DD.HH: Jordania trabaja como carcelero para EEUU

Jordania, con frecuencia presentado por los mayores medios internacionales como el país árabe más moderado, fue el primero en recluir a prisioneros de la CIA, como un «verdadero carcelero», y el que más recibió «entregas extraordinarias» de todo el mundo, según un informe de Human Rights Watch (HRW).

El trabajo de la organización humanitaria afirma que altos funcionarios de Estados Unidos, incluyendo a la secretaria de Estado (canciller), Condoleezza Rice, estaban al tanto de que ese país "ya era muy conocido por torturar a detenidos", pues la CIA (Agencia Central de Inteligencia) "ya tenía una historia de estrechas relaciones" con el Departamento de Inteligencia General jordano.

HRW indicó que "la tortura y los tratos inhumanos parecen haber sido usados en forma sistemática" contra la mayoría de los detenidos entregados por la CIA a Jordania

"Detenidos afirman haber sido amenazados, golpeados, insultados, privados del sueño y sometidos a la ‘falaqa’, una forma de tortura en la que las plantas de los pies son golpeadas con un objeto", señala el informe.

El mecanismo denominado "entregas extraordinarias" ("extraordinary renditions") es empleado por Estados Unidos para capturar a sospechosos de terrorismo y transferirlos, sin pasar por los tribunales, a terceros países en los que por lo general son torturados, según activistas.
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El trabajo de HRW indica que los prisioneros entregados fueron "escondidos cada vez que hubo visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja".

Además, señala que las largas relaciones de la CIA con los servicios de seguridad en Amman les habría dado la tranquilidad a los funcionarios de Estados Unidos de que los jordanos "serían particularmente buenos en mantener en secreto las detenciones".

"Los casos que hemos documentado en Jordania muestran la falsedad de las afirmaciones del gobierno de (George W.) Bush de que no entregaban a personas para ser torturadas", dijo a IPS la directora del Programa de Terrorismo y Contraterrorismo de HRW, Joanne Mariner.

"No sólo la CIA detuvo prisioneros en forma ilegal en sus propias cárceles en los años posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001 (en Nueva York y Washington), sino que además subcontrató los interrogatorios, las detenciones y las torturas de más de una decenas de personas en Jordania", añadió.

HRW señaló que se desconoce el número preciso de personas entregadas a Jordania por la CIA. Pero sostiene que estas fueron detenidas y trasladadas a ese país en secreto con un solo fin: extraerles confesiones sobre sus supuestas actividades terroristas.

"Es claro que muchos de los detenidos regresaron a custodia de la CIA inmediatamente después de periodos intensivos de interrogatorios abusivos en Jordania", dice el informe.

Algunas de estas personas luego fueron llevadas a cárceles en sus respectivos países, y otros tuvieron como destino la base naval estadounidense en Guantánamo, Cuba.

Al menos cinco hombres que están actualmente detenidos en Guantánamo habían sido enviados a Jordania por un tiempo entre 2001 y 2004, según HRW.

Además, al menos dos prisioneros yemeníes que estuvieron en cárceles secretas de la CIA fueron arrestados en Jordania y mantenidos bajo custodia por los servicios de seguridad de ese país árabe pocos días o semanas antes de ser pasados a custodia estadounidense.

"Algunos de los detenidos que llegaron a Jordania en 2002 estuvieron recluidos por más de un año", señaló HRW. Ex prisioneros le dijeron a la organización humanitaria que, "por un tiempo en 2002 y 2003, el centro de detención estaba lleno de prisioneros no jordanos que habían sido entregados por la CIA".

El informe señala que, después del 11 de septiembre de 2001, la CIA rápidamente comenzó a enviar sospechosos de terrorismo a Jordania para ser interrogados.

El número de prisioneros entregados a Jordania pudo haber disminuido a lo largo del tiempo debido a que la CIA desarrolló su propia capacidad de detención, abriendo cárceles secretas en Tailandia, Afganistán, Polonia y Rumania, según HRW.

El informe concluye que funcionarios de gobierno de Estados Unidos, incluyendo a Rice, eran conscientes de la falsedad de las "garantías diplomáticas" que recibieron de Amman de que los prisioneros no serían sometidos a torturas.

El trabajo recuerda de Rice, bajo presión de aliados en Europa tras la revelación de las actividades de la CIA en ese continente, ofreció una defensa vigorosa en diciembre de 2005 de las entregas extraordinarias.

Arguyendo que las entregas eran "una herramienta vital para combatir el terrorismo trasnacional", Rice insistió en que Estados Unidos "no transporta ni ha transportado detenidos de un país a otro con el fin de interrogarlos usando la tortura". En cambio, explicó que Washington siempre "pide garantías de que las personas transferidas no serán torturadas".

Sin embargo, HRW señaló: "La naturaleza sistemática de los abusos sufridos por los prisioneros entregados a Jordania contradice los débiles afirmaciones de Rice. Si los jordanos de verdad prometieron a las autoridades de Estados Unidos que (los prisioneros) no serían torturados, fue una promesa que ni Estados Unidos ni Jordania creían".

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