Cuando miríadas de campesinos hambrientos se quejaban de la escasez de pan en la Francia del siglo XVII, la reina María Antonieta lanzó un comentario hoy célebre: «Que coman pastel.»
Sin embargo, no hubo ambigüedad en las declaraciones atribuidas al comandante del ejército de Bangladesh y jefe del gobierno interino, general Moeen U. Ahmed, quien recomendó a sus compatriotas que, si no tienen arroz, deberían comer papas.
Mientras la crisis alimentaria continúa expandiéndose por todas las naciones en desarrollo, el precio del alimento básico de los alrededor de 150 millones de habitantes de Bangladesh aumenta: sólo en marzo se encareció 87 por ciento, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Bangladesh, que espera producir unos ocho millones de toneladas de papas este año —fueron cinco millones en 2007—, ha sido pragmático, al pasar de un alimento básico a otro.
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El rancho de los soldados bangladesíes incluye ahora incluye 125 gramos de papas diarios, "independientemente de su rango", dijo el general Ahmed, en almuerzo con directores de periódicos en Dhaka el mes pasado.
Según el diario capitalino Daily Star, el menú incluyó, en esa ocasión, papas fritas, sopa de papas, papas con espinacas, budín de papas y otros platos con ese tubérculo.
Un periodista dijo que los cocineros del ejército, al final de un día agotador en la cocina, se habían quedado sin recetas.
Coincidentemente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora el "Año Internacional de la Papa", en un intento de "aumentar la conciencia sobre la importancia" de este producto "como alimento en las naciones en desarrollo".
Bangladesh, ubicado por la ONU entre los 50 países menos adelantados del mundo, sufrió dos severas inundaciones y un ciclón que destruyeron alrededor de tres millones de toneladas de granos el año pasado.
El gobierno de ese país intenta contener los efectos de una hambruna de alcance planetario. "El precio de los alimentos, en pronunciado ascenso, se ha convertido en una real crisis mundial", dijo la semana pasada a la prensa el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
La directora ejecutiva del PMA, Josette Sheeran, dijo que los habitantes de los países industrializados gastan apenas entre 15 y 18 por ciento de sus ingresos por hogar en alimentos, lo que mejora su capacidad de afrontar los desastres y las subas de precios.
En cambio, los hogares del mundo en desarrollo gastan, en promedio, alrededor de 70 por ciento de sus ingresos en alimentos.
Sheeran dijo que los elevados precios de los alimentos están "creando el mayor desafío que el PMA ha afrontado en sus 45 años de historia, un tsunami silencioso que amenaza con sumir en el hambre a más de 100 millones de personas de cada continente".
El PMA, que proporciona asistencia alimentaria directa, posee un presupuesto central de entre 3.100 y 4.300 millones de dólares anuales. Hasta ahora, sólo recaudó 1.000 millones.
"Y, por supuesto, esta suma de 4.300 millones de dólares no toma en cuenta el nuevo rostro del hambre", dijo la portavoz del PMA, Bettina Luescher.
"También necesitaremos una cantidad aún indeterminada para comenzar a hacer frente al nuevo rostro del hambre: la que sufrirán quienes podían arreglárselas cuando el pan estaba a 30 centavos la rodaja, pero hoy no, pues cuesta 60 centavos", observó.
La secretaria general dijo que la ONU está muy preocupada, como todos los otros miembros de la comunidad internacional. "Debemos actuar inmediatamente de modo concertado", dijo Ban.
El Consejo Económico y Social de la ONU tiene programada una reunión sobre seguridad alimentaria a mediados de mayo, y luego una cumbre patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que se realizará del 3 al 5 de junio en Roma.
La crisis alimentaria también estará en la agenda de la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos que tendrá lugar en julio en Japón.
Consultado sobre cómo debería abordar el foro mundial la crisis alimentaria, el secretario general dijo a la prensa: "En el corto plazo, debemos abordar todas las crisis humanitarias, que han impactado a los más pobres de los pobres del mundo porque 100 millones de personas fueron conducidas a esta crisis de hambre adicional".
Ban dijo que el mes pasado convocó al Grupo Directivo de África para los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En la reunión, dijo: "Adoptamos varias recomendaciones importantes, que aprobamos como una de las iniciativas para intentar lanzar la revolución verde africana".
Este asunto se discutirá en profundidad con todas las agencias, los jefes de agencias, fondos y programas de la ONU, así como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, dijo Ban.
"Luego intentaremos ver qué clase de acciones inmediatas y a largo plazo podemos adoptar como parte de una iniciativa liderada por la ONU", señaló.
