Expertos en política internacional expresan preocupación por las relaciones de Rusia con las demás ex repúblicas soviéticas, luego del aplastante triunfo de Dmitry Medvedev en las elecciones presidenciales del 2 de este mes.
El nuevo mandatario, que asumirá el 7 de mayo en reemplazo de Vladimir Putin, quien lo designó como sucesor, informó que su primer viaje al exterior será a una república que perteneció a la disuelta Unión Soviética, dando una señal sobre las prioridades políticas de Moscú.
Putin ha intentado que las ex repúblicas soviéticas, nucleadas en la Comunidad de Estados Independientes (CEI), adopten una posición común en la arena internacional.
Medvedev aseguró que seguirá el camino elegido por Rusia "hace ocho años, el camino que siguió el presidente Putin".
"Una visita a un miembro de la CEI no ayudará a fortalecer las relaciones con los demás", dijo a IPS el analista Vyacheslav Amivov, del Instituto de Relaciones Internacionales y Económicas.
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"La única forma en que Rusia puede mejorar la situación en la región de la CEI es tratando de profundizar las relaciones sobre una base bilateral", agregó.
Medvedev parece dispuesto a fortalecer los vínculos con la CEI, que no incluye a los tres estados bálticos que fueron parte de la disuelta Unión Soviética: Estonia, Letonia y Lituania.
Según la Constitución rusa, el presidente fija la política interna y exterior, es comandante de las fuerzas armadas, designa al primer ministro y supervisa a las fuerzas policiales y agencias de inteligencia.
Aunque la ley fundamental es fuertemente presidencialista y relega a un segundo plano al primer ministro, es casi imposible que Putin, quien es la figura política dominante y quien ocupará ese cargo cuando Medvedev lo reemplace como jefe de Estado, acepte un papel subordinado.
El mes pasado, Putin anunció que no habría cambios en la política de Moscú respecto de la CEI, a la que propuso un plan de desarrollo de 12 años. "Debemos trabajar en una nueva estrategia económica de aquí a 2020", afirmó.
Mientras, los líderes de la CEI discutieron durante una cumbre informal políticas económicas, comerciales y de inmigración, y avalaron un plan que apunta a profundizar la cooperación económica, mejorar la competitividad de los estados miembro y promover el desarrollo económico y social.
"Uno de los problemas más importantes de las relaciones en la era post-soviética es la búsqueda de una identidad común en materia política, económica y cultural y la unidad contra la infiltración occidental", dijo a IPS la analista Irina Bolgova, del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales, con sede en Moscú.
"Sin una elaborada política sobre la integración, nuestras relaciones con los vecinos se verán disminuidas. Rusia debe jugar un papel de liderazgo en este aspecto", agregó.
Otros expertos tienen dudas. "No creo que una estrategia de integración con la CEI sea productiva en el corto plazo. Por ejemplo, siete años después del acuerdo de integración entre Belarús y Rusia no se aprecian resultados significativos", dijo a IPS Victor Chumak, del Centro Internacional para Estudios de Políticas, con sede en Kiev, Ucrania.
Varios de los miembros de la CEI buscan mejorar sus relaciones con los países occidentales. "Integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia tienen fronteras comunes. No puedo hablar por otros países, pero en lo que se refiere a Ucrania, estoy seguro de que debemos integrarnos a la alianza para mejorar nuestras relaciones con Moscú en el largo plazo", agregó Chumak.
Asimismo, opinó que Medvedev, como presidente, se limitará a los temas relacionados con la CEI, mientras que Putin, desde su cargo de primer ministro, controlará detrás de los bastidores las relaciones con las naciones occidentales.
La cadena de radio y televisión británica BBC informó que Putin dijo este fin de semana que las relaciones con Occidente no serían más sencillas durante el mandato de su sucesor.