Con el antecedente de tres huracanes y 25 tormentas tropicales que han golpeado a Nicaragua en menos de 10 años, el país mira hacia la próxima temporada de lluvias, que comienza en mayo, con temor y alarma gubernamental ante los pronósticos de un agitado período de ciclones.
La Universidad de Colorado, Estados Unidos, pronosticó que durante la temporada de huracanes de este año en el océano Atlántico Norte, que va de junio a noviembre, se formarán 15 tormentas tropicales, ocho de las cuales terminarían en huracanes, cuatro de ellos de gran magnitud.
El coronel Mario Pérez-Cassar, jefe nacional de Defensa Civil de Nicaragua, dijo a IPS que toman seriamente ese informe, porque a través de los años las previsiones de esa universidad demostraron ser "98 por ciento acertadas".
"Cada año valoramos los diferentes escenarios, analizamos las condiciones climáticas con los instrumentos nacionales e internacionales" y los pronósticos del doctor William Gray, meteorólogo de esa casa de estudios con 25 años de experiencia en la predicción de huracanes, "siempre son acertados. Por eso este año nos preparamos para lo peor", agregó.
Pérez-Cassar señaló que el ejército prepara planes de evacuación y refugio para atender al menos a medio millón de nicaragüenses que habitan en 996 zonas sumamente vulnerables a tormentas e inundaciones.
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Asimismo, estimó que existe 50 por ciento de probabilidades de que Nicaragua sufra el embate de otro huracán de las características de Félix, que alcanzó el año pasado la categoría cinco, máxima en la escala Saffir-Simpson que mide estos fenómenos, y arrasó gran parte de la nororiental Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN).
Félix destrozó la RAAN el 4 de septiembre de 2007. Murieron 102 personas, hubo 130 desaparecidas y 220.000 fueron damnificadas. Las pérdidas económicas ascendieron a 900 millones en dólares y 100 por ciento de los cultivos se perdieron, según datos oficiales.
En 1998 y 2005, los huracanes Mitch y Beta azotaron Nicaragua, provocando más de 3.000 muertos y daños por miles de millones de dólares en infraestructura y destrucción de la capacidad productiva del país.
Además, según datos de Defensa Civil, desde 1998 el país fue afectado directamente por 25 tormentas tropicales que han causado inundaciones, deslaves y graves daños a la agricultura.
El presidente Daniel Ortega incluso propuso suspender las elecciones municipales en la azotada zona costera, argumentando que "hay enormes posibilidades de que filas de huracanes pasen por ahí".
En las comunidades indígenas de la RAAN todavía se sienten los efectos de Félix y, con las previsiones para este año, aumenta el temor de una nueva tragedia, señaló el reverendo Norman Bent, líder religioso de Puerto Cabezas, azotado por el huracán en 2007.
"Las zonas costeras de Puerto Cabezas, tanto al norte como al sur, están seriamente afectadas y las viviendas todavía no han sido reconstruidas. Eso está como si recién hubiera pasado el huracán. Hay muy pocas casas reconstruidas", dijo.
"No hay una hambruna, pero sí falta de los alimentos que constituyen la dieta normal. La gente no está alimentándose como debería. Ya estamos en la época de sembrar arroz y otros productos básicos, como yuca, banano, plátano, pero la gente no quiere hacerlo. Tienen miedo de que otro huracán se les lleve todo otra vez", agregó Bent.
El Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), también pronosticó que la temporada de lluvias será turbulenta. "Dada la variación de la temperatura en la plataforma continental del Atlántico frente a Nicaragua, por los efectos del recalentamiento global, existen condiciones de que cualquier tormenta tropical que circule por ahí adquiera fuerza y se convierta en huracán", advirtió.
Ante los anuncios de más lluvias, la alcaldía de Managua ha tomado medidas urgentes para la limpieza de cauces y eliminación de basureros.
Modesto Rojas, director de Medio Ambiente del ayuntamiento, dijo a IPS que la alcaldía está trabajando "a todo gas", para limpiar los cauces que quedaron llenos de basuras tras un mes de huelga de trabajadores que impidió la recolección.
La alcaldía también hizo un llamado al gobierno nacional, para que tome medidas de protección del aeropuerto internacional y la zona central de Managua, ya que a causa de la deforestación y destrucción de las sierras que rodean la capital se incrementan los riesgos de deslaves.
"Más de un millón de capitalinos están expuestos a un alud de las sierras de la Cuenca Sur. No es alarmismo, es una realidad, y el gobierno debe tomar en serio las advertencias", señaló Rojas.
Según el científico y ambientalista Jaime Incer Barquero, "hoy más que nunca el país está destruido y expuesto a desastres naturales. No sólo por su destrucción ambiental local, sino por los efectos de los cambios climáticos. Hemos hecho todo lo posible en los últimos 40 años para quedar desnudos frente a los desastres".
Incer Barquero hizo referencia a la destrucción de 60 por ciento de la masa boscosa del país en los últimos años y a la contaminación de 80 por ciento de las fuentes de agua de Nicaragua.
Claudio Tomasi, coordinador adjunto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Nicaragua, el cambio climático ya se manifiesta con fenómenos extremos como huracanes, maremotos, extensas inundaciones o largas sequías.
"Los desastres naturales son un motivo de preocupación cada vez mayor en todo el mundo, ya que deterioran la capacidad de los países para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y mejorar el índice de desarrollo humano de sus habitantes", advirtió Tomasi.
Sin embargo, el secretario ejecutivo del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención a Desastres, Ramón Arnesto Soza, dijo que aunque existen riesgos hay mucho "amarillismo" en las informaciones de prensa.
"Con esos pronósticos parece que no hay un lugar seguro en Nicaragua", afirmó. Pero el funcionario no se refería a evaluaciones científicas, sino a las predicciones de Giovanna, una astróloga mexicana, sobre el futuro de Nicaragua en 2008, recogidas por la prensa.
Según la pitonisa, 2008 deparará a Nicaragua "oscuras tragedias naturales", que incluyen varias erupciones volcánicas, otro huracán y el consiguiente desbordamiento del lago de Managua, "lo que provocará una inundación que afectará varias ciudades".