Australia lleva sus valijas cargadas de reivindicaciones por el conflicto de Afganistán a la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que comenzará este miércoles en Bucarest.
Este país es el mayor contribuyente de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (FIAS) desplegada en territorio afgano entre las naciones que no son miembros de la alianza militar.
"El gobierno sigue comprometido con el proyecto, pero está frustrado ante la falta de avances", indicó el ministro de Defensa de Australia, Joel Fitzgibbon, en una conferencia brindada en el Instituto Australiano de Política Estratégica.
Fitzgibbon, quien participará en la cumbre de tres días junto al primer ministro Kevin Rudd, señaló que Australia "seguirá presionando por una nueva hoja de ruta y un mayor compromiso de los socios de la OTAN menos comprometidos".
El ataque a los contribuyentes de la FIAS tiene antecedentes. Estados Unidos y Canadá también protestaron por lo que consideraron misiones dispares y peligrosas para los diferentes contingentes de los 40 países que están desperdigados de forma desigual en Afganistán.
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El secretario (ministro) de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, pidió a "otros aliados de la OTAN buscar a fondo y cubrir las necesidades articuladas por el comandante de la FIAS, general Dan McNeill", cuando visitó este país en febrero.
Estados Unidos es por lejos el mayor contribuyente de la FIAS con unos 15.000 efectivos en un total de 43.000.
Además, Canadá pidió que la OTAN aporte 1.000 soldados adicionales como prerrequisito para ampliar su misión en ese país hasta julio de 2011, dos años más respecto de su plazo actual.
Francia, por su parte, con 1.500 efectivos en Afganistán, menos que los 2.500 de Canadá, podría responder al pedido en la cumbre de Bucarest y anunciar un aumento de su fuerza.
Pero las muestras de descontento entre miembros de la FIAS no sólo se deben a la cantidad de soldados sino al lugar al que son enviados.
Alemania, por ejemplo, es el tercer contribuyente de la fuerza internacional con más de 3.000 soldados, pero al igual que España, Francia e Italia puso condiciones relativas a la ubicación de sus efectivos.
Las restricciones obligan a los soldados de unos pocos países, en especial de Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña y Holanda, a asumir el grueso de los combates contra la insurgencia del movimiento islamista Talibán en el inestable sur de Afganistán.
Australia también está entre las naciones con efectivos en el sur, considerada una de las zonas más peligrosas de ese país.
El asunto levantará polvareda en la cumbre de esta semana, según el experto australiano William Maley.
"Es, por cierto, una oportunidad para que Australia plantee su preocupación y su perspectiva del conflicto a un público que debe ser bastante receptivo", indicó Maley, director del Instituto de Diplomacia de Asia-Pacífico, de la Universidad Nacional Australiana.
Además de reclamar una contribución mayor a los miembros de la OTAN que rehuyen sus responsabilidades, Australia pretende participar en la planificación de la guerra.
Fitzgibbon insistió en que Australia, que perdió cuatro soldados en Afganistán, acceda a documentos estratégicos y de inteligencia de alto nivel. También cuestionó lo que considera una falta de coordinación y de coherencia de la planificación de los combates.
La OTAN entregó a Fitzgibbon borradores de documentos antes de la cumbre de Bucarest, en la que Australia ansía ser vista como un actor importante respecto de Afganistán.
La relativa pequeña cantidad de efectivos australianos, unos 1.000 soldados, aunque por encima de otros contribuyentes no miembros de la OTAN, es importante por el lugar en el que fueron desplegados, arguyó Maley.
El grueso del contingente australiano está ubicado en la provincia de Oruzgan, "mucho más significativa en lo que a la estabilidad general del país respecta, que las del norte donde tienen sus efectivos algunos países de la OTAN", apuntó.
Eso le da "al contingente australiano un significado mayor que lo que sugiere su cantidad de efectivos", remarcó.
Otro aspecto que incidirá en la capacidad de Australia para influir en las decisiones que se tomen en Bucarest, y después, es el entrenamiento de efectivos afganos.
Fitzgibbon anunció en febrero la creación de un equipo de 70 instructores para entrenar a soldados del Ejército Nacional Afgano, en tanto el aumento de mentores de la policía, sólo hay cuatro oficiales de la Policía Federal Australiana en Afganistán, puede servir para elevar el compromiso de los países de la OTAN con menos contribuciones.
No puede subestimarse el asesoramiento policial, según Maley.
"Con la cantidad suficiente de oficiales, la policía puede brindar una sensación de seguridad, de la que se quejan muchos afganos", explicó.
Australia retirará a mitad de año sus efectivos de Iraq y podría aumentar su presencia en Afganistán. Pero esa posibilidad fue descartada por Fitzgibbon, quien sostuvo que las fuerzas australianas están exigidas al máximo.
Además, el ministro de Defensa dejó claro que todo pedido de aumento de efectivos quedará sujeto a los resultados que se alcancen en la cumbre que terminará este viernes.
Resta por si se alcanzan acuerdos en esta cumbre de la OTAN que aparece como de vital importancia. Los últimos informes indican que la situación en Afganistán se deteriora.
Los renovados episodios de violencia, el aumento de la producción de opio y la falta de confianza en el gobierno del presidente Harmid Karzai y sus socios extranjeros contribuyeron a desestabilizar aún más a ese país, según una investigación del estadounidense Grupo de Estudio de Afganistán divulgada en enero.
La cumbre de la alianza militar de Rumania "es muy importante", subrayó Maley. "El tiempo se agota para Afganistán y los propios afganos esperan indicios acerca de la dirección a seguir por la OTAN y sus aliados".
Entre 70 y 80 por ciento de los afganos tienen radios. Las noticias de la cumbre se diseminarán rápidamente, según Maley.
"Mucha gente está a la espera de lo que suceda. Cuanto más claro aparezca el compromiso de largo plazo, más probable es que la población apoye al gobierno y al proceso de transición", vaticinó.