La carestía mundial de los alimentos y de la factura petrolera implica un retroceso significativo en el camino hacia las Metas del Milenio y eleva el costo de programas de cooperación, reconocieron este viernes dos funcionarias del sistema de las Naciones Unidas acreditadas en Cuba.
Mientras el barril de petróleo se mantiene a más de 100 dólares, el arroz blanco tailandés de segunda calidad se cotiza por estos días a 854 dólares la tonelada, la leche entera en polvo, a 4.750 dólares, el maíz amarillo a 250, y el trigo a 401 dólares la tonelada, casi el doble de lo que costaba hace un año.
El impacto es doble y dificulta los esfuerzos nacionales para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), comentó Susan McDade, coordinadora residente del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba.
El primer ODM plantea reducir a la mitad la proporción de población indigente y que pasa hambre en todo el mundo, entre 1990 y 2015.
En una conferencia de prensa este viernes, la funcionaria internacional precisó que las naciones pobres dependen mucho de las importaciones petroleras, cuyos precios actuales afectan la balanza de pagos, la educación, los servicios de salud, el transporte y la producción, entre otros sectores, de modo que el impacto negativo es sobre el conjunto de los ODM.
Esas metas fueron adoptadas por la comunidad internacional en la sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de septiembre de 2000, como una gran plataforma para erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad y proteger el ambiente en todo el mundo.
Algunas de las metas incluyen garantizar para 2015 la educación universal de niños y niñas, reducir la mortalidad infantil, asegurar la equidad de género, mejorar la salud materna, combatir el sida, la malaria y otras enfermedades, y garantizar la sostenibilidad ambiental.
Según datos de las Naciones Unidas, 862 millones de personas sufren hambre en el mundo, de las cuales 52 millones viven en América Latina y el Caribe.
Estas personas viven con menos de un dólar al día y para ellas los precios actuales son "verdaderamente críticos", alertó Myrta Kaulard, representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, que desarrolla campañas de emergencia en unos 80 países.
Kaulard dijo que la carestía también está afectando los proyectos del PMA en el mundo entero, pues debió elevar su presupuesto para este año de 2.900 a 3.400 millones de dólares. "Pero el reajuste lo hicimos a comienzos de marzo y los precios siguieron subiendo", indicó.
La funcionaria presentó a la prensa el proyecto de apoyo al plan del gobierno cubano para la prevención y control de anemia en niños y niñas de seis meses a cinco años en las cinco provincias orientales del país, Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Las Tunas.
Esa porción del territorio isleño es considerada más vulnerable en materia alimentaria, y la mayor prevalencia de anemia (62,6 por ciento) se registra en niños y niñas de seis a 12 meses, seguida de las edades de 12 a 24 meses, con 53,4 por ciento. La menor, en infantes de cinco años, es de 13 por ciento.
El programa, de cinco años de duración y con un financiamiento de 11,5 millones de dólares, incluye el suministro mensual gratuito de un cereal fortificado a esa población infantil y respaldo financiero para la construcción de una planta procesadora del alimento, elaborado a base de maíz y soja y enriquecido con vitaminas y minerales. La fábrica se construye con una inversión de 1,5 millones de dólares en Bayamo, unos 757 kilómetros al este de La Habana, con capacidad inicial para producir una tonelada por hora. En tanto echa a andar esta instalación, dentro de un año, el PMA importará el cereal desde Argentina.
El proyecto del PMA cuenta hasta el momento con donaciones y contribuciones de Rusia, España, Canadá y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude).
Orlando Requeijo, viceministro cubano para la Inversión Extranjera y la Cooperación, comentó que el PMA no sólo trabaja para emergencias, sino también fortaleciendo las capacidades de desarrollo y este proyecto, si funciona, será un "referente" posible de aplicar en otros países.
A su vez, Kaulard aclaró que Cuba ha encontrado "mecanismos propios" para garantizar la alimentación de su población de 11,2 millones de personas, en referencia a la libreta de abastecimiento que a precios subsidiados se ofrece a todas las familias de la isla. Las importaciones cubanas de alimentos suman alrededor de 1.600 millones de dólares anuales.
En la conferencia de prensa se anunció que el gobierno cubano donó al PMA, por undécima ocasión, 2.500 toneladas de azúcar crudo, con un valor aproximado de un millón de dólares. El producto será destinado a reforzar la entrega de alimentos que actualmente ejecuta esta programa en Corea del Norte y Colombia.
La Habana apoya desde 1996 los proyectos del PMA con la entrega anual de cantidades similares de azúcar, lo cual ha permitido asistir a países como República Dominicana, Jamaica, Honduras, Haití, Etiopía y Angola, entre otros.