda se venía preparando desde el año pasado, y si bien no está relacionada directamente con el bombardeo del 1 de marzo, éste la aceleró.
Un informe elaborado el año pasado por un grupo de científicos estableció que las fumigaciones han causado daños al ambiente en el lado ecuatoriano, mortandad de animales y enfermedades a campesinos.
"No hay duda de que esas aspersiones constituyen una grave violación a la soberanía y al derecho internacional", dijo la canciller.
Bogotá rechazó la demanda argumentando que "las FARC han sido los principales agentes promotores de cultivos ilícitos en el territorio colombiano y quienes manipulan a la población a protestar por cualquier iniciativa para erradicar dichos cultivos".
En enero, "el presidente Uribe ratificó la oferta de indemnizar, de acuerdo con la ley colombiana, a los ciudadanos ecuatorianos que hubieren sufrido algún perjuicio por causa de la aspersión aérea", añadió el comunicado emitido por Bogotá.
El texto dice además que Uribe "expresó su intención de intensificar programas de erradicación manual en la zona, pero estimó inadecuado adquirir el compromiso de la suspensión de la aspersión aérea sin límite en el tiempo".
Correa dijo este viernes que se estudia también una demanda por la muerte del ciudadano ecuatoriano Franklin Aisalla, ocurrida durante el bombardeo.
El cuerpo de Aisalla fue trasladado a Colombia después del ataque, confundido con el comandante y cantante guerrillero "Julián Conrado", junto con los restos de "Raúl Reyes", miembro del secretariado de las FARC.
Pero más tarde, Bogotá aseguró que el ecuatoriano estaba vinculado a los rebeldes.
El presidente de Ecuador adelantó a IPS que iniciará una campaña diplomática en Europa para desvirtuar los ataques del gobierno colombiano.
"Nos hizo mucho daño esa campaña de desprestigio y desinformación (ejercida por Bogotá en Europa) sobre todo por lo susceptible que es la Unión Europea a este tipo de cosas", dijo Correa.
En cambio, "la derrota política, diplomática e informativa+ del Gobierno colombiano fue total, en América Latina ya nadie le cree a Uribe y la condena en el Grupo de Río fue muy fuerte", aseguró el mandatario.
Si las FARC o cualquier fuerza extranjera ingresan a territorio ecuatoriano, serán repelidas militarmente por considerarse este hecho como una acción de guerra, insistió.
También pidió a las FARC que liberen sin condiciones a todos los secuestrados que mantienen en su poder y dijo que Ecuador está dispuesto a intermediar para una salida humanitaria.
"Si nosotros podemos servir de intermediarios, ahí estaremos", afirmó y agregó que antes del bombardeo ya había ofrecido el territorio de Ecuador para la liberación de al menos 37 rehenes que las FARC mantienen en su poder para canjearlos por unos 500 guerrilleros presos.
El presidente aseguró que mientras Ecuador controla su territorio, Colombia no puede controlar el suyo, a pesar de que mantiene más de de 400.000 efectivos, entre Fuerzas Armadas y policía, frente a 40.000 ecuatorianos.
Correa subrayó que la guerra civil colombiana, que dura casi medio siglo, es el "mayor foco de inestabilidad que tiene América Latina", y destacó la ayuda permanente que recibe de Estados Unidos a través del Plan Colombia, antidrogas y contrainsurgente.
"Ojalá algún día haya una política de defensa y fuerzas armadas integradas a nivel regional", sostuvo.
Ese organismo "no podrá tener tutelajes de países ajenos a nuestra realidad, a nuestra historia", sostuvo en referencia a Estados Unidos, y aprovechó para criticar la política migratoria de Washington.
"Es incomprensible que luego de que Occidente luchó para derribar el Muro de Berlín, ahora se levante otro contra los inmigrantes, entre Estados Unidos y México, un muro de la vergüenza", concluyó.