La economía de México resiste hasta ahora los achaques de su principal socio, Estados Unidos, así como las tensiones políticas internas derivadas de proyectos oficiales para reformar el sector petrolero. Pero el panorama podría oscurecerse a partir del segundo semestre.
Los indicadores de los primeros meses del año en crecimiento industrial, crédito bancario, empleo, consumo interno, paridad cambiaria e inversiones en bienes de capital resultaron más positivos de lo esperado, sostienen los analistas.
En contraste, se registraron caídas aunque no marcadas en los envíos de remesas de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos y en la dinámica de las exportaciones de manufacturas.
Los malos augurios para México por la desaceleración de la economía estadounidense "cayeron hasta ahora en saco roto", dijo a IPS el profesor universitario y consultor empresarial Ángel Vega.
Desde hace dos semanas la actividad parlamentaria vive un bloqueo protagonizado por la oposición de izquierda mediante la ocupación de las tribunas del Poder Legislativo. Acerca de un posible impacto económico de esa situación, Vega estimó "que en ese carril aún no se han fijado los mercados".
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El izquierdista Partido de la Revolución Democrática, la primera fuerza de oposición, advierte que sus protestas actuales pueden derivar en un levantamiento social si se aprueba en el parlamento una reforma al sector petrolero estatal, pues a su juicio implica una privatización.
Mientras los legisladores se ocupan del tema petrolero, el gobierno del conservador Felipe Calderón y la mayoría de actores económicos dan un seguimiento estricto al pulso financiero de Estados Unidos, pues México tiene una fuerte dependencia comercial con ese país.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la actividad económica de Estados Unidos, destino de más de 80 por ciento del intercambio comercial mexicano, crecerá este año apenas 0,5 por ciento y el próximo un 0,6 por ciento.
El FMI, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y otros organismos multilaterales advierten que México es el país más amenazado en la región latinoamericana por esa desaceleración.
En el futuro cercano, sobre todo después de julio, la situación podría complicarse, señaló el columnista del diario Reforma, Enrique Quintana.
Las estrategias trazadas desde el año pasado por el gobierno de Calderón para enfrentar la desaceleración en Estados Unidos partían de la premisa de que la economía del país vecino saldría de su bache durante 2009 para crecer 2,3 por ciento en ese año, recordó.
Las autoridades sostienen un agresivo programa de construcción de infraestructura pública que viene animando la actividad económica, cuyo crecimiento para este año, según el gobierno, será de 2,8 por ciento, medio punto porcentual menos que en 2007. Pero, según el FMI, la expansión del producto interno bruto no superará dos por ciento.
No obstante, la mayoría de analistas calculan que las estadísticas que se difundirán en mayo indicarán un repunte durante el primer trimestre de alrededor de cuatro por ciento.
El peor momento de la economía mexicana puede darse en el segundo semestre y el primero de 2009, advirtió Quintana del diario Reforma.
El analista Vega recordó que la estrategia "anticíclica" de Calderón partió del supuesto de que los problemas de Estados Unidos empezarían a solucionarse en 2009, "pero eso no va a suceder por lo que pueden venir problemas y justo en los momentos más delicados".
En julio de 2009 se celebrarán elecciones parlamentarias de mitad de período en México y si la economía revierte su ritmo actual, es probable que el gobernante Partido Acción Nacional no obtenga buenos resultados y con eso "se dificulten las tareas al gobierno", opinó Vega.
Según un acuerdo preliminar de legisladores de todos los partidos políticos, entre el 12 de mayo y el 22 de julio se debatirán en diversos foros las iniciativas para reformar el sector petrolero nacional, que pese a sus altos precios internacionales está sumido en una grave crisis por la baja de reservas y la fuerte dependencia que tiene el aparato estatal de los ingresos fiscales que aporta.
Vega opinó que si el debate en puerta no se desarrolla con un "mínimo de civilidad" se "puede contaminar" la marcha de la economía mexicana.
El debate energético coincidirá con los momentos de mayor penuria económica en Estados Unidos.
En lo que va del año y hasta el 15 de marzo, la creación de empleo repuntó 4,9 por ciento, entre enero y febrero subió 31 por ciento el crédito bancario a las empresas, y en enero la actividad industrial general aumentó 3,1 por ciento.
La construcción creció 12 por ciento durante enero, en la industria automotriz la expansión fue de 20,4 por ciento en el primer bimestre, y en las compras de bienes de capital el incremento fue de 40 por ciento en igual período.
Además, las ventas en supermercados crecieron entre seis y ocho por ciento entre enero y marzo, a pesar de la carestía de algunos alimentos básicos, fenómeno de carácter global que disparó los precios de granos como maíz, arroz, trigo y soja.
En cuanto a inflación, tasas de interés, valor de la moneda y otros indicadores no hay mayores cambios.
En 2007, el comercio exterior de México alcanzó el récord histórico de 555.351 millones de dólares, con exportaciones por 272.084 millones e importaciones por 283.267 millones de dólares. Más de 80 por ciento de ese intercambio fue con Estados Unidos.
A la intensa relación comercial y el encadenamiento de los sectores productivos de ambos países, que comparten una frontera de 3.200 kilómetros, se añade el hecho de que Estados Unidos es la principal fuente de inversión extranjera en México.
Además, México tiene en su vecino una válvula de escape para unas 500.000 personas que emigran por año, lo que reduce la presión del desempleo.